𝙁𝙧𝙚𝙮𝙙𝙖 𝙋𝙤𝙩𝙩𝙚𝙧 [✓]

𝐂𝐔𝐀𝐓𝐑𝐎

FREYDA SE ENCONTRABA LEYENDO EL CASCANUECES BAJO EL ARBOL DEL PATIO. Estaba Cedric acostado en las piernas de ella mientras escuchaba leer a la pelirroja atentamente jugando con una pelota pasándola de mano en mano.

–Y pudo ser feliz –finalizo cerrando el libro que ya había terminado con su lectura– qué te pareció?–le pregunta Freyda dejando el libro a lado suyo y para verlo–
–mmm podía ser más interesante–dijo haciendo que pensaba y Freyda se hizo la ofendida, sacándole una risita a Cedric – estuvo bueno si –él dejo la pelota en su mano y la vio con una sonrisa– me gusta escucharte leer –ella le sonrió y noto como quería acariciar su cabello pero dejaba su mano en su pierna–

Él agarró suavemente su mano y la coloco en su cabello para que sepa que le dejaba acariciar su cabello. Ella entendió y comenzó a acariciarlo, era suave y sedoso, brillante. Él cerro sus ojos al sentir las caricias tan suaves de ella y se relajo, sacándole una sonrisita. Pero abre sus ojos al sentir que ya no acariciaba su cabello y frunció el ceño.

La vio y vio que puso su palma de la mano más lejos y sintió gotas de agua, el árbol podía hacer como techo pero debían ir hacia dentro del castillo. Se levantaron y cayó gotas de lluvia cada vez más fuertes, haciendo que mojaran sus ropas y cabellos. Guardo Freyda el libro en su bolso y se lo coloco en el hombro, fueron corriendo hacia dentro del castillo pero se detuvo Cedric tomando la mano de Freyda.

Ella dejo de reír al sentir un leve tirón en su mano, haciendo que vuelva a girar chocando su rostro con el pecho de Cedric. Sintió que él la tomaba de la cintura con un poco de desconfianza pero al ver qué ella no le gritó ni se alejo, tuvo más calma; Ella levantó su rostro para verlo colocando ambas manos en sus hombros y lo vio, la lluvia los estaba empapando y levanto la cabeza hacia el cielo, sintiendo más gotas en su rostro.

Cedric la veía, las gotas de lluvia los mojaba pero no le importaba, la estaba viendo detalladamente mientras ella veía el cielo, pero luego volvió a verlo. Ella le sonrió pero se mostraba confundida.

–Cedric, que suce...–fue interrumpida–

Él la interrumpió acercándola más a él de la cintura y la beso sin avisarla, ella abrió los ojos muy sorprendida. Cho se sentirá muy mal cuando se entere y ella se sentía tan mala amiga.

Siguió besándola pero se detuvo al ser empujado levemente de ella, ahí se arrepintió de su impulso.

–Lo... Siento, no quise incomodarte– dijo viéndola acomodar su bolso–
–esta bien Cedric, no te preocupes–le dijo ella– ahora... Creo que... Debemos ir adentro, ya sabes...–apunto hacia atrás–
–si sí, después de ti–le apunto con su mano para que pudiera caminar–