Capítulo 51●

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"Mira, salimos en primera plana."

"No traigas ese periodicucho aquí...".

Hermione rió suavemente cuando Severus se tapó los ojos con el brazo. Todavía era bastante temprano para él teniendo en cuenta que casi se había quedado toda la noche velando su sueño. Había estado plagada de pesadillas durante toda la noche de las que no había podido despertar debido a las otras pociones que estaba tomando. Sin embargo, en cada una de ellas, Severus había entrado en su mente y había calmado sus sueños convirtiéndolos en algo mucho más agradable.

Hermione se agachó en el borde de la cama junto a él, sosteniendo el papel en la cara adoptando un tono de periodista. "La señorita Hermione Granger, en la foto de arriba, fue valientemente escoltada desde las catacumbas bajo el ministerio nada menos que por el señor Harry Pott-ah!". Hermione soltó un chillido de risa mientras Severus la cogía por la cintura tirando de ella hacia abajo en las desordenadas mantas con él, haciéndole cosquillas para que soltara el papel.

Hermione hizo todo lo posible por seguir leyendo, pero cayó víctima de su ataque con bastante facilidad. Dejó que la apartara del papel y aceptó encantada su beso de distracción. Dejó escapar un suave maullido, estirándose debajo de él mientras él movía su peso sobre ella, manteniéndola clavada en la cama.

"Mmm... valiente de verdad". Hermione sonrió aún más cuando él soltó un bufido y se retorció contra sus dedos viajeros. Sus labios se enterraron en su cuello y ella no pudo evitar dejarse llevar por las sensaciones que traían consigo. Sus manos acariciaron la nuca de él, atentas al bulto que se había formado cerca de la coronilla. Sus piernas se abrieron, haciéndole sitio en el enredo de sábanas.

"¿Cómo está tu cabeza?" Su pregunta terminó en un maullido que se convirtió en un gemido profundo cuando él chupó la unión cerca de su hombro. Sus caderas se elevaron por sí solas y sintió el profundo gruñido de él contra su estómago.

"Bien..." Severus la besó a lo largo de la mandíbula, deteniéndose en su radiante belleza, "¿Cómo está tu corazón?"

"Latiendo un poco rápido", se burló ella pasando su nariz por la de él, aunque la preocupación en la comisura de sus labios calmó su jocosidad, "Está bien, no me duele nada". El Ministerio y Madame Pomphrey la habían revisado a fondo después de su valiente escape. La habían tocado y pinchado en lugares que nunca creyó posibles antes de que finalmente le dieran el alta a altas horas de la noche. Miles de preguntas contestadas o desviadas a otras personas, había sido liberada como una mujer libre aunque sólo fuera de la presión de los reporteros que se afanaban por conseguir cualquier pieza de información que pudieran reunir.

Hermione exhaló lentamente bajando los ojos antes de tirar de él en otro beso suave. No estaba acostumbrada a esta naturaleza más, asertiva, pero no se quejaba en lo más mínimo.

"Necesitamos una ducha". Severus se apoyó en el antebrazo y dejó que la otra mano recorriera la curva de la cintura de ella. Sonrió levemente cuando ella se retorció debajo de él, aún sensible por sus cosquillas, y movió la rodilla para separarle un poco más las piernas.

"Mm... baño... quiero un baño... contigo". Hermione se obligó a abrir los ojos sonriendo al ver la sonrisa en sus labios y le pasó las manos por los hombros desnudos. Su ceño se frunció ligeramente al ver los moratones, "¿Seguro que estás bien?".

"Estoy bien, nada que un largo", le dio un beso en el antebrazo, "cálido", otro beso en el pliegue del codo, "baño", sus labios recorrieron su mandíbula, "no curaría". Volvió a capturar sus labios y dejó escapar un lento suspiro antes de separarse cuidadosamente de ella y de la cama.

Hermione soltó un suave gemido, pero se acomodó para facilitarle el movimiento, recorriendo con los ojos su figura casi desnuda. "Creo que la próxima vez, sin calzoncillos".

𝕷𝖆 𝕾𝖊𝖗𝖕𝖎𝖊𝖓𝖙𝖊 𝖞 𝖑𝖆 𝕷𝖊𝖔𝖓𝖆 | 𝕾𝖊𝖛𝖒𝖎𝖔𝖓𝖊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora