XI: YOUTHFUL DREAM

119 30 0
                                    





Camelia.

Omnisciente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Omnisciente. 

Hajime y Rindou escuchaban con atención lo que les hablaba el chico de cabellos rubios. Contaba animadamente lo que había hecho el día anterior con el nuevo amigo que había hecho hace unas semanas atrás. 

El pelinegro levantó una de sus cejas.— Hablas de él como si fuera tu único admiración. 

Haruchiyo lo observó con el ceño fruncido.— Eso es mentira, sólo estoy diciendo que me divertí mucho con él. 

— Tus ojos brillan como cuando Koko habla de Akane-san.— Prosiguió el de ojos violetas con una pequeña sonrisa.— ¿Te gusta?

— ¿Qué? —  El rostro del ojiverde se deformó en seguida.— ¡Claro que no! Sólo estoy diciendo que Takemichi me agrada, a mí me gustan las mujeres.

— Eso es lo que diría una persona a la que no le gustan las mujeres.— Kokonoi se cruzó de brazos.— Nunca has tenido novia, rechazas a las chicas que se te acerquen, no te interesa conocer a nadie, siquiera has tenido un crush con alguna profesora. 

— ¿Por qué debería de tener un crush con una profesora? ¡Son señoras mayores, idiota! — Haruchiyo estaba por arrancarse los cabellos con las manos.   

— Pero hablas de ese chico como el ser más lindo que hayas conocido en tu vida, incluso estás trabajando sólo para regalarle un celular.— Rindou lo observó fijo apoyando una de sus mejillas sobre la palma de su mano.— ¿Y si realmente te gusta? ¿Habría problema con eso? 

— Sanzu, somos amigos, no vamos a juzgarte si te gusta meterte cosas por el culo.— Se encogió de hombros.

— ¡Cállate cabeza de trapeador! — Gruñó como un perro rabioso.  

— Koko, es un poco irónico que digas eso cuando eres el más juzgón de los tres, criticas hasta la forma en como respiramos.

El de ojos negros sólo lo miró ofendido, para regresar su vista a Sanzu.— Y bien, ya que tanto hablas de tu Takemichi, ¿Cuándo vamos a conocerlo? 

— ¿Eh? — El ojiverde parpadeó varias veces mirando a sus dos amigos.— ¿Para qué quieren conocerlo? 

— Es tu amigo, entonces también podría ser nuestro amigo.— El más bajo de los tres sonrió.— También nos da un poco de curiosidad saber quien es la persona que te hace sonreír de esa forma.  

— ¡No estoy sonriendo, Rindou! 

— Si lo hacías, imbécil.

— ¡Cállate Koko!

— ¡Hey, el grupito de ahí al último, presten atención a la clase o los saco del salón!— Habló la mujer mayor con semblante severo.

Los tres chicos se disculparon enseguida regresando sus miradas al pizarrón, pero al cabo de unos minutos regresaron su vista al menor hablando en voz baja. 

— Deberíamos planear un salida entre los cuatro, así conocemos a Takemichi.— Propuso Rindou arrancando una de las hojas de su cuaderno y empezando a anotar varias cosas en ella.— Algo así como un picnic, cada quien podría llevar algo. 

— ¿De verdad quieren hacer eso? — Haruchiyo miró algo dudoso al más bajo.

Rindou asintió con una pequeña sonrisa.— Sólo hay que ponerle un bozal a Koko para que no suelte alguna idiotez.

— ¡Eres un traidor, Rindou! — Levantó la voz el de cabellos negros.

— ¡Señor Kokonoi, una más y abandona mi clase! — Volvió a regañar la mujer.

El adolescente se disculpó rápidamente, regresando su mirada a Rindou.— ¿Entonces cuándo? ¿Puedo invitar a Akane-san? 

— Si quieres, aunque probablemente no quiera salir con mocosos como nosotros. 

— ¡Tú déjamelo a mí! — Kokonoi guiñó uno de sus ojos levantando sus pulgares haciendo que Rindou rodara los ojos.

 Haruchiyo sólo ladeó la cabeza resignado.— Creo que tendré que ir a su casa para invitarlo.

— ¿Ya conoces donde vive? Que rápido eres, Sanzu... espera, si ya conoces su casa podrías habernos llevado ¿no crees?

— No, él no me ha dado su permiso sobre llevar a otras personas a su casa, dudo que se sienta cómodo.— Se cruzó de brazos.— Por otro lado, Rindou puede meterse en problemas con su hermano mayor como ese día.

— Prometo esta vez pedir permiso con anticipación... mientras tanto ustedes vayan pensando que van a llevar, digo, no pienso estar todo el rato mirando sus caras con el estómago vacío. 

— Sólo piensas en tragar, Rindou... ¡Auch! ¡¿Por qué hiciste eso?! — Se quejó luego de que el chico de ojos violáceos golpeara su frente.

Los tres menores voltearon a ver a la profesora quien también los estaba viendo.

Rindou se cruzó de brazos en el medio de sus dos amigos fuera del salón. Haruchiyo miró de mala gana al de cabellos negros quien sólo rodó los ojos.

— Ya dejen de mirarme así, de todas formas nos iban a castigar idiotas.     

     

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Flores en el Jardín [SanTake] Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora