Operación Sal | Sally face X Travis phelps

Capitulo 1

Bueno, eso fue jodidamente vergonzoso.

Los atroces zapatos verde neón de Travis chirriaba contra el sucio linóleo piso del baño de los niños mientras arrastraba los pies hacia el fregadero. Él resopló y sacudió la cabeza, tratando de librarse así mismo la idea de que Sal acababa de aparecer y lo consolarlo a través de el retrete como lo haría una madre con su niño.

Lo había pillado vulnerable. Tal vez, su sollozo "tranquilo" en su la palma de la mano era demasiado ruidosa. Tal vez, Sal solo estaba caminando cuando lo escucho en el cubículo.

De cualquier manera, la situación era completamente humillante.

El agua del grifo estaba fría, y aunque Travis normalmente prefiere agua tibia en la mayoría de las ocasiones, descubrió que la frialdad era un bonito contraste con lo caliente que estaba su cara encendida.

A medias salpicó un poco de agua sobre su piel y luego ladeó la cabeza hasta mirarse en el espejo.

Travis se encontró con sus propios ojos en el reflejo, y por un momento, él débilmente escuchó la suave voz de Sal en el aire de su pensamientos.

"Creo que debajo de toda esa ira, hay un buen tipo que tiene miedo de ser él mismo".

Travis podia imaginar esa familiar cabellera azul apoyada contra el otro lado del cubículo. Todavía escuchaba la ternura de sus palabras, las intenciones detrás de ellos.

Se estremeció. Sal Fisher no pudo haber estado más equivocado.

Travis apartó los ojos de su reflejo y dirigió su mirada hacia algo ubicado en el pliegue entre el bote de basura y el piso de baldosas.

Allí estaba, en todo su esplendor; su triste, pequeña nota arrugada, casi olvidada en el piso.

Travis lo miró tentativamente desde al otro lado de la habitación, algo incierto rebosante en sus ojos. Diablos, ¿Cuál es el punto de recogerlo de nuevo de todos modos?

Suspiró y cerró el fregadero.
Sacudiendo el agua de sus manos al azar.

Sal Fisher probablemente leyó esa estúpida nota. Probablemente lo leyó y supo que Travis fue el que lo escribió.

Sintió que su pecho se apretaba por la ansiedad. Sal probablemente sabía que la carta era destinado para él.

La cabeza de Travis daba vueltas mientras recordó las cosas que había garabateado allí en la sábana arrancada de su cuaderno de álgebra.

"¡Estoy loco por ti!"

"Pero sé que estos sentimientos que tengo son equivocados. No es la forma en que un chico se debería sentir."

La vergüenza burbujeó a través de su pecho y en su garganta. Sal no lo diría a nadie, ¿verdad?

Tal vez lo haría.

Dejó escapar un suspiro y tiró de sus ojos lejos de la nota y hacia la puerta del baño sonidos apagados de reír, los estudiantes charlando sonaron a través de la madera, y Travis torció la punta de su zapato contra el azulejo.

Bueno, no podía quedarse aquí para siempre.

Volvió a mirar su reflejo en el espejo. La piel alrededor de su ojo derecho estaba morado, azul e hinchado, palpitante de dolor.

El ojo izquierdo de Travis no se veía tan bien tampoco, hinchado y rosado de tanto llorar.

No había nada que pudiera hacer al respecto ahora.

Travis abrió la puerta del baño, intentando activamente no hacerlo de una manera que lo hacía parecer tímido o vacilante, y se unió a las masas de niños llenando el pasillo. Lo más listo que podía hacer era seguir con su día y pretender que la situación de Sally Face nunca ocurrió.