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—¡Estoy aburrido! —chilló Bachira, tirándose de espaldas en un sofá. Su cabeza cayó cerca de las piernas de Isagi, quien no se movió ni se sorprendió al estar acostumbrado a esta clase de movimientos repentinos.

—¿Qué esperabas? Ni siquiera son las once, la fiesta aún no comienza del todo. —comentó Chigiri desde su lugar, sentado con elegancia sobre el reposabrazos del sofá. Acomodó un mechón rosa de su cabello detrás de su oreja, y bebió un sorbo de cerveza, mirando a los alrededores con desinterés.

—¿Por qué demonios vinimos tan temprano? —Se quejó Meguru, acomodando la cabeza sobre el regazo de Yoichi.

—Pregúntale al señor puntualidad. —contestó Hyouma con sarcasmo.

—Reo nos pidió llegar temprano, no quería decepcionarlo. —respondió Kunigami a la defensiva.

El pelirrosa y el pelinegro de mechones amarillos rodaron los ojos.

—¡Era llegar temprano, no venir a inaugurar la fiesta!

—¡Llegamos demasiado temprano!

—¡Conduzcan ustedes la próxima vez para llegar a la hora que quieran! —Se quejó Rensuke con los brazos cruzados.

—¡No!

—¿Por qué no?

—¡Porque tú eres el conductor designado! —respondió Bachira con obviedad. —Conduces bien incluso estando ebrio.

—¡Eso es porque no termino tan ebrio como ustedes! Solo tomo unas tres y ya. ¡Nada más!

—Por eso te amamos. —continuó hablando Meguru. —Haces un sacrificio para que nosotros podamos beber.

—Vete al carajo. La próxima vez...

—La próxima vez volverás a ser tú quien conduzca. —Chigiri lo interrumpió con una sonrisa de costado.

—¿Y quién lo dice?

—Tú. Siempre eres tú quien acepta el puesto de conductor designado. —El de ojos rosa se encogió de hombros, restándole importancia con un gesto de su mano. —Isagi no tiene auto, Bachira no tiene licencia de conducir y yo obviamente no voy a dejar de beber solo para que estos inútiles vuelvan a su casa con vida.

—Nadie más que tú se preocupa tanto por nosotros. —comentó Isagi, tanteando terreno e intentando no molestar tanto a Kunigami quien parecía tener la intención de no volver a hacer de chófer nunca más.

—¡Eres nuestro héroe Kunigami!

—Te queremos. —comentaron de pronto los tres al mismo tiempo. Se miraron con sorpresa antes de volver la vista a Rensuke, quien se sonrojó sintiendose azorado de pronto por la extraña y repentina muestra de cariño.

—Aww, que lindo eres, Kunigami. ¡Hasta te sonrojaste! —Bachira se rió, y el más alto lo maldijo entre dientes.

—Déjalo en paz, que Kunigami aún puede dejarte aquí varado y no llevarte a casa. —comentó Chigiri, dejando un ligero golpe en la frente del chico de ojos amarillos. —Estos idiotas solo bromean.

—Aunque es cierto que estamos agradecidos por lo que haces por nosotros, Kunigami. No cualquiera nos cuidaría tanto.

Isagi era agradecido como siempre, sonrió mientras inclinaba un poco la cabeza. Kunigami apartó la vista, pidiéndoles que se callen entre dientes. Sus amigos rieron.

—¿Y dónde mierda está Reo? No lo he visto y se supone que es su fiesta.

—Debe estar por ahí atendiendo a sus invitados VIP. Y todo eso, sabes que nunca le podemos ver la cara hasta después de la medianoche, si no es que más tarde. —comentó Chigiri.

—¡ME ABURRO!

—¡Deja de gritar! —Isagi chistó, mirando mal a su mejor amigo.

—¡Quiero ver si alguien hace algo divertido!

—No son tus payasos, nadie hará nada solo porque lo pidas. —contestó Yoichi con obviedad.

—Buen punto. —respondió Bachira antes de levantarse sin previo aviso. —Ni modo, tendré que animar esta fiesta por mí mismo.

Después de decir eso, el de ojos amarillos se fue en dirección a la cocina. Chigiri y Kunigami miraron al pelinegro que no hizo amago de levantarse.

—¿No evitarás que haga una locura?

—Uhm... No, aún no está ebrio. Tal vez intente adueñarse de la consola de Dj o proponga alguna especie de juego de beber. No hay gran cosa de qué preocuparse aún.

—Ese "aún" me preocupa. —comentó Rensuke con duda.

—Confía un poco, Kunigami. —Isagi le restó importancia. —Todo estará bien.

Perspectivas. |RinSagi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora