Capítulo 22

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- ¡JiJi! - grito el híbrido desde la habitación, el mencionado dejó lo que estaba haciendo y fue con el conejo-

Desde hace varias horas Wangji pasó de ser el dueño de Wei Ying, a ser su perra personal. No paraba de pedir cosas, cambiar de humor y enojarse, si Lan no estaba con el calmando su repentino llanto, estaba corriendo por toda la casa persiguiendo al castaño.

- ¿Qué pasó? - preguntó agitado el rubio, a lo que el menor solo frunció sus labios mientras que sus ojos se aguadaban-

- ¿Por qué no me dices por apodos bonitos? - dijo el castaño encogiendose en su lugar dejando sollozos en su momento, el mayor negó con su cabeza y fue rápidamente con él-

Lan lo tomó entre sus brazos dejando besos en su rostro, escuchando como este reía ahogado para después dejar caer su cabeza en el pecho del rubio.

- Dime por nombres lindos - ordenó el híbrido con su ceño levemente fruncido, el contrario sonrió y asintió notando como los ojos del castaño se hacían media luna debido a su sonrisa-

Wei Ying posó su cabeza en el pecho de este con una sonrisa esperando qué el rubio lo mimara, este no tardo en dejar caricias en el inicio de sus orejas que tanto le gustaba al castaño.

- Mis apodos - recordó el híbrido en bajo, el mayor rodó los ojos divertido y beso la oreja del chico antes de comenzar a halagarlo cerca de esta-

- Mi lindo A-Ying - comenzó a susurrar mientras besaba las manos del menor, quien soltó un chillido de emoción a la vez que se sonrojaba-

Wangji le susurraba al menor lindas palabras al oído mientras besaba la anatomia del mismo, lo que provocaba chillidos por parte de el conejo, debido a la emoción que sentía ante cada palabra.

- ¿Me das un besito? - preguntó el híbrido volteando su rostro para quedar a centímetros del mayor, este no dijo nada y junto sus labios unos segundos-

Hasta el que Wei Ying comenzó a sollozar, el rubio suspiro sabiendo lo que venía. El conejito empezó a llorar con fuerza sin razón, se sentía triste y no sabía porqué sólo quería llorar para que Lan lo mimara.

- ¡N-no me quieres! ¡M-me tratas super m-mal, no t-te importó! - dijo el de grandes orejas dándole pequeños golpes en el pecho al rubio, quién sabía que no podía hacer nada por él-

Wei Ying hacía berrinches en el regazo de Lan, no era un nuevo comportamiento por ese día, debería de llorar tal vez en unas horas y después pedíria comida o solo se dormiría.

Wangji tomó al chico entre sus brazos esperando a que se calmara, estaba cansado por estar todo el día dando vueltas por la casa así que a los minutos se quedó dormido.

El híbrido notó esto y detuvo su llanto, se quedó viéndolo durante unos minutos mientras limpiaba sus lágrimas para después colarse entre la camisa verde de el mayor jugando con sus abdominales. Tener la cara del rubio tan cerca lo ponía nervioso, su colita se movia rápidamente mientras que sus orejas estaban abajo, reposando en sus hombros.

Después de unos minutos quedó dormido en el pecho de Wangji disfrutando de su calor y los latidos de su corazón.

- Te amo.

Wangji quería morir en ese momento.

No supo cómo pasó todo rápido, despertó encontrándose al conejo encima de él mientras pintaba su cara, lo primero que quiso hacer fue quitarlo e irse a lavar la cara pero al ver esos ojitos viendo su arte con brillos orgulloso de sí mismo, decidió solo dejarlo ser.

- Oye bro.

El mencionado lo miró con enojo, algo que lo asusto si somos sinceros, el híbrido enojado no era muy lindo.

Un pequeño conejitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora