⇝ Capítulo 48

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maratón final: 6/8

•──•──•──•✦•──•──•──•ORÍGEN DESVELADO

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ORÍGEN DESVELADO.
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No parecía haber ni un momento de tranquilidad para los shadowhunters.

Atenea esperaba poder relajarse en aquella fiesta, pasar un buen rato y... Isabelle decidió no asistir. Decidió avisar a Alexander de ello y se fue con él en busca de su parabatai.

Y no solo eso. Por un lado, Iris Rouse aprovechó esa fiesta para pedirle a Clarissa que cumpliese con su parte del pacto de sangre: Encontrar a Matzie (la niña). Ello hizo que se activase un conjuro que mataría a la zanahoria si no cumplía. Por otro lado, al día siguiente, Isabelle apareció más fresca que una rosa, alegando que ya estaba bien. Atenea no la creía.

Incapaz de estar en todas partes, le pidió ayuda a su protector. Haciéndole saber, no solo lo que le ocurría a Isabelle, si no también contándole que el mono de abstinencia del Yin Fen solo se podía neutralizar así de rápido de una manera: Dejando que un vampiro se alimentase de ti.

Al tener prohibida la entrada del instituto para ella, Atenea aprovechó para entrenar. Con el objetivo de hacer fluir correctamente su poder. Ayudada por ese par de luces, mejoró su control y fluidez, empezando a saber dirigir mejor la cantidad de poder. Ello hizo que despertase en plena madrugada a Jace y Alexander. Alegando que estaba lista para intentarlo de nuevo.

No tardaron mucho en aparecer. Ninguno de los dos parecía haber dormido aún. Y así era. Alexander había estado hablando con su hermana y Jace había estado ayudando a Clarissa.

Entonces, la joven recordó que también necesitaban a cierto brujo. Entró a su habitación y...

—¿Mags? —lo sacudió—. Sé que no estás dormido deja de fingir.

—Florecilla —abrió un solo ojo—. ¿Acaso no dejarás que descanse la mente?

—Ábrenos un portal a Islandia y te dejaremos tranquilo —sonrió—. Por favor.

—Está bien —suspiró y abrió un portal al lado de la puerta—. Al amanecer abriré otro portal.

—Gracias Mags.

El primero en cruzar fue Jace, por proximidad, tras él cruzaron Atenea y Alexander. Una vez ahí, repasaron su respectiva runa 'Thermis' y Atenea les tendió la mano a ambos. La joven Sageness cerró los ojos y dejó fluir su energía tal y como había practicado. Entonces, la luz cegó a los dos restantes haciendo que cerrasen los ojos. Fue cuando volvieron a aparecer en aquella sala sin fin con una puerta detrás de cada uno. Esta vez, decidieron entrar a la de Jace.

La flecha que nos unió » Alec Lightwood | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora