XIV: HEARTBEATS

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Hortensias. 

Un mes después

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Un mes después

Pasó un mes luego de aquel incidente en el que Koko conoció a Takemichi y no de la mejor forma. Aun así, se hicieron buenos amigos al igual que con Rindou. 

Seguí yendo por las tardes al taller de Shinichiro-kun, él era una persona increíble, siempre amable y protector. Pero, había algo que me hacía un poco de ruido en uno de mis oídos. 

Sus amigos. A veces eran dos, otras veces tres y más. 

Me había contado sobre que perteneció a una pandilla cuando era más joven, de ahí quedaban las personas que conocía actualmente. 

De vez cuando visitaban el lugar, siempre se portaban agradables conmigo y sus sonrisas amigables me hacían sentir en confianza; sin embargo, de alguna manera me dejaban intrigado. 

No me dejaban ver más allá de ellos, pero tampoco deseaba hacerlo. ¿Por qué?

— ¡Sanzu-kun! Hola, vine lo más rápido que pude. 

Sí, nuevamente hoy nos veríamos. Octubre, para ser exactos. Sólo que, con la diferencia de que tenía algo para él, muy especial. 

— No te preocupes. 

Él no dudó en sonreír, y a mí me habría gustado que siempre lo hiciera. 

Era un sol, el sol de mi mundo. 

— Me dijiste que tenías algo para mí, ¿Qué es? 

Parecía un niño inquieto, podía verlo en sus ojos. ¿Cuántas veces he hablado sobre ellos? Simplemente me gustaban su color. 

— Ah... Sobre eso.— Busqué dentro de mi mochila el regalo, por suerte no se había aplastado junto a los libros.— Ten, es para ti. 

Le extendí la caja con ambas manos esperando que lo aceptara. Él sólo se quedó en silencio. 

Sé que lo iba a negar, digo, ¿Quién aceptaría un regalo como este de una persona que conoció hace muy poco? 

Aunque no lo sé, lo llevé a mi casa, durmió en mi cama, en mis brazos. 

— Sanzu-kun... ¿de dónde sacaste ese celular? N-No... No puedo aceptar algo como eso. 

Sí, también era demasiado modesto. 

— ¿Por qué no? No lo he robado, Takemichi, al menos que creas que soy ese tipo de personas.

— No he dicho eso, Sanzu-kun. 

Desvió la mirada, pero ahí estaba otra vez ese sonrojo en sus mejillas. Era tierno, Takemichi siempre fue tierno, incluso si no hacía nada. 

Tomé una de sus mejillas halando de ella con fuerza, enseguida su piel se volvió más roja de lo que ya estaba. Era delicado y cualquiera podría dañarlo. 

— Tómalo, he estado trabajando todo este tiempo para poder dártelo... Me dijiste que tus papás no te dejan usar estas cosas ¿No? 

Agachó la mirada y negó. 

— Entonces tómalo.— Volví a insistir.— Quiero hablar contigo todos los días y saber si ya comiste tus tres comidas diarias, ¿ahora sí? 

Si Takeomi me escuchara decir este tipo de cosas estaría burlándose en este momento de mí. Siempre tan odioso ese vejestorio. 

Seguía esperando una respuesta de su parte, y él seguía evitando mi mirada a como de lugar. Tomé una de sus manos, nunca se negaba a algo que yo hiciese con él, así que dejé el celular en su mano. 

— No voy a permitir que rechaces esto, no puedo ir todos los días a tu casa pero quiero saber de ti... Sólo no dejes que te atrapen. 

— No sé como reaccionar en este momento...

— No tienes que decirme nada ¿Bien? 

— Gracias, Sanzu-kun. 

Nos quedamos en silencio y yo sólo actué porque era algo que necesitaba hacer.

Besé su frente.   

Él se quedó estático, incluso podía sentirlo temblar. No sé si fue muy desvergonzado de mi parte, Takemichi se veía muy pequeño desde mi lugar.

Un día de octubre, al unísono, nuestros corazones latieron. 

 

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¿Tengo lectores? jajaja
Una disculpa si actualizo cada mil años.

Nos leemos luego<3 

Flores en el Jardín [SanTake] Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora