vii.

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—¡Vamos a jugar! —gritó Bachira de pronto, llegando por detrás. Isagi tuvo suerte de no sufrir un infarto por lo repentino que fue su grito.

—¿A qué vamos a jugar? —Chigiri preguntó con curiosidad mientras que el de ojos azules hacia lo posible por recuperar el alma después del susto.

—¡Jugaremos DrinkPong! Perfecto para entrar en ambiente. —respondió Meguru, haciendo pistolitas con los dedos.

—De acuerdo.

—Creo que es la primera vez que aceptas tan rápido alguna de las ideas de Bachira. —comentó Isagi después de calmarse, levantándose junto al pelirrosa, quien se encogió de hombros restándole importancia.

—Estoy igual de aburrido que él. Y no vine aquí para quedarme bebiendo sentado toda la noche. —Hyouma habló con indiferencia, las manos en los bolsillos y la mirada vagando entre las personas que llenaban la sala sin llamar su atención.

—Cierto.

Isagi siguió el camino de sus amigos sin problemas, a fin de cuentas, el hecho de jugar o no, nunca fue una pregunta sino más bien una afirmación. Era obvio que Chigiri y él aceptarían, el problema era cuánto tardarían en aceptar. Era común para Bachira molestarlos con súplicas bobas por un par de minutos antes de ceder, pero en esta ocasión no hizo falta nada de eso. Kunigami los seguía desde atrás, sin opinar aunque manteniendo una sonrisa divertida en su rostro, tomando de a sorbos lentos el contenido de su vaso, ya que él no jugaría.

Al llegar a la cocina que debía medir el doble que el cuarto de Isagi en su residencia, se encontraron con una mesa de madera pulida y unos diez vasos agrupados de cada lado en una formación triangular. Un chico de cabello rosa y dientes afilados sonríe al verlos acercarse mientras llena los vasos de cerveza.

—¿Qué haces aquí, Kurona? No sabía que conocías a Reo. —Isagi saluda al acercarse, chocando su mano y acercándose en un abrazo a medias.

—Sabes que nunca me pierdo de una buena fiesta, amigo. —Ranze mantiene su sonrisa enigmática y divertida al momento de contestar, ganándose una risa a medias del pelinegro.

—Es eso, o alguien que te gusta está aquí en este momento.

—Me conoces demasiado bien. —Kurona ríe al saberse atrapado aunque realmente nunca ha sido alguien que oculte sus intenciones.

—¿Un chico o una chica?

—La curiosidad mató al gato, Isagi. No seas tan preguntón. —El pelirrosa rueda los ojos, golpeándolo con su codo cuando pasa a su lado justo después de terminar de llenar los vasos. —Es un chico, bajito y de ojos lindos. Creo que lo conoces.

—Con tu maravillosa descripción no puedo saber de quién me hablas. —respondió con burla Isagi.

—¿Ya podemos jugar o ambos seguirán con el chisme un rato más? —Chigiri se burló, mirándolos a ambos con los brazos cruzados.

—Te diré su nombre si logras ganar esta ronda. —Kurona retó a Isagi, con una sonrisa burlona. Acercándose a Hyouma para pedirle ser su compañero, quien sin darle demasiadas vueltas, aceptó.

—Iba a ganar incluso sin tu apuesta, idiota. —Se burló el de ojos azules, tomando su lugar al otro lado de la mesa junto a Bachira que parecía rebuscar dentro de una caja.

—Ya lo veremos.

—¡La encontré! —chilló con alegría Bachira, mostrando unas pequeñas pelotitas de plástico. Las colocó sobre una silla y tomó una de ellas con una sonrisa llena de una emoción casi infantil. —¡Que comience el juego!

Meguru hizo rebotar la pelotita contra el centro de la mesa, la cual hizo un arco casi perfecto que, aunque cometió un par de errores logró entrar milagrosamente en uno de los vasos al otro lado de la mesa. Isagi felicitó a su amigo con una sonrisa y una palmada, viendo con burla a Ranze que tuvo que levantar el vaso y beberse todo su contenido de un trago.

Al parecer, la noche empezaba a ponerse interesante.

Perspectivas. |RinSagi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora