xii.

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Rin ya podía sentirse en estado de ebriedad.

Era consciente del mismo, y no sabía si eso significaba estar más o menos ebrio, pero de por sí, no era común en él divagar por cuestiones tan pequeñas como esa.

Seguía teniendo la capacidad de leer las opciones en la pantalla de su cámara, las letras eran borrosas pero entendibles, aunque admitía que sus dedos se movían en base a la memoria muscular.

Volvió a levantar la vista, frente a él, a una distancia considerable, había un par de chicos bailando, aunque solo uno de ellos ha logrado captar su atención.

El chico de bonitos ojos azules está bailando, su cabello es negro, sus piernas son largas y se estilizan con unos jeans deslavados de color azul, tiene una camiseta negra con el logo de una banda, sus muñecas son adornadas por un par de brazaletes y un collar negro se ajusta alrededor de su cuello. Su look es sencillo pero no es algo que esté mal, a fin de cuentas, a Rin le importa una mierda la ropa que usa el resto de las personas.

Levanta la cámara y le toma otra foto.

Después de todo, a Rin no le interesa la ropa, le interesa él.

No sabe porqué, ni qué fué lo que llamó su atención en un inicio, tal vez, el sentir sus ojos en aquella fotografía, el sentirse visto cuando creyó que nadie lo veía. No está del todo seguro, porque el primer pinchazo de dolor en su cabeza a causa del alcohol le marea.

Da igual, tal vez eso lo atrajo en primera instancia pero no es eso aquello que lo mantiene ahí sentado. No...

Aquello que mantiene al Itoshi en su posición es la curiosidad.

Porque ese chico sabe que está siendo fotografiado.

No es la primera vez que Rin fotografía a alguien sin su permiso, después de todo, había ocasiones que debía entregar trabajos en la universidad con fotografías de gente distraída, pero en su experiencia, cuando se trataba de personas desconocidas, estás no tardaban mucho en apartarse o en algunos casos, reclamarle su atrevimiento.

Pero ese chico se mantiene ahí, no posa, no reclama, y no parece molesto, simplemente está ahí, continúa moviendo sus caderas al ritmo de la música como si le diera igual todo o simplemente las acciones de Rin no tuvieran la suficiente importancia para preocuparse.

Es hasta estúpido considerarlo un reto.

Cuando los ojos azules de ese chico chocan con los suyos, solo puede mantenerle la mirada, inclinando su cuerpo al frente en señal de interés. La atención de su modelo no deja de estar puesta sobre él, así que Rin se toma el atrevimiento de bajar un poco la vista, hasta encontrarse con unas manos ajenas abrazando la cintura de aquel chico que llamó su atención.

Su ceño se frunció casi de forma involuntaria, para luego volver a levantar la vista, y darse cuenta, que su modelo ya no tiene los ojos sobre él.

“Mírame”

Sus ojos se mantienen fijos en el pelinegro, hasta que este vuelve a mirarlo a los ojos y el Itoshi está tan concentrado en eso que ni siquiera nota a la chica que se acerca.

El perfume floral golpea de pronto su nariz, y siente una arcada que intenta apartar respirando por la boca, esa chica parece ignorarlo.

—¡Hola! ¡Eres muy guapo y vine a invitarte un trago! —Ella deja un vaso en la mano de Rin, quien no es un idiota y en cuanto esa chica se largue, va a abandonarlo a un costado, sin ganas de terminar drogado o algo por el estilo.

Esa chica no se ve bien, sus ojos están enrojecidos y su voz suena demasiado entusiasta o tal vez solo es muy alta debido a la música. No es algo que al de ojos turquesa le importe.

Rin está a punto de decirle que se largue, que su presencia no le permite seguir manteniendo la mirada de su modelo y que ella no le importa ni un poco, pero sus reacciones son algo más lentas de lo normal y antes de darse cuenta ya tiene a esa chica sobre él, aplastando su boca contra la suya de una forma que le parece más bien asquerosa.

El Itoshi siente tanta molestia que apreta su puño sin medir la fuerza, el vaso plástico termina doblado y retorcido con el líquido escurriendo entre sus dedos antes de dejarlo caer y con esa misma mano apartar a la chica sin una pizca de tacto ni decencia porque claramente ella no lo tuvo con él.

—¿Qué mierda haces, maldita? —reclama con la voz enfurecida.

—Eres un chico guapo, así que mereces recibir un beso de una chica guapa. No seas tan amargado. —responde con diversión.

—¿Y qué te hace pensar que yo te considero guapa, niñita tonta? —Rin es hostil y grosero, no le importan sus sentimientos, así como a ella no le importaron los suyos. —Conoce primero lo que es el consentimiento antes de hacer una estupidez como esta. Y no te creas tanto solo porque tus amiguitas de mierda y un par de chicos cachondos digan que eres guapa, porque a mí en lo personal, no me resultas ni un poco atractiva. Así que largo de mi vista.

La chica no parece herida, sino más bien furiosa, le grita algún insulto al cual no le prestó atención antes de irse lejos.

Rin vuelve su atención al chico de ojos azules.

Ahora es ese chico quien tiene el ceño fruncido con molestia y una chispa se enciende dentro de Rin en señal de reconocimiento.

“¿Le intereso?”

El Itoshi no es alguien demasiado lanzado, pero la duda le come la cabeza, así que se toma el atrevimiento de intentar algo.

Rin limpia sus labios con el dorso de su mano, antes de señalar con su dedo a ese chico de bonitos ojos azules, quien da un respingo. Sus ojos turquesa dan un nuevo repaso por su cuerpo, para luego señalarse a sí mismo, lamiéndose los labios.

La boca de ese chico se abre con sorpresa y hay una sonrisa tan divertida como maliciosa extendiéndose en los labios del pelinegro cuando lo ve huir a otro lugar.

Rin toma la cámara de su regazo y se levanta para seguirlo.

Después de todo, es muy pronto para acabar el juego.

[...]

¡Y recuerden! El consentimiento es una calle de dos vías, así como las chicas merecen respeto y están en su derecho a negarse a ser tocadas de cualquier manera. Los chicos tienen ese mismo derecho, de ser respetados y también pueden negarse a ser tocados de cualquier manera.

¿Por qué? Porque el consentimiento es un derecho que tenemos todas las personas sin importar nuestra identidad de género.

Gracias por su atención.

Perspectivas. |RinSagi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora