Capítulo 11

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Wangji salió del baño con el cabello mojado ya que se había dado una ducha para relajarse, al ir donde se encontraba el conejo, lo encontró aún dormido en la sala con el biberon cerca de su rostro y un poco de leche seca en su boca. Lan sonrió y cargo el cuerpo del chico para llevarlo a la habitación.

- JiJi... - murmuró el menor entre sus sueños llamando la atención del mencionado que lo vio unos segundos - JiJi...- siguió murmurando ahora cambiando su tono a uno más triste-

El mencionado acaricio la mejillas del castaño, tal vez su bebé estuviera teniendo una pesadilla. El más bajo suspiro y relajo su ceño para seguir durmiendo.

- Wei Ying - llamó al querer bajar al mencionado que negó haciendo un ruido con sus labios cerrados, el rubio suspiro sabiendo que sería difícil lograr que lo soltara-

Así que el más alto quito sus propios zapatos y se acostó con el chico para dormir con el híbrido que se aferró a su abdomen sacándole una sonrisa al rubio.

Lan gruñó cuando no sintió el cuerpo del contrario cerca de él, busco con sus brazos al chico pero al no encontrarlo abrió sus ojos sintiendo el sol chocar contra sus ojos, cuando sus pupilas enfocaron logró ver toda la habitación decorada con globos y papeles cortados.

Wangji se extraño ante la decoración repentina, la puerta de la habitación se abrió dejando ver al conejito con una bandeja en sus manos, llevaba puesto unos pantalones holgados grises y una camisa rosa.

- Oh, ya despertaste - dijo el híbrido con una sonrisa y se acercó al rubio con cuidado de no caerse-

- ¿Qué es todo esto, A-Ying? -preguntó el mayor al contrario que puso la bandeja con comida en sus piernas.

La bandeja tenía dos platos, uno con pastelillos y el otro tenía unos hot cakes en forma de corazón con miel y chocolate, al lado su té favorito y por último unos pétalos de rosas.

- ¡Feliz cumpleaños! - respondió con una sonrisa tierna, el contraio abrió sus ojos sorprendido, ni el se había acordado.

- Ay, ¿Qué hice para tenerte? - dijo Lan abrazando la cintura del contrario que río en bajo con sus mejías sonrojadas.

- JiJi, tienes que comer. A fuera hay una sorpresa - habló el castaño mientras que el mencionado besaba sus nudillos-

- No quiero verla, quiero estar contigo - dijo el rubio poniendo su cabeza en el pecho del chico sintiendo el corazón del mismo palpitar contra su mejilla-

Wei Ying se sentó en el regazo del mayor escondiendo su cara en el cuello de este, Lan sonrió triunfante al tener lo que quiere y comenzó a comer.

- Lindo, alza tu cara - pidió el rubio agarrando un poco de comida, el contrario atacó la petición con su cara sonrojada debido al apodo-

Wangji llevo un poco de comida a la boca del menor, su pecho se infló con orgullo al saber que el era el único que podía provocar aquel tinte en las mejillas del menor.

- ¿Cómo hiciste la comida? -preguntó el rubio mientras acariciaba las orejas del contrario, no recuerda haberle enseñado a cocinar-

- ZhanZhan los hizo - respondió el castaño mientras masticaba un poco de chocolate, el mayor frunció el ceño, sus amigos no sabían dónde quedaba la casa ya que la usaba sólo para el - Me dijo como hacerlos pero no pude así que me trajo unos, se fue hace rato. También te trajo un re...- Wei Ying no termino su frase y puso sus manos en su boca junto a sus ojitos muy abiertos-

- ¿Qué estabas diciendo? - preguntó el mayor con una ceja arriba, el híbrido negó y siguió comiendo con nervios notorios - Bonito - insistió-

- ¡Se supone que no tenía que decirte pero no puedo ocultarlo!¡ZhanZhan te trajo un regalo y lo abrí, era un libro y lo pinte! ¡No te enojes! - soltó el menor con sus ojos cerrados y sus manitas en puños, no quería que el rubio se enojara con el por tocar sus cosas-

- ¿Qué libro? - preguntó Lan en un tono suave, no iba a enojarse con el pequeño y menos si lo tenía en su regazo con sus mejillas sonrojada y sus orejas en sus manos-

- Era uno extraño pero tenía muchos dibujitos y me gustó -respondió el híbrido jugando con sus deditos tímidamente-

Wangji quito la comida de sus piernas y cargo al menor  haciendo que suelte una risilla al enredar sus piernas en la cadera del rubio.

Al salir encontró todo como siempre solo que había una caja en la sala, Wei Ying jugaba con la cabellera del mayor hasta que recordó algo y salió corriendo a la cocina mientras el mayor lo veía confundido.

El chico sacó una caja grande llena de leche, el contrario abrió sus ojos sorprendido ya que nunca le había comprado esa caja ya que sabía la gran obsesión que tenía con esas lechitas.

- ¿De dónde las conseguiste? -preguntó caminando hacía el de orejas grandes que sacaba con dificultad una de ellas-

- ZhanZhan me las regalo - respondió el castaño con una sonrisa, el mayor asintió y le ayudó al más bajo para abrir su bebida, no tenía nada encontrá de que sus amigos le dieran un regalo a su bebé-

- Bueno, vamos a la habitación y vemos iron-man ¿sí, pequeño? -ofreció el mayor, hacía mucho frío para que salieran y tampoco es como si tuvieran ganas-

Wei Ying asintió con la bebida en sus manos, siendo llevado por la cintura de regreso a la habitación sin saber que alguien más seguía sus pasos.

- Wei Ying - dijo el mayor entre leves risas, el mencionado estaba en su forma animal restregando su rostro contra el cuello del rubio-

A Lan le gustaba cuando su pequeño le daba cariño de ese forma, se le hacía tierno y único, a la vez que lo hacía sentir orgulloso de ser el único que recibía esas muestras.

Wei Ying movia su cola feliz al estar con su JiJi, desde hace tiempo que no estaba a solas con él rubio tanto tiempo.

Wangji cargo el pequeño cuerpo del animal que se movia inquieto queriendo ir de nuevo a su cuello, el mayor sonrió enternecido, esa pequeña bolita de pelos lo tenía tan enamorado que sería impredecible.

Puso al animal a milímetros de su rostro y este le brindó una lamida en su nariz, Lan sonrió y beso cada parte de su cuerpesito logrando ver como el híbrido movia su colita rápidamente. Esto llamó la atención del mayor y llevo su mano a la pequeña bola de pelos dejándole un leve apretón.

Las orejiras del conejo se paralizaron y una patada cayó en la nariz del rubio generandole un fuerte dolor haciendo que suelte al conejito.

- A-Ying ¿Qué pasó? - preguntó Lan sobaba su nariz, el animal se encogió en su lugar-

- Lindo - insistió-

Wei Ying puso sus dos patitas delanteras en frente de su cabeza y llevó su rostro entre el espacio que quedaba poniéndole perdón en una forma muy tierna al contrario que no pudo evitar soltar un "awww" y cargar al animal para apretujarlo contra su pecho recibiendo leves pataditas.

Un pequeño conejitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora