Capítulo 31

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Te amo, enana

(Tn) se encontraba acostada bajo las cobijas siendo abrazada por Marco, quien tenía los brazos ligeramente hacia arriba, haciendo notar que no vestía camiseta. Ambos dormían plácidamente, la castaña disfrutaba del calor que desprendía el pecho del Fénix, un calor que podría curar a cualquiera, a diferencia del de Ace, que era más candente.

El pecoso no podía más, hace unas horas había escuchado cómo (Tn) tenía una sesión romántica con Law y ahora ella estaba durmiendo en los brazos de su mejor amigo. Algo se quebró dentro de él, y ante el coraje que sentía, empezó a reír de forma sínica.

   —¡Muy buenas noches! —dijo lo suficientemente alto como para despertar a los agentes, dejando su botella de whisky en el tocador.

   —¿Ace? —preguntó débilmente la castaña aún recostada en el pecho de Marco.

   —¡Vaya! Hasta que tienes la decencia de aparecer, pedazo de imbécil —lo analizó el rubio de arriba a abajo y vio la botella sobre la madera—. Veo que te estabas divirtiendo.

   —Pues al parecer ustedes tampoco se quedaron atrás con la diversión —les dijo con reproche.

   —¿Qué carajos está pasando? —llegó un Kid medio adormilado a la habitación de la chica—. ¿Qué mierdas estás haciendo aquí? —le preguntó con ira.

   —¿De qué... de qué hablas Ace? —preguntó casi en un susurro la chica.

   —Ay por favor (Tn), no te hagas la inocente —la miró con desprecio— ¡¿Dos hombres en un día?! Me sorprendes, preciosa.

   —Ace, cuida tu maldita boca y vete a casa. Mañana hablaremos —le ordenó Marco.

   —Ace no... no es lo que parece —habló la chica. Sentía punzadas en el pecho y su respiración comenzaba a agitarse—. Te lo explicaré.

   —¿Y qué vas a explicarme? —preguntó en tono burlesco—. ¿Qué si es doctor abres las piernas a la primera?

   —¡Ace! ¡Ya basta! —le gritó Marco.

   —Ace... yo... —susurró (Tn) al borde de las lágrimas.

   —Eres una maldita zorra desconsiderada.

Kid, al ver la primera lágrima de (Tn) deslizarse por su mejilla no dudó y le obsequió un puñetazo en la cara al pecoso. Se abalanzó sobre él, lo tomó de cuello y lo azotó contra la pared, haciendo que sus pies quedaran despegados del suelo.

   —¡Cierra el maldito ano que tienes por boca y deja de decir tanta mierda que te partiré la cara si no te callas! —lo azotó nuevamente contra la pared. El pecoso soltó un quejido de dolor—. ¡No tienes ningún derecho de hablarle así al Camaleón Blanco después de que casi muere por hipotermia!

   —¿Qué...? —el rostro de Ace denotaba sorpresa.

   —¡¿Dónde carajos estabas?! —lo azotó por tercera ocasión—. Te llamé más de veinte veces para que vinieras a auxiliarnos con (Tn) y apagaste el maldito teléfono. Te recuerdo que estamos aquí por trabajo, no de vacaciones con tu familia.

   —Kid... bájalo —pidió la castaña en un susurro antes de cerrar los ojos.

   —Si ahora estás celoso por verla en brazos de Marco, ¡Te tengo noticias, genio! —el pelirrojo soltó al Fénix aún con coraje—. Sin su ayuda, ella no hubiera sobrevivido. ¡¿No se suponía que la estabas vigilando?!

Marco había decidido no intervenir en aquella discusión, Ace se lo tenía bien merecido, sin embargo, su atención cambió drásticamente a la persona que yacía en su pecho cuando dejó de sentir su respiración y su presencia.

ENTRE NOSOTROS  (Law x Ace x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora