Capítulo 16

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La alfa sintió desesperación, su loba deseaba correr, aullando lamentos por la desgracia de la omega. Lo bueno es que su instinto se agudizó, lo suficiente como para presentir que no se encontraba en la casa que compartía con su pareja.

Un número desconocido hizo vibrar su teléfono, pensó unos segundos y no dudó en atender.

― ¿Hola?

Su voz tentaba a quebrarse, nerviosa.

― ¿Mina? Nay me dio tu número, quería que lo sepas.

Respiró apenas al saber de quién se trataba.

―E-Espera, Nayeon, ella... está mal, me dijo que estaba sangrando. ―habló esperando que Sana le diera una pista de su paradero.

― ¿¡QUÉ!? Ella está en su casa de soltera, t-te envío su dirección, voy para allá.

Contestó rápido y preciso. Mina terminó la llamada y corrió a su auto, instantes después recibió el mensaje con la ubicación.

Presionó el acelerador rumbo a la dirección dada, no le tomó más que un rato llegar hasta ahí con lo rápido que condujo. Apenas vislumbró la morada se encontró con el auto de Sana, ambas bajaron de sus vehículos. Se miraron y sin mediar palabras avanzaron al hogar, subieron al departamento y ahí Minatozaki utilizó la llave de repuesto bajo la alfombra. Apenas abrieron la puerta una imagen desgarradora llegó ante sus ojos.

Nayeon convulsionaba en el piso, sangrando y temblando por el dolor, incapaz de controlar su cuerpo. Ninguna de las dos pudo notarlo, pero su cuello estaba enrojecido, el sitio donde descansaba el lazo con su alfa se veía rojo.

―Nayeon... bonita... ―Mina cargó su cuerpo con cuidado, desprendiendo su aroma, el cual fue mermando las convulsiones, la omega gritó, dolorida.―Cal-ma, yo estoy aquí. ―balbuceó la alfa.

Durante el breve instante de camino al auto ambas lobas se conectaron, la loba de Mina podía ver como su compañera sufría sin comprender el porqué. De un momento a otro Nayeon cerró los ojos, su cuerpo se agotó de temblar y agitarse.

Sana las observaba compungida, intentó acercarse más la loba de Mina gruñó, presionando el cuerpo desvanecido de la castaña contra sí misma, en un acto de posesión. Sana comprendió, su amiga estaba en buenas manos, ayudó a la alfa y entre las dos recostaron a Nayeon en la parte trasera del vehículo. Segundos después partieron al hospital.

Allí un doctor recibió a la más baja y le indicó a un enfermero que la transportara a una unidad de cuidados.

Las alfas se mantuvieron esperando afuera de la sala, nerviosas, Sana sacó su teléfono, le guste o no tenía que dar aviso a la esposa de su amiga. Marcó el número dos veces esperando una respuesta que no fuera el buzón de voz. A la tercera gruñó enfadada y le habló a la contestadora.

―Escúchame maldita imbécil buena para nada, Nayeon estaba sangrando y convulsionando en el living de su casa, si fuera por mí no te avisaría una mierda, pero como eres la puta esposa no me queda otra opción, estás avisada. Si te importa tan siquiera un poco y quieres saber qué nos dicen los médicos llámame.

Dicho ese descargo suspiró y cortó. Caminando de un lado al otro, Mina sentía un nudo en la garganta, fuertes ganas de llorar la invadieron, no sabía la razón, solo ver sufrir a la coreana le hacía doler a ella también.

Casi una hora más tarde el médico tratante salió del cubículo donde brindó atención a la omega. Repitiendo la frase "Familiares de" con el nombre de Nayeon al final. Las alfas se acercaron, rodeando al beta vestido de blanco.

Infidelidad [Adaptación Minayeon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora