Capítulo 34

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LEAH THOOD

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LEAH THOOD

Después de esa hermosa y divertida cena, el señor Nicolas y Ezra me llevaron a mi casa, me despedí de ellos y entré a mi casa con un nuevo carácter, no voy a negar que mi madre me sigue dando miedo pero prefiero ahora enfrentarla que huir de ella, estoy harta de esa sensación, no puedo salir corriendo de todo lo que me sucede así que ahora en adelante le daré la cara, sé bien que es lo que quiero y no voy a dejar que nadie me quite mi juventud, mis ganas de vivir y lo que más amo en esta vida.

Quiero ser yo, respirar con tranquilidad y dedicarme a lo que quiero.

— Acabas de pasar muchos límites Leah - Ella aparece de la nada, su postura como siempre era firme y con su mirada trataba de intimidarme pero a pesar de las dudas que tengo decidí sostenerle la mirada — No tienes idea de lo que has causado.

— La tengo madre, créeme, ahora más que nunca puedo ver con claridad, estaba tan ciega que me dejé llevar por ti pero quiero que sepas que ni tu postura ni tu mirada y mucho menos tus palabras van a manipularme — Murmuré igual de segura que ella, algo que le sorprendió pero no se veía conmovida — ¿Enserio no lo ves?.

— ¿Ver qué exactamente? ¿Cómo mi hija decide dejar todo por lo que ha luchado?

— Lo hacía por ti, eras lo único que tenía y me adherí a lo que me decías... — Tomé aire, conteniendo las ganas de llorar — Pero solo me herí a mi misma — Ella me miraba incrédula, sin entender nada de lo que decía — Mamá... ¿Enserio no lo ves?.

Y sin poder contenerme más, mis lágrimas aparecieron una vez más este día, esperaba que mi madre viera lo mucho que necesitaba sanar y por un momento creí que ella lloraría conmigo pero su expresión fría volvió casi al instante, se dio la vuelta sin decir nada y se fue dejándome con las ganas de recibir aquel abrazo materno, me duele esto, se supone que mi familia debería hacer esto más sencillo pero las cosas son diferentes, ella huye de las cosas como una cobarde y sinceramente no quiero seguir ese rumbo, no quiero ser como ella.

Con mucho rencor hacía mi madre subí a mi cuarto cerrando la puerta con fuerza, ¿Tan difícil es admitir un error?, se supone que es la adulta aquí pero más bien actúa como una chica amargada de mi edad...

¿Enserio así me veía yo?.

Me detuve a verme en el espejo de mi cuarto, al verme de nuevo mis lágrimas salieron sin previo aviso, no puedo creer que perdí tanto tiempo de mi vida siendo como mi madre, fingiendo que nada puede herirme y que no necesito a nadie, creyendo ilusamente que el éxito estaba en graduarme con honores y conseguir aquel puesto de abogada solo para poder ganar bien antes de volverme dueña de aquel bufete de abogados, solo quería hacer eso para que los demás me envidien pero... Lo único que conseguí fue dolor, romper poco a poco lo que soy solo para complacer al resto.

Pero esa no soy yo, no es lo que quiero y no pienso seguir mintiéndome más.

— Lo siento tanto — Murmuré para mi misma, llorando a cantaros y con el corazón abierto. Puse mi mano en aquel cristal tocando el reflejo de mi mano en este — Te herí, demonios me equivoqué en grande y te perdí de vista, no quería hacerlo, no sabía que hacer y me refugié en la primera cosa que pude, tenía tanto miedo de que saliéramos lastimadas de nuevo que no me di cuenta de que yo era la que te lastimaba más que nadie... Perdón.

Bajé la mirada, dejé que mis lagrimas fluyeran con confianza, las he acumulado por tanto tiempo que se siente tan liberador sacarlas, no sabía que eran muchas, me molesté tanto en ocultar mi dolor que todas las lagrimas acumuladas me pasan factura ahora.

Mejor tarde que nunca.

Mientras lloraba un momento de claridad vino a mí, la vez que conocí a Ezra... mis ganas de hablarle, ese impulso de seguir con él, ese sentimiento de tranquilidad, todo eso... era yo misma, mi interior estaba muriendo lentamente y todo eso eran sus gritos de auxilio, ahora todo cobra sentido.

— Prometo sanar, tus gritos han sido escuchados y ahora solo tenemos que recuperarnos — Sequé mis lagrimas y me miré de nuevo al espejo — No seremos la Leah de antes, pero no por eso seremos la peor versión de nosotras mismas, buscaremos nuestra propia felicidad y nos aferraremos a ella, lograremos ser felices... Lo vas a ver.

Decirme eso fue tan liberador, no más exigencias, no más perfección, ahora seré lo que siempre debí ser, seguiré el camino que siempre debí seguir y viviré la vida que siempre debí vivir. Me alegra tanto ver por fin la luz en tanta oscuridad, no puedo dejar de sonreír, por fin podré encontrar mi propósito, seguirlo y lograr el éxito, el verdadero éxito, no el que siempre me ha inculcado mi madre, ese es muy superficial, yo quiero algo más, quiero sentirme viva y no solo quejarme de la vida, la quiero disfrutar, sentirme libre y correr lejos pero ya no para huir sino para ver cuan lejos puedo llegar, anhelo respirar el aire puro de la libertad mientras la alegría recorre todo mi cuerpo como la sangre...

Sé que algunos me dirán que solo pienso así porque soy joven e ingenua, pero les diré que si anhelar sentirse viva es ser ingenua prefiero mil veces proclamarme la reina de la ingenuidad antes de volver a ese ser tan "realista" que era.

Estoy segura que estás no son las ultimas lagrimas que derramo, sufriré, me enojaré y frustraré como todo ser humano, quizá hasta me llene de miedo, pero no quiero que esas emociones dominen mi vida nunca más, quiero ser capas de salir adelante a pesar de todo... Quiero siempre buscar mi propia felicidad, la verdadera, esa que a pesar que todo tiemble permanezca, suena raro pero...

¿Cómo explican la felicidad que siento ahora?, no me he curado aún, pero me siento tranquila y segura.

Esa es de lo que les hablo, que a pesar de que el día sea gris ustedes puedan entrar su propia luz, sentir que podrán salir adelante y decidir seguir dando pasos adelante.

¿Es difícil? Por supuesto, pero lo vale, se los aseguro.

¿Es difícil? Por supuesto, pero lo vale, se los aseguro

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En busca de la felicidad [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora