Siempre, siempre

CAPÍTULO 20

De vuelta en sus recámaras luego de semanas fuera de Asgard, Loki contemplaba el horizonte desde su balcón. Estaba atardeciendo, pero era imposible captar bien la cálida luz del sol con las nubes gruesas y oscuras que se extendían por el reino. Tenía pocos minutos de haber regresado, pero sabía que no descansaría aún. No, había algo muy importante pendiente, que se anunciaba en los pasos acelerados que Loki escuchó acercarse a su dormitorio, seguidos de la puerta abriéndose y la distinguida presencia de su hermano haciéndose presente.

—Volviste —escucho Loki a sus espaldas; esa voz gruesa, masculina, cortando el silencio en un murmullo que se sintió estruendoso entre ellos dos solos.

Recién entonces Loki volteó, con los brazos cruzados en su pecho, y miró a Thor directo a los ojos. Estaba en medio de su dormitorio, guardando distancia, Loki podía leer en su rostro que no sabía que esperarse.

Ni siquiera Loki sabía a dónde los llevaría esa conversación.

*

Tan pronto había salido de las recámaras de su hermano, Loki aflojó los puños que había llevado apretados a los lados de su cuerpo, revelando ante sí mismo el temblor desmedido de sus manos. Tenía los sentimientos a flor de piel, ni siquiera había comenzado a procesar lo que acababa de pasar cinco minutos atrás en esas recámaras. No se sentía capaz de caminar así por el palacio y que todos vieran en su cara la vulnerabilidad que sabía no estaba en condiciones de ocultar.

—¡Es diferente! ¡Yo estaba enamorado!

—¡Yo también estoy enamorado!

—¿De quién? ¡¿De quién, Thor?!

—¡De ti!

Loki no tenía palabras, entre el asombro, la rabia y confusión no sabía realmente qué hacer. Era eso lo que siempre había querido, ¿no? Que Thor lo amara de esa forma, que correspondiera sus sentimientos, pero... ¿lo amaba Thor realmente? ¿Decía la verdad, o sólo quería tener la completa atención y devoción de Loki nuevamente? Loki no sabía si creer que su hermano era sincero, o asumir que simplemente siempre había sido un hombre cruel. Porque tendrías que ser particularmente cruel para rechazar a alguien, verlo seguir adelante con su vida, y luego mentirle para tenerlo a tu lado, es... no, más que el mismo rechazo de Thor y los silencios entre ellos, sería realmente eso lo que rompería el corazón de Loki.

¿Qué hacer ahora? ¿Qué creer?

*

—¿Pero tú todavía estás enamorado de él? —preguntó Sigyn mientras jugaba con el cabello de Loki.

Estaban los dos en lo más profundo de los jardines del palacio, alejados de todos, Sigyn sentada en la grama con la espalda apoyada en un enorme árbol, mientras Loki retozaba acostado con la cabeza apoyada en el regazo de ella. Era la primera vez en días que disfrutaban del sol; los cielos de Asgard habían derramado sobre ellos tormenta tras tormenta durante días seguidos después de su conversación con Thor; al parecer su hermano se sentía mejor. Bien por él.

—Ése no es el punto —dijo él suspirando.

—Ése es, literalmente, el único punto —contrarrestó ella—. Si quieres que te diga si Thor está siendo sincero o no, honestamente, no lo sé, creo que estarías más cerca tú que yo de saberlo; lo conoces mejor —añadió—. Sabes muy bien que no me agrada y que yo no le agrado a él, pero eso no importa; si quieres que te hable mal de él y te dé las razones por las que lo considero un tarado, puedo hacerlo, aunque ya te las he dicho miles de veces. Sin embargo, eso aportaría absolutamente nada a lo que realmente estás buscando.

—¿Y qué sería eso que estoy buscando? —preguntó Loki irónicamente, aunque por dentro esperaba una respuesta que lo guiara en la espesa neblina que nublaba su mente.