4º CAPÍTULO

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Las tensiones en la nave regresaron de nuevo. Suna no les dirigía la palabra a ninguno de ellos. Ni siquiera a Alley.

El resto del equipo quería solucionar también el problema, pero decidieron actuar a las espaldas de la jerarca.

Alley conocía a su compañera como la palma de su mano. Seguramente su primera reacción al enterarse de lo ocurrido sería mandarlos a que acabasen con el infiltrado.

Y esa no era la opción acertada -uno de nosotros acabaría muriendo en el proceso o puede que todos- pensaba ella -y nuestra función principal es sobrevivir-

Una de las ocasiones en las que todos dormían, fue ella a hablar a solas con el intruso.

-¿Cuál es tu meta?- le preguntó en lenguaje de signos.

El yautja apareció frente a ella desactivando su invisibilidad -cazar a la reina-

-¿A que reina te refieres?- interrogó ella a la escamosa criatura.

El alienígena emitió unos chasquidos de sus fauces -reina de ellos- dijo señalando una de sus armas, que se trataba de la cola de un xenomorfo.

-Buscaré tu reina pero debes cooperar con nosotros- intentó llegar a un acuerdo la chica.

-No hago trato con humanos y menos con unos no honorables- pareció que la criatura soltaba una carcajada despectiva.

Alley se encontraba en las mismas. Se marchó refunfuñando y se sentó de nuevo ante los mandos de la nave. Deseaba saber el lugar donde se encontraba el mundo de ese bicho, para meterlo en una cápsula de escape y enviarlo de nuevo al infierno del que salió.

Comprobó de nuevo el rumbo que llevaban, posiblemente era ya la tercera vez que lo hacía en un periodo inferior a una hora.

Pero ese momento era diferente, había algo que antes no estaba o al menos, no se había dado cuenta de ello: una gigantesca estructura a un kilómetro de ellos. Por el aspecto que tenía era antigua, de invención humana ¿Sería una nave? no... aquello era una antigua estación espacial que se había salido de su órbita normal.

-Vaum ponte el traje espacial, vendrás conmigo a inspeccionar una cosa- le ordenó Alley.

Él se levantó del sofá, estaba aún agotado del entrenamiento y sentía como todo su cuerpo le pesaba el doble -¿Qué hay que ver ahora?- preguntó acercándose a la sala de mandos. Desde allí, las vistas le respondieron sus dudas.

Aquella construcción monstruosa era de un color gris oscuro, la mitad de ella estaba destruida y parecía ser un cementerio ambulante.

A pesar de ello Vaum no se negó a ir, no quería aparentar ser un cobarde.

-Yo también voy con vosotros- anunció Libra poniéndose el casco.

-No, no estás preparada, aún no te he enseñado- intentó frenarla Alley.

-¿Y si os exponéis a un peligro que desconocéis vosotros y yo no?- buscó como excusa la chica -además... no me apetece quedarme sola y que Suna salga de la habitación...-

Alley comprendió bien eso y le dejó ir con ellos.

-Un repaso simple: siempre en silencio, hacer señas para informar de algo, siempre juntos y no os enfrenteis a nada desconocido- enumeró la joven pelirroja.

-¿Y qué vamos buscando exactamente?- inquirió Vaum.

-Comida, ropa, herramientas... cualquier cosa que sea o parezca útil-

-Oh qué misión más divertida, saquear sitios abandonados- contestó con sarcasmo él.

Alley no entró al trapo, estaba centrada en la misión.

Más allá de las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora