23

2.7K 263 48
                                        

Para Katsuki no es sorpresa alguna recibir varias miradas para nada discretas, ya sea de ida a su salón o en el mismo.

Si bien la vergüenza estaba presente, poco o nada le interesaba lo que piensen los demás.

No podía hacer mucho que digamos, tenía marcas por todo su cuerpo, cada centímetro de piel que le permitió marcar a Izuku.

Mordidas, chupetones, rasguños, y la clara aura de que había cogido como una bestia con alguien.

Algo que si fue una sorpresa, fue ver a Izuku llegar a su salón y llevárselo cuando por fin dio inicio su receso.

El pecoso prácticamente llegó tirando la puerta, con una mirada irritada y ojeras visibles, camisa más abierta de lo normal y la clara evidencia de que el fue partícipe de su estado deplorable.

Al verlo sonrió a medias y fue donde el, entrelazando sus manos para escapar a algún lugar apartado de las miradas indiscretas. Aunque bueno, está claro que después de esa entrada y su condición, estarían en la boca de un montón de alumnos.

Izuku se vía tranquilo con eso, parecía que la regla de no hablarse enfrente de otros por fin había terminado.

— ¿Sucede algo, Zuzu? — preguntó tranquilo, con una sonrisa adornando su rostro.

— Si, Kacchan... Y ese algo tiene que ver contigo.

Katsuki deshizo su sonrisa, mirando ahora curioso y preocupado al pecoso. Normalmente Izuku no se enoja con el, pero ahora se veía bastante irritado, y no entiende el porqué.

— Oh... ¿Hice algo malo?

— No.

— ¿Entonces?

— Que debiste quedarte en tu casa a descansar, y al menos esperar a que las marcas desaparezcan un poco... No quiero joder tu reputación, Kacchan.

— No me interesa mi reputación.

Izuku se detiene de golpe y suelta un largo suspiro, frotando su entrecejo para tratar de calmarse y pensar bien sus palabras.

— Bien... Bien... Como digas...

— Oh Izuku...

La sonrisa traviesa de Katsuki no puede evitar aparecer, se acerca más al cuerpo del pecoso y pasa sus brazos alrededor del cuello de este.

Su respiración roza la mejilla de Izuku, terminando en su oreja, las cuales se calientan y colorean.

— Me importa una mierda si todos saben que me cogiste anoche. Siempre y cuando ellos sepan que eres mío y solo mío... Me importa un carajo lo que digan de mi.

Izuku da un suspiro tembloroso, sintiendo como el caliente cuerpo de Katsuki envolvía el suyo en un abrazo posesivo.

— ¿Acaso no quieres que sepan que soy tuyo, Izuku? — pregunta en un susurro, bajando sus manos hasta llegar a las del contrario y así volver a entrelazarlas.

Izuku niega y apoya su frente contra la del rubio, con sus ojos cerrados mientras inhala ese embriagador aroma al que es adicto.

— Lo deseo como no tienes idea, eres especial para mí... Hay tantas cosas que me guardo porque no quiero asustarte... Tantos sentimientos y deseos que trato de reprimir, pero cada vez son más fuertes.

— No lo hagas... Tampoco me digas que no nos hablemos, que no te toque, que no me acerque a ti cuando hay alumnos presentes.

— Katsuki...

— Si soy tan especial, ¿porque soy un secreto?

Katsuki lo ve expectante, con esos rubíes tratando de ver a través de él, de saber que piensa.

I KᑎOᗯDonde viven las historias. Descúbrelo ahora