Capítulo 5

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Hogar

Con su equipaje en mano, aquella mañana los hermanos salieron del aeropuerto de Dressrosa para tomar un taxi. (Tn) le entregó el papel con la dirección al chófer y puso el vehículo en marcha hacia su destino. Cuando llegaron a su nueva casa, se quedaron un momento apreciándola con un sentimiento de nostalgia. Por fuera era muy parecida a donde vivían cuando eran niños, la fachada amarilla de dos pisos y la barda cubierta de enredaderas por el exterior les traían recuerdos, la única diferencia era que en esta ocasión el portón era completamente cerrado.

Una vez adentro se dieron cuenta de que el terreno era mucho más amplio de lo que aparentaba. La casa estaba más lejos de la entrada, dando lugar a un jardín frontal que fungía también como cochera. Aparcados sobre la mitad del jardín, cubierto con un apedreado en tonos cafés, se encontraban dos vehículos, un Toyota Panda Trueno AE86 y una Harley Davidson Softtail Heritage Classic, que serían los encargados de desplazar a los hermanos por las calles de su nueva ciudad.

El chico introdujo la llave en la cerradura de la puerta que permitía el acceso al interior de la casa. Caminó cargando su equipaje cerca de tres pasos para después caer de cara al suelo. Había sido atropellado por su hermana menor, a quién escuchó subir desesperadamente las escaleras con rumbo a las habitaciones.

   —¡¿Qué pretendes tonta!? ¡¿Planeas matarme antes de tiempo?! —exclamó alterado el pelirrojo mientras se ponía de pie para sacudirse el polvo de los pantalones negros.

La casa estaba amueblada y tenía todas las comodidades para que los hermanos no tuvieran la necesidad de firmar papeleos de los servicios de cable e internet.

La puerta de la entrada se localizaba al centro de la casa, del lado izquierdo, junto a la puerta había un baño para las visitas. La mitad izquierda de la casa consistía de un amplio salón con paredes blancas, muebles de sala en tonos grises, un televisor y una mesa de comedor con ocho sillas, lo suficientemente grande para recibir visitas. Frente al baño había un estudio con una estantería repleta de libros de ingeniería, economía y biología y dos escritorios. A un lado del estudio y frente a la sala estaban las escaleras que dirigían a las recámaras. Después de las escaleras se encontraba la cocina, equipada con un desayunador y todos los electrodomésticos que pudieran imaginar. El chico avanzó por el interior hasta llegar a la puerta corrediza que conectaba con el jardín trasero, que era aún más grande que el salón. Tenía una piscina, camastros, una mesa, un asador para las reuniones y aún más espacio donde solo había césped.

Debía admitir que era un lugar bonito y amplio para solo dos personas. Hacía mucho tiempo que no compartía techo con su hermana. El tenerla cerca le daba un poco más de tranquilidad, pues a diferencia de la castaña, el prefería que viviesen juntos, así si alguien irrumpía en su casa, estarían los dos para cubrirse las espaldas, algo que aprendió a la mala cuando perdieron a su mamá.

Regresó al salón, tomó sus maletas, y se dirigió al segundo piso de la casa. La planta alta únicamente contaba con tres recámaras, una con baño y un baño completo. La chica se asomó por la puerta de la recámara que estaba del lado del jardín frontal.

   —¡Ey!, ¡Pie grande! —esbozo una sonrisa malvada—, me toca esta —dijo la chica haciendo referencia a la habitación que tenía un baño en su interior. El pelirrojo la miró desafiante. 

   —¿Ah, sí? —preguntó enarcando una ceja—. Me parece que estás olvidando algo muy importante, y ese algo es que yo soy el hermano mayor. No lo hagas más difícil, enana, desaloja esa habitación.

Indignada, la chica se recargó en el marco de la puerta y cruzó los brazos, sosteniéndole en todo momento la mirada al Camaleón Rojo.

   —Oblígame, perro.

ENTRE NOSOTROS  (Law x Ace x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora