Dos contra todos

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El pequeño de cuernos corría por la escuela, debía llegar a la puerta para que su deprimida madre lo llevara a casa.

El ambiente en casa se tenso demasiado desde la muerte de su padre, esto causó que su madre se sintiera pésimo desde hace 2 semanas, claro perder a alguien no es fácil para nadie, en especial para la pobre señora Schlatt.

Aquella dama de frágil corazón enfermó luego de la muerte de su esposo, ella no lo sabía pero había contraído Hanahaki, aún estaba a tiempo de curarse, incluso con la pobre tecnología y métodos contra esta enfermedad. Aunque ella no era tonta y lo sospechaba, pero no podía entrar al hospital, no tenía el tiempo para ello.

Tenía que criar a sus pequeños, solo eran unos niños y debía estar allí para educarlos, y si iba a morir prefería hacerlo de la manera más callada y rápida posible, además de que la esperaba su esposo en el otro lado, aún así debía resistir por sus hijos.

Los niños no eran tontos, el mayor de ellos sabía que su madre lloraba por la noche, el se encargaba de cuidar a sus hermanos y limpiar cuando su madre se sentía mal y debía reposar, el se prometió curarla y cuidarla, desarrollaría métodos que serían conocidos, se volvería famoso, sería como su padre, y tal vez así podría honrar el apellido que se le dio. Pero mientras sea un niño debía estudiar.

El jóven carnero amaba ser el centro de atención y se esperaba en los estudios más que nada, debía ser perfecto para alcanzar a su padre, solo debía aguantar hasta los 18, luego podría mudarse y empezar una vida féliz y tranquila.

Pobre ingenuo

La tarde lluviosa y particularmente fría transcurría, la limosina no llegaba, el cielo oscurecía y la profesora del club de diseño se empezaba a preparar para irse.

Los clubes luego de la escuela eran el refugio de Jschlatt esos días. Hacer pinturas y dibujar era un alivio para el en especial desde que conoció a ese chico inglés.

No era secreto que William Gold Soot era su mejor amigo, ambos eran el sol y la luna, eran opuestos perfectos, destinados a estar juntos, para enseñarse como es la amistad, y para uno de ellos, enseñarle como es el amor.

-¡¡Hey Jonhy!!-

-Sabes que detesto ese apodo- Verdad?-

-¡No es mi culpa que tengas problemas con tu papá!-


-Bueno al menos mi mamá si se acuerda de mi nombre-

-Obvio que si tonto, Se acuerda porque cada hijo tiene distinto apellido-

-Solo te hablo porque nadie te habla mendigo cara de pájaro-

-Wey, insultas como mi papá-

-¡NO MAMES! ¡¿TIENES PAPÁ?!-

-SI. Vivito y coleando-

El de cuernos finge que llora y el de gorra roja solo se ríe de él -Jschlatt, ¡¡Eres una prrincesita!!- El mencionado no se enoja, solo se ríe, podrán ser jóvenes pero así se llevaban, ambos se sienten seguros con el otro porque saben que siempre estarán allí para todo.

Los años pasan y con estos la vida de los jóvenes. Al salir de 6 y entrar al "Instituto de Jóvenes y Ciencias" su vida cambió, bueno, solo la de Wilbur, de momento solo la de él.

Era una fría tarde de Febrero, ambos en la cancha de deportes durante su receso, se supone que los estudiantes no deben estar allí, pero allá estaban ellos, sentados en una de las gradas junto a los pilares de la estatua del fundador. Ambos jóvenes reían y miraban a las porristas practicar para las semifinales, Jschlatt se encontraba mirando atentamente, pero Wilbur veía a Jschlatt.

Lágrimas de estrellas, Corazón de piedraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora