Flores en el Jardín [SanTake] Tokyo Revengers

II: LOVE AT FIRST SIGHT

Rosa violeta.

— Lamento mucho lo que pasó ayer, Takeomi-san y tú son unas increíbles personas.

Él caminaba con la mirada gacha mientras me agradecía. Takemichi siempre desviaba la mirada al hablar con otras personas, o bueno, eso fue lo que noté mientras se despedía de mi hermano. 

— No te preocupes por eso, Michi. 

Lo que dije fue un tanto despreocupado, sólo lo noté cuando las palabras ya habían salido de mi boca. De reojo vi como él me estaba mirando directamente, podría jurar que había un leve sonrojo en sus mejillas y sus enormes ojos estaban un poco más abiertos de los normal. 

Cuando lo encaré, él desvió la mirada como siempre lo hacía cuando se veía descubierto. Yo sólo sonreí, esa actitud se me hacía algo ¿tierna? No lo sé, no tengo las palabras correctas para describirlo. 

— ¿Me dijiste Michi? — Takemichi me preguntó con la voz bajita. ¿Acaso le daba miedo hablar? 

— Ah, ¿sí? ¿no te gusta? bueno, como te llamas Takemichi, pues tu nombre es muy largo, entonces sólo te diré Michi, ya sabes, cómo un sobrenombre, ¿nunca has tenido uno?

Él sólo negó con la cabeza. 

— Pues ya lo tienes.— Respondí con simpleza.

— Es bonito, gracias.   

Esta vez, yo lo miré a él. Aunque no me estuviese mirando de frente a mí, supe que había una mini sonrisa en su rostro. A pesar de llevar toda esa piel maltratada y ropa sucia, de alguna forma, él parecía brillar como una estrella.

Era la primera vez que escuchaba a alguien agradecer por algo tan mínimo como eso. No supe como reaccionar, sólo reí algo nervioso. 

Yo, me había puesto nervioso con una simples palabras. Increíble. 

— Por cierto, me llamo Haruchiyo, pero puedes decirme Sanzu, disculpa si no me presenté antes. 

— Está bien, Sanzu-kun. 

Sanzu-kun... 

— ¿Puedo saber por qué tu papá te echó de la casa a la medianoche?

Takemichi se tensó. Si hubiese sabido que el bonito momento que había creado se destruiría tan fácil, no habría preguntado. Él no dijo nada por los siguientes minutos, seguimos caminando en completo silencio. 

Algo incómodo, para él y para mí.

— Sólo fue un malentendido, no te preocupes, Sanzu-kun.   

— ¿Nos volveremos a ver? 

No entendía mi insistencia por volverlo a encontrar. Probablemente, sería la primera y única vez que lo viese, seguíamos siendo un par de desconocidos sólo con sus nombres. 

— ¿Somos amigos? 

La pregunta para un momento como ese era muy apresurada. Pero, realmente si quería serlo. Que seamos. Que exista un nosotros.

— Somos amigos, Michi.— Acabé por afirmar. 

— Falta poco para llegar a mi casa, puedo hacerlo solo desde aquí, puedes regresar a la tuya.

— ¿Seguro que puedes llegar solo? — Dudé sobre lo que me estaba diciendo.— No me molestaría llevarte hasta la puerta de tu casa, yo me ofrecí a acompañarte. 

Él sólo volvió a negar, sin llegar a mirarme.— No, así está bien, conozco el camino, no te preocupes. 

— Como sea, sólo espero no volverte a encontrar en un puente, ¿Está bien? 

— Sí, disculpa. 

— Hey, no, no tienes que disculparte conmigo, no sé que habrá pasado para que quieras hacerlo, pero, sí vuelves a sentirte así podrías buscarme... ¿en tu casa está todo bien? 

— Sí, Sanzu-kun, todo está bien. 

Yo realmente debí haber dudado de la veracidad de sus palabras, pero me conformé con el saber que estaba bien y no estaba sucediendo algo malo. Tal vez sus padres eran estrictos, o de esas personas religiosas que llevan su fe al extremo. Casos comunes, casos que no estaban bien pero, ¿yo podría hacer algo? 

— Bueno, nos vemos luego, Michi. 

— Adiós.— Yo creí que él se iría, pero me sorprendí cuando volteó a verme. Como si quisiera decirme algo, nervioso.— Voy a la escuela secundaria Mizo, y... gracias por todo. 

Sin darme tiempo de poder decir algo, él se fue corriendo. Huyendo.

Yo debí en haber insistido en acompañarlo.