Cada que Katsuki está fuera de su curso, Izuku va detrás de él para ver qué hace. Es algo bastante... ¿Perturbador? No sabe decirlo, solo que es una maldito raro que vigila a cada hora a su chico.
Es solo que es necesario.
Pronto ellos tendrán una práctica, y en esa práctica ocurrirá algo para nada bueno.
Necesita vigilar a Katsuki y todos los que lo rodean, porque el sabe, el siente que hay alguien ahí entre ellos que no es de fiar.
El sabe cuando alguien está fingiendo ser amable, cuando alguien intenta engañar a los demás buscando encajar, adaptándose a su forma de ser para que ellos crean que son "compatibles".
Si, lo sabe por experiencia propia.
La gente a veces es muy simple, solo tienes que darles la razón, hacerles creer que ellos son mejores, hacerles creer que ellos te tienen bajo control.
Diles lo que ellos quieren oír, y eso bastará para que coman de tu mano sin darse cuenta.
El puede verlo, puede ver en su forma de ser a su copia, un inútil que apenas puede controlar su poder, un tonto que sonríe para todos, pero cuando no lo ven, los analiza.
Si, puede verlo.
Puede ver como mira a Katsuki y lo analiza, puede ver como en sus entrenamientos toma notas mentales de el, y eso le enferma.
Pero él no es el único que lo sabe, porque los orbes violetas pueden sentir la mirada de alguien, puede sentir como lo sigue y analiza cada movimiento.
Si, puede sentirlo.
En alguno de esos salones hay alguien vigilandolo a la distancia, y no puede decir con exactitud de que bando es.
Solo espera que del bueno.
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— Hay un compañero... Un rubio, no el chispitas, otro.
— Uhum.
— ¿Aoyama? Si, creo que ese es su nombre.
— ¿Que tiene Aoyama?
Izuku desvía la mirada por un momento y luego vuelve a ver esos orbes rojizos. Sonríe de una manera tranquila y tonta, quitando cualquier sospecha o duda que hubiera en la mente del rubio.
— Solo tenía curiosidad de el, parece que le es difícil controlar su don.
— Si, también lo vi. Quizás se manifestó tarde, no lo sé, no me interesa.
Katsuki quiere dejar de hablar de sus compañeros y disfrutar de su momento juntos, apenas se pueden ver e Izuku solo parece interesado en los demás.
— Bien, bien, pero no me mires así, solo tenía curiosidad — dice, sonriendo a medias y acariciando la mejilla del rubio.
Tenía un pequeño rasguño, producto de su entrenamiento con Kirishima. Entrenar con el solo era una forma de que se adapten a sus estilos de pelea y sea más fácil saber sus próximos movimientos.
Quiere que deje de entrenar con el o con cualquiera, que no le enseñé sus ataques, que solo haga defensa hasta que el otro se canse.
— Algo está en tu mente y lo sé, así que dímelo antes de que lo descubra a las malas.
La mirada que le da no le gusta para nada, quizás estaba siendo demasiado obvio, debía fingir mejor. Pero es Katsuki, no puede fingir ante el, como si alguien lo hubiera programado para obedecerlo.
— Hice mejoras para tu traje, te las daré después, solo que me da miedo que no te gusten jaja...
La expresión de Katsuki se relaja y en su lugar sonríe, achinando sus ojos y marcando sus hoyuelos.
— Claro que me va a gustar, imbécil.
— Gracias, Kacchan...
— Deja de sobrepensar las cosas, mejor descansa un rato — palmea sus piernas. — Ven aquí, yo cuidaré de ti.
Izuku siente como todo su cuerpo se tensa ante esas palabras, incapaz de decir algo. El nudo en su garganta parece hacerse cada vez más grande, el punzón en su pecho duele más y sus manos tiemblan.
Katsuki es demasiado lindo, demasiado inocente cuando se lo propone.
Demasiado ingenuo, y eso le preocupa.
Cierra sus ojos y se recuesta en las piernas del rubio, sintiendo las delicadas caricias en su rostro.
Quiere disfrutar de esa paz momentánea.
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Yo cuando vi el comentario de que mate a Kiri:😄😀🙂😐😦😟
