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Yoongi considera que está teniendo demasiado tiempo libre ahora que su empresa ha pausado sus proyectos de manera temporal. El aburrimiento lo consume poco a poco mientras espera la retroalimentación de los demos que envió hace unos días, por lo que para tratar de distraerse termina hurgando entre sus cosas viejas, las cuales aún se mantienen guardadas en cajas de mudanza en el garage. Es así como siempre termina topándose con cosas que a simple vista parecen insignificantes pero le traen demasiada nostalgia.

Una de las cosas que encontró sin realmente buscar fue una caja llena con las polaroids que Seokjin tomaba con la cámara que Yoongi le había obsequiado en uno de sus cumpleaños. El mayor tenía la costumbre de tomar fotos para retratar los recuerdos que podrían desenterrar para rememorar cuando fuesen ancianos. Seokjin había tomado una cantidad exagerada de fotografías de ellos y sus amigos en sus días de universidad.

Yoongi no se esperaba terminar en el sótano de esa manera, pero ahí está, sentado mientras sostiene entre sus dedos una pequeña fotografía. Para su sorpresa recuerda ese momento a la perfección. Namjoon había robado la cámara de Seokjin para tomar fotografías de Jungkook mientras esperaban a que el tanque del pickup de Seokjin terminara de llenarse. Namjoon llamó su atención por la ventana y Seokjin volteó a verle, Yoongi apareciendo del asiento trasero con una enorme sonrisa para incluirse. Ese mismo día Seokjin había tenido su último examen semestral de toda su carrera, por lo que decidieron ir al otro lado de la ciudad para emborracharse en un bar barato para celebrarlo y ver el amanecer desde un mirador de la carretera.

Esa noche había sido mágica para todos, o al menos eso es lo que Yoongi creía, ya que había sido una de las últimas veces en las que todos habían podido estar juntos de esa manera, sintiéndose jóvenes y libres a pesar de tener diversas responsabilidades sobre sus hombros. Namjoon y Hoseok recién habían salido de sus rotaciones, Hoseok aún llevaba el pantalón de la pijama quirúrgica. Jungkook y Seokjin se turnaban para conducir, mientras Taehyung y Jimin se comían el uno al otro en la cama del vehículo. Yoongi y Hoseok cantaban a todo pulmón una de las canciones de la playlist de Namjoon, quien se había quedado en el asiento del copiloto; con una mano se sostenía de la manija de la puerta y con la otra sostenía la mano Jungkook.

—¡Consíganse una habitación! —exclamó Seokjin desde su puesto tras el volante, dirigiéndose a los menores que no podían mantener sus manos alejadas del otro.

—¡Como si Yoongi-hyung y tú no hicieran lo mismo! —respondió Jimin con una sonrisa pícara que Seokjin logró ver por el retrovisor.

Yoongi se sentía en una especie de trance en su lugar, observando a Seokjin mover su cabeza al ritmo de una canción que a Yoongi le recordaban a los clásicos soundtracks de una película de adolescentes. En ese momento se sentía dentro de su propia película, viendo al chico al que amaba divertirse y embriagarse de la noche sin una sola gota de alcohol en su sistema. Yoongi tampoco había tomado esa noche, pues no quería aturdirse y olvidar una noche como esa.

Desde muy joven siempre había tenido problemas para hacer amigos. Era un martirio tener que adaptarse a lugares nuevos, hasta que conoció a esos chicos que hicieron que todo pareciera tan orgánico y fácil. Como si siempre hubiese estado esa vacante para él, que nadie más había logrado llenar. Amaba a sus amigos, así que siempre se tomaba un momento para sobreanalizar ese tipo de situaciones en las cuales nunca se imaginó a sí mismo mientras era un chico perdido en su camino por la vida.

En ese tiempo de su vida había encontrado buenos amigos, pero sobre todo, había encontrado al amor de su vida en la figura de un chico alto con hombros anchos y risa escandalosa que lo hacía vibrar en el espacio. Seokjin era tan mágico a su lado, sosteniéndolo y apoyándose con un brazo sobre sus hombros mientras veían la oscuridad de la noche disiparse poco a poco hasta un color más claro, señal de que el amanecer no tardaría en llegar.

My little quarantineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora