Capítulo 28

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Los párpados pesaban demasiado, se sintió tan cansada, que ni siquiera intentó respirar. Una brisa fría le invadió las fosas nasales, muy agradable, también percibió que tenía algo puesto en el rostro. Su mano inquieta palpó la manguera de oxígeno, un segundo más tarde fue detenida por otra mano.

―Hey, no toques eso, es momentánea pero necesaria. ―Mina le sonrió y tomó asiento a su lado.

― ¿Qué me pasó? ―la miró pensativa.

―El doctor dice que tu loba está un poco rebelde, ―le acarició la mejilla. ―Sintió la nueva marca, y se está preparando para recibirla por completo, con lo cual, tu cuerpo intenta cicatrizar la anterior lo más rápido posible.

Nayeon no podía creerlo, ¿Es que acaso su loba estaba tan necesitada y ella apenas se enteraba? Suspiró, riéndose de sí misma y su penosa condición.

La omega menor abrió la puerta, ingresando al cuarto con una bandeja de alimentos.

― ¿Cómo está tu pierna? ―fue lo primero que se le ocurrió decirle.

―Excelente, resulta que tengo una paramédico espectacular. ―le sonrió mostrando unos adorables hoyuelos.

―Qué bueno, mientras tanto yo tengo a una loba necesitada de atención que solo sabe molestarme. ―habló entre pucheros de lo más tiernos, dándole un tono muy dulce a su voz.

Mina acomodó sus almohadas, de manera que pudiera sentarse.

―Debes alimentarte, tu cuerpo está pasando por muchos procesos de cambio. ―respondió la alfa preparando la bandeja.

Chaeyoung ayudó en lo que pudo, dejando que la pelinegra se ocupara del resto. El tiempo pasó volando en ese pequeño almuerzo.

―Estarás en observación hasta mañana, así que Chaeyoung puede quedarse en casa un poco más.

Y es que lo decía porque no había cómo ayudar a la omega en una mudanza por ahora.

―De acuerdo, pero, cierra la puerta con llave, si escuchas algo raro no dudes en llamar. ―Nayeon le dio instrucciones como toda unnie lo haría.

―Está bien, no te preocupes, solo piensa en recuperarte, además será una noche, eso no es gran cosa. ―intentó tranquilizarla con sus palabras llenas de seguridad.

Nayeon asintió, desviando la mirada hacia la alfa, le guste o no lo mejor era contarle lo que estaba tramando.

―Fui a psiquiatría porque allí conozco a alguien que puede ayudar a Momo. ―confesó.

― ¿Qué tramas? ―indagó con una leve molestia.

―Divorciarme, eso tramo. ―frunció el ceño. ―Y no lo conseguiré mientras Momo sea propensa a los ataques de ira, ni loca me arriesgaría a ser atacada por discutir. ―cruzó los brazos sobre el pecho.

―Ya debes tener todo pensado en esa cabecita tuya. ―Mina le revolvió el cabello.

―Sí, acudir al centro de rehabilitación conductual. Aún soy su esposa, por lo que estoy autorizada a solicitar ayuda, luego de que me dé el divorcio podrá hacer lo que quiera.

Muy en el fondo, Nayeon mantenía la esperanza de que completara el tratamiento sin su ayuda.

―Imagino que en parte vas a convencerla de ir por su cuenta. ―Mina la observó curiosa.

―Lo hará.

Intervino Son, quien poco a poco iba entendiendo el pensar de su mayor.

―Lo haré ―secundó la omega mayor, ―Dame el teléfono, por favor.

Pidió a su alfa, quien se lo dio con un poco de inseguridad. La omega puso la clave de bloqueo y se fue a su aplicación de mensajería, buscando el número de Hirai. Una vez que lo abrió, tocó el logotipo de la aplicación, ingresando al chat para comenzar a escribirle.

"Momo, no podemos seguir esquivándonos la una a la otra como niñas, sé que no me quieres ver porque no soportarías verme con alguien más, y yo estoy huyendo de ti por temor a tus impulsos. Quiero que hablemos, como las personas civilizadas que somos.

¿Recuerdas la terapia conductual? Aún puedes hacer el tratamiento, te sentirás mucho mejor.

No me vayas a decir que puedes manejarlo, dices que estás bien pero no lo estás, te conozco y lo he sabido desde el incidente.

Esta ayuda que te ofrezco es mi último regalo en consideración a los años que pasamos juntas. Ojalá puedas tomarlo sin pretender nada más de mí."

Envió el texto y jugó con sus dedos, nerviosa por la respuesta.

Chaeyoung anunció su retirada un rato más tarde, dejando a la pareja sola.

―Creo que ya te respondió. ―le avisó la alfa.

Nayeon respondió con un ligero movimiento de cabeza, el corazón le latía fuerte de tantos nervios.

"Terapia, he llegado a un punto en que ya no puedo huir de ella por más que lo desee, ¿No es así?, aún me duele la cabeza después del golpe que me dio Chaeyoung.

Sabes, cuando vi la sangre en el piso me recordó a esa noche, en que te ibas desangrando gracias a mí. Hizo que me sintiera tan mal, dolida y decepcionada de mí misma. No puedo vivir con la sola idea de perderte, ¿Harías algo más por mí?

Hablemos de esto en persona, dentro de un lugar tranquilo. Me gustaría mucho verte el día veintitrés, ¿Aún recuerdas la fecha verdad?"

Claro que Im la recordaba, ese era el día de su aniversario de bodas, y el día del incidente. El amor y la rabia se habían mezclado en un solo evento con sabor agridulce.

"Lo sé, nuestro trágico aniversario, ¿De qué vamos a hablar? Aunque acepte y te lleve los papeles no los vas a firmar ahí, entonces ¿Cuál es el sentido de vernos otra vez?"

Respondió al mensaje y suspiró. Mina la abrazó, deseando que todo acabara pronto.

"Veámonos por última vez, hablemos de la internación, prometo decirte todo lo que quieres saber sobre la mujer a la que pretendes ayudar, solo ven.

Conejita, está bien si quieres pensarlo un poco, solo procura responder antes de la fecha."

Leyó el mensaje y levantó la mirada hacia su compañera. Ninguna podía sentir confianza en esas letras, por una parte Nayeon pensaba aceptar, pero otra parte le decía que no lo hiciera, además le preguntaba ¿Por qué Momo cambiaría tan de repente?

Infidelidad [Adaptación Minayeon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora