Capítulo 8

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Por nosotros

El tercer día de los hermanos en la ciudad había llegado, tantas cosas habían cambiado y todo a través de una sola llamada. (Tn) no podía estar más contenta de que el Fénix Rojo llegaría antes de tiempo, pero a la vez luchaba internamente porque sabía que tenía que reprimir sus sentimientos para no tener fallas en el plan. Seguía pensando en la confesión que le había hecho el pecoso el último día que estuvieron en su departamento en Foosha. Confiaba en que él también sería lo suficientemente inteligente para no comprometer la misión, solía ser impulsivo, pero cuando había terceros involucrados pensaba con la cabeza fría.

Después de haber recibido la noticia del búnker con el armamento, los agentes decidieron esperar a la llegada del Fénix Rojo para bajar todos juntos a echar un vistazo. Marco pasaría a recoger a su compañero al medio día y posteriormente se reunirían en la casa de los hermanos para conocerse mejor.

(Tn) se encontraba en su habitación leyendo nuevamente el archivo de la misión, para ser específicos, veía con atención la hoja que contenía la información del Oso Polar mientras repasaba los datos que venían escritos. Las palabras de Shanks acerca de que el ojigris podría convertirse en un aliado no le hacían mucho sentido, parecía ser un tipo que no se deja manipular por cualquiera. Debía tener motivos muy fuertes para permanecer trabajando al lado de alguien tan demente como lo era el Flamenco, motivos que no aparecían en el expediente y que debía descubrir.

   —Oi, (Tn) —escuchó a Kid hablar afuera de su habitación. (Tn) se levantó de su cama y se dirigió a la puerta para abrirle a su hermano.

   —¿Qué pasa? —le preguntó la castaña quien aún tenía puesto su pijama.

   —Parece que tu novio llamitas ya está aquí —le hizo saber el pelirrojo viéndola de arriba a abajo—. Será mejor que te apures si no quieres que te vea en fachas, llegarán pronto —dirigió su andar hacia las escaleras—. Iré a comprar unas cervezas y algo para picar, no tardo.

Dicho eso la chica salió despavorida al baño. Abrió la llave de la regadera, se quitó la ropa y se metió en la ducha a toda velocidad.

Cuando Kid abrió la puerta del portón de su casa se encontró con los Fénix a punto de llamar el timbre. El pelirrojo les hizo saber que iría a comprar cervezas y botanas por lo que Marco se ofreció a acompañarlo, mientras que el pecoso decidió quedarse en la sala a esperarlos para descansar un poco del viaje.

Cuando la castaña terminó su baño veloz se dio cuenta de un pequeño detalle, había olvidado su toalla en su habitación.

   —¡KIIIIIIDDD!, ¡KIIIIIIDDD! —empezó a gritar repetidas veces el nombre de su hermano con la esperanza de que hubiese regresado ya de la tienda.

Al no tener respuesta, la chica salió de la ducha, abrió un poco la puerta del baño y volvió a llamar al pelirrojo.

   —¡KIIIIIIDDD! —siendo en vano sus esfuerzos.

Cerró la puerta para poder buscar algo con lo qué intentar cubrirse, el frío empezaba a apoderarse de ella.

«Tonta, tonta, tonta. Será mejor que me apure y corra a mi habitación».

Con ese pensamiento la muchacha se armó de valor y abrió la puerta del baño, sintió como una corriente de aire frío chocaba contra su húmedo cuerpo haciendo que empezara a temblar y se abrazara a si misma. Salió del baño con la mirada gacha y corrió hacia su habitación, o mejor dicho, lo intentó. El agua que escurría de su cabello no hizo más que jugarle una mala pasada provocando que se resbalara y cayera de trasero al suelo.

ENTRE NOSOTROS  (Law x Ace x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora