29. Dudas existenciales de la madrugada

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❝ Dos cosas son infinitas: el universo y la estupidez humana; y yo no estoy seguro sobre el universo. ❞
─Albert Einsten.

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Aidan vuelve a tener recuerdos de aquella vez que se marchó de casa y tuvo una fuerte discusión con su hermana, Rue. Mientras que Rue sigue teniendo su dilema moral de si aceptar la propuesta de Nick.
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💫🌙 💫

Aidan cerró la maleta con fuerza, habiéndose asegurado de haber guardado la ropa necesaria.

Aidan agarró la maleta y miró a su alrededor, su cuarto se sentía un poco vacío luego de haberse guardado unas cuántas cosas. Eso le provocaba un sentimiento de tristeza a Aidan, pero decidió sacudir la cabeza y disipar aquellos sentimiento: era hora de comportarse como el chico de catorce años que ya es.

─¿En serio te vas con papá? ¿Así sin más? ─La voz de su hermana sorprendió a Aidan, sacándolo abruptamente de sus pensamientos. Rue se encontraba apoyada en el marco de la puerta, cruzada de brazos.

─Pues sí, me voy con él ─respondió Aidan, desafiante, y se dirigió hacia ella para irse de la habitación, pero Rue lo detuvo diciéndole:

─Es increíble que te vayas así de fácil con un monstruo como lo es nuestra padre.

Aidan se detuvo en seco ante aquellas palabras tan frías lanzadas por Rue.

─Tú no lo conoces.

─¿Que no? Pues resulta que soy su hija ─respondió Rue, con sonrisa irónica.

─Pues no eres la hija más apegada que digamos ─Aidan se giró hacia Rue.

─¿Y tú sí? Claro, con todas las fiestas a las que lo acompañaste, lo conoces muchísimo ─expresó Rue, y el tono burlón se hizo más notable en su voz.

─¡No eran solo fiestas! ─Aidan salió en su defensa─. M-mi padre y yo teníamos conversaciones profundas ─Pero ahí mintió, porque, aunque le costará admitirlo, la mayoría de veces que conversaba con su padre él estaba ebrio.

─¿Conversaciones profundas? Querrás decir las borracheras con las que tuviste que cargar, y en las que de seguro te golpeó ─dijo Rue.

─¡Él nunca me ha pegado! ─riñó Aidan.

─¿Ah sí? ¿Y qué es esto? ─contraatacó Rue, estirando su mano y apartando un mechón del cabello de Aidan, mostrando en su mejilla un moretón.

─Y-ya te dije que me caí por las escaleras ─balbuceó Aidan, apartando la mirada, aún sabiendo que su padre se lo había hecho.

─Ajá, las escaleras. ¡Es obvio que papá te lo hizo, como el golpeador que es! ─respondió Rue, y Aidan no se pudo contener más.

─¡Que papá no es un golpeador!

─¡Qué si lo es! ¡Es un golpeador, abusivo y mujeriego!

─¡No sabes lo que dices!

─¡Por supuesto que sé! ¡He vivido con él lo suficiente para saberlo! ¡Admítelo, Aidan, él también te ha maltratado!

─¡Pues puede que sí! ¡¿Y qué?! ¡¡Me lo merecía!! ─A Aidan ya se le acababan las excusas para defender a su padre.

─¡Deja ya de defenderlo! ¡Papá no se lo merece!

─¡Él y yo nos parecemos, él me comprende de verdad! ¡En cambio tú y mamá se ve que no saben nada! Hablan cosas terribles de él y lo hacen ver como el malo, cuando solo es un ser incomprendido... ─saltó Aidan─, c-como yo... ─añadió por lo bajo, pero Rue no llegó a escucharle, por lo que siguió con su riña:

Entropía, ¿reversible? (#PGP2023)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora