EZRA SMITH
Ver a Leah tan destruida me causa tristeza, me duele verla así, pero a la vez es un alivio todo esto ya que por fin todo lo que ya estado sintiendo está saliendo al exterior, sí Leah hubiese sido más transparente con ese asunto probablemente nuestra manera de conocernos hubiese sido diferente, ella hubiera estado llorando en esa solitaria aula y en ese momento hubiese llegado yo con mi torpeza.
En fin, tantas cosas pudieron haber pasado.
Leah ahora está más calmada, creo que logré disipar algunos de sus pensamientos que la señalaban como culpable de todo lo que ha sucedido, desde lo de James hasta lo de Hannah lo cual me contó hace poco, en ese momento entendí muchas cosas desde su desconfianza de Leah hasta la pelea con Hannah, lo que si no entiendo es el porque de su indiferencia con su antigua amiga, digo si eran tan unidas en los momentos de dolor esa amistad se debía haber fortalecido pero no fue así, se desintegró totalmente.
— Eso explica muchas cosas sobre ti — Sonreí de lado — Sobrellevar algo así por tu propia cuenta te cambia.
— Después de lo de James y Hannah no volví a ser la misma Leah, nunca más lo volveré a ser.
— Tienes razón — Suspiré lentamente, ella me miraba atenta, sabía que no era lo único que iba a decir — No volverás a ser la misma, pero eso no significa que te convertirás en algo que te desagrade, no tiene porque ser así.
— ¿Y qué hago?, mi única salida fueron los consejos de mi madre que ahora ya ni tienen sentido para mi, no tengo nada claro... yo...
Si la dejaba continuar de seguro hubiese tenido otra crisis, por lo que detuve sus pensamientos autodestructivos tomando sus manos para que me mire fijamente, quiero que sepa que hablo enserio y no quiero que se pierda en si misma, con esos pensamientos que por tanto tiempo la han estado atormentando.
— Hey tranquila — Sonreí de lado, quiero brindarle paz, trato de hacerlo — El año aún no acaba, no vas a morir hoy, tienes tiempo para saberlo.
— Pe...pero — La interrumpí —
— Nada de peros, Leah si antes pudiste trazar tu propio destino vas a volver a hacerlo, no necesitas a nadie más que a ti misma para eso — Ella empezó a pestañar de manera rápida, estaba dudando y demasiado — La única que puede dominar esas voces eres tu Leah, tienes muchas cosas que sanar, a mi ya me pediste perdón pero ahora es turno de que te lo digas a ti misma, nadie te ha lastimado tanto como tu misma — Ella baja la mirada, creo que ocultando sus propias ganas de llorar, alcé su mirada subiendo con mi mano su mentón para que vuelva a verme — No puedo sanarte Leah, solo tu puedes hacerlo, pero si en algún momento necesitas ayuda no dudes en llamarme o buscarme.
Ella me dedicó una hermosa sonrisa de oreja a oreja, sus lagrimas empezaron a salir pero no había tristeza en ellas sino alegría, algo que se ve muy hermoso en ella, su alegría deslumbra de manera potente haciéndome entender que le dije lo correcto, eso me tranquilizó. De un momento a otro me di cuenta de que mi mano seguía en su mentón, su rostro estaba cerca al mío, no pude evitar sentirme nervioso pero aún así no me aparté sino que me acerqué un poco más.
No sé que impulso me está dominando ahora pero me agrada.
Todos sabemos lo que va a suceder, mis labios estaban cerca de los suyos, ella tenía los ojos cerrados esperando el beso con seguridad...
— ¡Traje pizza!
El momento se nos corta de golpe cuando mi padre entra de manera estrepitosa junto a mi hermano, tan repentina interrupción hizo que me cayera de espaldas en un intento de alejarme de Leah debido a que mi amado papá se le ocurre venir justo ahora.
Ahora imagínense esto, dos adolescentes completamente rojos de le vergüenza, una en su sitio completamente congelada y al otro en el suelo sintiendo un terrible dolor en la espalda por la caída, antes de ver eso ambos estaban uno cerca al otro, y apenas entras ambos se despegan de la forma más escandalosa posible.
¿Tienen esa cómica imagen sus mentes? Bien, porque es lo que mi padre vio y creo que se dio cuenta de lo que acaba de interrumpir ya que lucía arrepentido.
— Oh ehhh — Dice mirándonos a ambos, sin saber que hacer, Leah reacciona y me ayuda a levantarme tendiéndome su mano la cual acepté — ¿Interrumpo algo?, porque puedo irme de nuevo...
¡Papá!
— No es... necesario señor Nicolas — Suspira algo incomoda y nerviosa — No interrumpe nada.
— ¿Dijiste pizza verdad pa? — Traté de desviar el tema, mi rostro estaba de todos los tonos rojos que pueden existir así que no necesito mas vergüenza. Él asiente — Porque tenemos hambre.
Leah asiente ligeramente, aún se sentía avergonzada. Mi papá sin esperar más viene a pasos rápidos a la mesa para dejar la pizza, nos sentamos y empezamos a comer, mientras comíamos me di cuenta de que mi hermano me miraba de manera acusadora, ni siquiera disimulaba, achinó sus ojos observándome de una manera seria como queriendo que me arrepintiera de algo y en ese momento hice lo que toda persona madura haría, le saqué la lengua.
— Leah me alegra mucho tenerte de nuevo por aquí — Mi padre se ríe emocionado, lo suficiente como para ponerme nervioso de nuevo — Nathaniel extrañaba mucho tus visitas, decía que tu eras mejor profesora que Ezra.
— Eres un traidor pequeñín — Miré a mi hermano menor, él cual me desvío la mirada de manera inmediata como ofendido — Me voy a vengar.
— Leah es mejor que tu, niño feo.
— Feo tu — Le respondí —
— No tu — Me contestó — Él mas feo de la historia.
— Niños basta, que está Leah presente, compórtense.
Leah miraba la escena conteniendo la risa.
— Él empezó, yo solo le respondí — Traté de defenderme, mi hermano me sacó la lengua —¿No le vas a decir nada?.
— Basta los dos, lo lamento mucho Leah, a veces sé comportan como bebés.
— No tiene de que disculparse señor, supongo que son cosas de hermanos.
Seguimos comiendo en paz, entre risas, mi padre se notaba encantado con Leah y mi hermano ni hablar, la adora.
De ser un día más se convirtió en mi favorito, es por eso que amo tanto lo impredecible, si cosas malas pueden pasar pero a la vez cosas como estas pueden venir a alegrarte el día y no sé ustedes pero yo no me arriesgaría a perderme algo así.
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En busca de la felicidad [TERMINADA]
RomanceEs sencillo llamarle felicidad a la monotonía, eso ella lo sabe bien y tiene muchos argumentos a su favor... Pero ahora es el turno de él. A veces solo se necesita un pequeño sismo para derrumbar nuestra propia casa de mentiras, no importa cuán bien...