El sitio era espeluznante, olía a cadáver y a cerrado. Como si se tratara de unas gigantescas fauces de algún animal, en vez de una nave.
-Abre bien los ojos, no quiero que te la juegues como la última vez- Alley le recalcó eso señalándole la herida, aún reciente, del pecho de su compañero.
-Humana- el yautja empezaba a estar harto de aquella actitud -yo soy tu compañero ahora, trátame como a un igual, no como a una cría- soltó en un tono de enfado.
A la chica le costó comprender porque le decía algo así, pero tras un segundo de pensarlo fue consciente de lo tonta que estaba siendo -cierto, tu sabes lo que haces solo que...- no iba a soltar la retahíla de siempre de: me preocupo por ti. Porque para empezar, no quería hacerle creer que estaba preocupada. Pero si era cierto que ese lugar le estaba poniendo los pelos de punta y no quería verse envuelta en una carnicería ella sola.
Repentinamente algo cayó frente a ellos desde el piso de arriba. Había una abertura en el techo del pasillo, Alley se asomó con pistola en mano pero al no ver nada ahí arriba, dirigió su vista a lo que fuera que se hubiera caído ante ellos.
-Un cuerpo- habló Jirue en un susurro, acto seguido le dio una patada para darle la vuelta. Era otro yautja, más grande que él. Y estaba desprovisto de brazos.
Alley aguantó una arcada. El olor era repugnante y denso, tanto que se filtraba por las rendijas de respiración del traje. Tuvo que cerrarlas y usar el tanque de oxígeno.
-¿Cuánto hace qué?...- preguntó Alley con signos.
-En el espacio nunca se sabe pero huele como si llevara semanas- Jirue puso una mueca de asco bajo su biomascara. él también le contestó con gestos. Después de lo visto no querían ser sorprendidos de nuevo.
Entonces empezaron a escuchar un mecanismo, apenas sutil, sobre sus cabezas.
Alguien había cambiado la ventilación del sitio ¿o era algo programado? De cualquier manera Alley se puso en marcha.
-No hay nada más que ver aquí, vámonos- le pidió a su compañero, el cual estaba parado junto a lo que parecía la sala de mandos.
-¿Jirue?- la joven se acercó y le tocó el brazo para llamar su atención. Él se giró para, seguidamente, desplomarse.
-¡Jirue!- en menos de un segundo Alley se había dado cuenta de que el mecanismo que habían escuchado antes era una trampa. Había algo en el aire, algo mortífero.
La chica deseo tener uno de sus escáneres para poder comprobar el aire.
También se preguntó por qué demonios la biomascara de los yautja no servía para filtrar gases ¿o es que la tenía rota?
-¡Mira que tenemos aquí!- una voz femenina llegó desde arriba. Alley miró en esa dirección y vio la silueta de una mujer que se asomaba por un balcón del piso de arriba -Jamás pensé que tendría la oportunidad de conocerte Alley-
La chica pelirroja no lo pensó dos veces y disparó a esa persona. Estaba demasiado expuesta como para preguntar y disparar después. Pero esa silueta no era más que una sombra. Alley maldijo entre dientes, recargó el arma y se centró en los sonidos de su alrededor, no iba a fallar esta vez.
Los avances tecnológicos de Calev eran impresionantes. En menos de dos días había preparado un prototipo de escudo contra ataques psíquicos, o al menos así lo llamaba él.
-Estoy impresionado la verdad- afirmó Vaum tomando en sus manos el artilugio en cuestión. Era como un casco de color plateado y blanco con diversas baterías repartidas alrededor -solo espero que no me fría el cerebro con una descarga-
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Más allá de las estrellas
Science FictionLos nómadas Hulú llevan varias generaciones explorando los confines del universo, tanto conocido como desconocido. Podría decirse que es una de las pocas sociedades humanas aún existentes. El resto son colonos que llevan siglos dormidos a la deriva...