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Esa madrugada el sonido de la noche es demasiado agobiante como para poder dormir. Yoongi aspira el aire lentamente y lo retiene por unos segundos antes de dejarlo ir, como si aquello de alguna manera podría calmar la taquicardia que golpea su pecho de manera incesante. Puede sentir los latidos de su corazón en sus propios oídos.

Una de sus piernas está atrapada entre las de Seokjin, quien también ha pasado un brazo sobre su estómago, intentando abrazarlo mientras duerme. La piel de Seokjin se siente febril sobre la suya, como el aviso constante de que realmente se encuentra ahí, bajo las sábanas de su cama, enrollado con su ex novio. La respiración de Seokjin choca contra su cuello, dándole repentinos escalofríos cuando, inconsciente de sus movimientos, se acerca un poco más y acaba con su mejilla apretujada contra su hombro.

¿Cuántos tiempo llevan de esa manera? Para Yoongi ha sentido como una efímera eternidad desde que despertó, pues a pesar de sentir el calor del cuerpo de Seokjin como algo tan familiar, la pequeña voz de la ansiedad le recuerda que aquello no es lo más sensato que ha hecho. Joder, se ha equivocado tantas veces pero esta vez se siente como algo que lo perseguirá por el resto de sus días, incluso si en ese momento la tranquila respiración del otro trata de persuadirlo y engañarlo.

Tal vez han sido cuatro días eternos en los que su boca se ha fundido con la de Seokjin cada mañana cuando la luz del sol golpeaba contra sus entumecidos cuerpos. Las manos del mayor se deslizaban por su cuerpo hasta el sur, haciendo que Yoongi tuviese que morder su labio inferior con fuerzas, clavar sus dedos en el colchón y curvar los dedos de los pies para no parecer un total desastre con las caricias de Seokjin.

Tal vez habían sido sólo semanas en las que Seokjin se había mantenido como el fantasma de su pasado hasta finalmente arrastrarlo con él, sin darle otra opción más que perderse en su tacto, tan suave y determinado contra su piel magullada, marcada por él con parches purpúreos que contrastan contra su piel blanquecina.

Tal vez aquello sólo se trataba de un sueño tan lúcido que llegaba a doler, sobre todo al ver las mejillas del mayor rojas por la agitación, las mismas que se apretaban mientras le daba una sonrisa somnolienta antes de dejarse caer por el agotamiento.

"Tiene que pasar, eventualmente...", recuerda la voz de Hoseok en la línea del teléfono. Esté llamó en uno de sus descansos luego de ocho horas seguidas de turno sin probar una gota de agua. Yoongi lo había maldecido en aquél momento, asegurándole que él y Seokjin apenas se dirigían la palabra. Eso había sido tres semanas atrás, cuando Seokjin se limitaba a saludarlo y él prefería encerrarse en su estudio. En aquél momento no podía ni imaginarse volver a tocar al mayor... pero aquí está, marcado con su esencia y con el sabor de sus labios perpetuo en su lengua. Ahora yace junto a él, satisfecho de la manera más carnal posible, pero con ese hueco en su estómago que le recuerda que la felicidad no es algo que él merezca; no después de haber perdido el tiempo de esa manera.

Los ojos de Seokjin se nublaban con lujuria el momento en que la noche jugaba a su favor y escondía lo que hacían, como si fuese un crimen, pues sólo podía verlo a los ojos cuando sus cuerpos estaban unidos y los ruidos ahogados de sus gargantas se convertían en síncopas hasta que sus piernas se rendían, debilitadas, apenas sosteniendo sus cuerpos. Sin embargo, la mirada de Seokjin volvía a ser distante el resto del día. Yoongi cada vez lograba convencerse de que era la última vez que se dejaría cegar por el pacer, pero de una u otra volvía a caer en la tentación. La adicción a la piel desnuda de Seokjin, quien se encargaba de hacerlo sentir demasiado bien.

Pero cada vez terminaba de esta manera, pensando en lo que pasará después y preparándose para lo peor, que sin duda terminará con él culpándose por todo. ¿Para qué esperar?, de todas formas había sido él quien había provocado aquello cuando tuvo las agallas de darle un ultimátum al mayor.

My little quarantineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora