Capítulo 28

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Perdóname, Ace

«¿Dónde estás, preciosa?»

El Fénix Rojo observaba a la distancia el Honda Civic negro esperando por la llegada de la chica. Luego de que comenzara el aguacero, Ace creyó que lo más lógico que harían Law y (Tn) sería volver al auto del ojigris para que este la llevara a su casa, por lo que decidió volver al sitio tomando la vía corta.

   —No puedo creer que esté haciendo esto contigo —le reclamó su rubio hermano—. Es tu trabajo, no, ni siquiera deberías estarla vigilando, se supone que ella está entrenada para afrontar cualquier peligro.

   —Shhh, deja de quejarte, te recuerdo que somos aliados en el caso Flamenco.

   —Si, pero no tengo porque vigilar a tu novia. Mi objetivo es obtener información acerca del cómo es que el gobierno protege al Flamenco para sacar a la luz la verdad de sus fechorías —le recordó.

El pelinegro revisó la hora en su reloj, habían pasado ya 30 minutos desde el inicio de la lluvia, estaba empezando a preocuparse por dónde estaría la castaña. Tanto él como Sabo estaban empapados en un callejón, escondidos detrás de unos cubos de basura, y era gracias a los lentes de Ace que podía ver el auto a lo lejos.

   —Me pregunto porqué no habrán llegado aún —exclamó pensativo el pecoso.

   —Quizá estén resguardados en algún toldo de un local —sugirió—. Porque con esta lluvia los únicos imbéciles que estarían bajo ella sin resguardo ¡Seríamos nosotros!

   —Ay por favor, Sabo —intento tranquilizar al alterado muchacho—. El viejo nos ha abandonado en peores condiciones y hemos sobrevivido, una lluvia así no es nada.

   —Tienes razón... —se quedó en silencio unos segundos—. ¡Mierda, Ace! —gritó de pronto.

   —¡¿Qué?! ¡¿Qué pasó?! —respondió asustado el pecoso.

   —¡Están en el departamento de Law! —le gritó sacudiendo al pelinegro por los hombros.

   —¡¿Qué?! ¡¿Porqué dices eso?! —lo tomó de las manos para que dejara de agitarlo—. ¡Ya suéltame!

   —¡Y tu deja de gritarme! —ambos se separaron—. Escucha, Law vive a dos calles del parque, seguramente le propuso que se resguardaran ahí.

   —No creo que (Tn) hubiera aceptado ir a dónde vive Law en la primera cita, eso es algo arriesgado.

   —Piénsalo, el lugar les quedaba más cerca que el auto —explicó—. Además, ¿No se supone que debe enamorarlo? Es una gran oportunidad para pasar un momento a solas con el.

«Un momento a solas con él» esas palabras resonaron por toda la cabeza del pelinegro.

   —¿Sabes dónde queda el lugar? —preguntó Ace con tono serio.

   —Solo promete que no harás alguna estupidez...

En el departamento de Law, el ojigris se encontraba de pie frente a la puerta del baño, llevando consigo una charola flotante con las copas y el merlot. Inhalaba y exhalaba profundamente intentando prepararse para entrar, lo último que quería era tener una erección frente a la castaña y que ella viera el efecto que tenía sobre él. Una vez Law se armó de valor, abrió la puerta lentamente, la cerró tras de él sin seguro y se acercó al jacuzzi circular. (Tn) estaba de espaldas a él recargada en el borde, con los ojos cerrados, escuchando música R&B que sonaba desde su celular a bajo volumen. El agua que cubría su cuerpo y la espuma que se había generado por las sales de baño impedían que se viera la desnudez de la chica.

ENTRE NOSOTROS  (Law x Ace x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora