ix.

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—¡Bebe tu derrota, perdedor! —Bachira grita antes de empezar a reírse.

Isagi ríe también porque la risa de Meguru es contagiosa, mientras ven a Raichi beber el último vaso de cerveza que quedaba en su lado de la mesa entre maldiciones.

—Ustedes dos son bastante buenos en este juego ¿No?

Kunigami comenta con diversión, al ver a las personas que han sido derrotadas en el juego.

—Mi puntería es bastante buena, y la de Isagi no está tan mal, así que somos los mejores en este juego. —Bachira celebra, bebiendo un sorbo de uno de los vasos más cercanos a él, aunque hace una mueca a los pocos segundos escupiendo el contenido de nuevo en el vaso. —Esta cosa está caliente.

—Bachi, eso es asqueroso. —Isagi ríe con calma, de los dos es quien más ha bebido después de fallar varios tiros, sin embargo, no está lo suficientemente ebrio como para sentirse mareado, sino que simplemente se siente más relajado. —Ve a tirar eso.

—Pero...

—No, no vas a dejarlo ahí en la mesa, probablemente alguien se lo beba o tu te lo bebas por accidente. —regañó el de ojos azules, ganándose un quejido de su mejor amigo, quien a regañadientes accedió alejándose con fastidio.

Kunigami se rió en voz baja, antes de encaminar sus pasos en dirección a Chigiri, que se encontraba sentado en el sofá una vez más. Isagi lo siguió solo porque ya llevaba mucho tiempo levantado y el juego ya empezaba a parecerle aburrido.

Kurona se escapó cuando su juego quedó en empate, ya que una chica tropezó con la mesa tirando un par de vasos y distorsionando el resultado. Chigiri volvió a jugar, pero de un momento a otro, Ranze estaba fuera de la vista de todos, ya lo buscaría luego para seguir la conversación.

—¿Qué haces aquí? ¿No estabas aburrido? —Rensuke se mantuvo de pie junto al sofá donde el pelirrosa descansaba, Yoichi tomó asiento junto a él.

—Lo estaba pero Reo me dijo que lo espere por aquí. —contestó Hyouma, alejando al pelinegro de un golpe ya que se encontraba demasiado cerca. Yoichi siguió acercándose y tocándole para molestarlo. —¡Déjame en paz, idiota!

—¡No seas amargado, Chigiri! No te estoy haciendo nada.

—¡¿Estás ebrio?! ¡No me toques!

—¡No estoy ebrio! Relájate, solo te estoy tocando.

Y era cierto, Isagi no estaba ebrio, no lo suficiente para hacer alguna locura, solo estaba disfrutando el hecho de molestar al pelirosa por diversión.

—¡Relájate y recibe amor, Chigiri! —Bachira llegó de pronto abrazándose del chico de cabello rosa que estaba a punto de golpearlos a ambos.

—¡Ya llegué, perras!

Levantaron la vista, frenando la pelea que pudo haber comenzado encontrándose a Reo con una sonrisa divertida y Nagi sobre su espalda.

—Ya te habías tardado, imbécil. —Chigiri contestó el saludo de igual forma, chocando sus puño con los recién llegados. El peliblanco se levantó dió un par de pasos y se tiró sobre las piernas del pelirosa y por consiguiente también las del pelinegro, quedando acostado sobre ellos. —Hola para tí también, Nagi.

—Estoy aburrido. —comentó el nombrado con pereza.

—No eres el único, amigo.

—Sean honestos ¿La fiesta está aburrida? —Reo preguntó con los brazos cruzados.

—Muy aburrida.

—No hay nada que hacer.

—Quiero dormir, Reo. —Nagi se quejó en voz alta, porque ni siquiera le gustaba beber o salir de fiesta, la única razón por la cual se encontraba ahí era porque estaba acompañando al pelimorado.

Isagi se mantuvo quieto, sin opinar, hasta ahora no era una fiesta muy divertida pero seguramente Reo tendría alguna carta bajo la manga, siempre era así. Mientras miraba a su alrededor, pudo notar un flash que lo cegó por un par de segundos, no pudo ver la cámara ni tampoco a la persona que los fotografió, así que giró para preguntarle a sus amigos si lo habían visto pero el pelimorado empezó a hablar antes.

—Lo siento, chicos. Tuve que responder unas llamadas de mis padres, no entiendo para qué me dejan usar sus casas para las fiestas si luego van a estar de paranoicos. —Reo rodó los ojos mientras respondía, sacando el celular de su bolsillo. Tecleó un par de cosas con rapidez y de pronto las luces pasaron de ser blancas y brillantes a ser de colores y ser más bajas, un poco de humo empezó a esparcirse por el lugar y la música cambio a una movida.

—¡¿ESTÁN LISTOS PARA LA VERDADERA FIESTA?! —La mesa del Dj que había estado controlando un chico común, ahora tenía a un chico con un traje colorido y luces a su alrededor que logró levantar el ánimo de las personas.

Isagi, Kunigami y Chigiri voltearon a ver al dueño de la casa con sorpresa.

—¿Y eso qué mierda fué?

—No se sorprendan. Ya todo estaba preparado, ellos solo estaban esperando la señal. —contestó Reo con simpleza, señalando el teléfono en su mano. —Porque claramente la fiesta no iba a comenzar sin mí.

Hay una sonrisa de superioridad en los labios del Mikage, viendo cómo las personas empezaban a levantarse y otras a bailar. La mayoría ya iba por su tercer o cuarto vaso, así que el autocontrol estaba más bajo y las limitaciones apenas se sentían, tal como era el preludio de una noche de locuras.

—¡Amo esa canción! —Bachira saltó para luego agarrar la mano de su mejor amigo. —¡Vamos a bailar, Isagi!

Yoichi sonrió, dejándose llevar, a fin de cuentas... ¿Qué sentido tenía limitar su diversión?

Perspectivas. |RinSagi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora