" enculado, a más no poder " Spreen 2022

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Juan abrió sus ojos en el momento que escuchó aves cantar, indicando que había amanecido, era muy temprano por la mañana y teniendo en cuenta que había estado desvelandose un poco. En el momento que estiró sus extremidades para quitar todo rastro de pereza y entumecimiento de su cuerpo, notó que algo no andaba bien, después de todo lo último que recordaba antes de caer dormido era a un oso dormir encima suyo.

Miró los alrededores y notó que efectivamente estaba aquel oso acostado a su lado durmiendo plácidamente, tan tranquilo y relajado, lo que le hizo sonreír con ternura, pasando su mano a la mejilla de aquel argentino, notando de inmediato que estaba caliente y que el pelinegro estaba respirando pesado.
— ¿spreen? — Con sumo cuidado trató de levantar a aquel oso, quien abrió sus ojos con lentitud dejándolos entre cerrados, mirando atentamente a Juan y asustandose de estar acostado a su lado, sentándose en aquella cama con rapidez.

— ¿J - juan? — suspiró de manera pesada mirando los alrededores con algo de confusión. — ¿Q - qué hago aquí?

El castaño soltó una risita para después pasar su mano a la mano del oso y así tratar de tranquilizarlo. — viniste anoche, y estabas.. borracho.

— Mierda, no me digas que hice alguna locura o algo así.

— No.. de hecho, pudimos hablar un poco sobre.. ajá.

— ¿ajá?

— Si, ajá.

— Okay, me estoy perdiendo un poco boludo..

Juan rodó los ojos pasando ambas manos hacía las mejillas ajenas y así dar un corto y suave beso en los labios ajenos, sintiendo un poco de vergüenza por aquello, mientras que el argentino sintió sus mejillas calentarse, su corazón latió con suma fuerza y rapidez, sintiendo wue se derretía por aquel pequeño beso en sus labios. Pero claramente el oso estaba más que desconcertado y solo pudi mirar con confusión al hechicero, mientras su colita de oso se movía feliz por aquella acción.

Juan notó aquella confusión y no pudo evitar reír, mirando aquellos lindos ojos oscuros, mientras suspiraba suavemente. — Ayer.. bueno, está madrugada, llegaste aquí diciendo que por favor no me alejara de ti, que podía rechazarte pero que no te ignorará más. — el oso se veía sumamente atento a lo que el hechicero hablaba, y en su mirada esperaba la misma respuesta que le dió el castaño en aquella corta plática, así que el colombiano continuó hablando. — Mi respuesta fue que.. aún estoy asimilando todo, pero me parece muy lindo que sientas esas cosas por mi, quiero intentarlo contigo.

— No debes de hacerlo si no querés o no sentís lo mismo.

— No me estoy obligando Spreen, en serio quiero intentarlo si me permites..

El oso sonrió ligeramente ante aquello pasando su mano al mentón del hechicero, y así poder cortar aquella distancia que le estaba matando hace apenas unos días. Juntó sus labios a los del castaño, saboreandolos con suavidad y ternura, mientras que el colombiano correspondía aquel beso sintiendo nuevamente la misma sensación de aquella noche en donde su primer beso juntos fue dado, sintiendo una calma después de tanto, callando tantos pensamientos que había tenido al respecto solo con ese contacto, contacto que fue suficiente para dejar una cosa clara en su mente que su corazón ya sabía hace un tiempo.

Y eso era que amaba a Spreen, Spreen no era rubí y eso estaba más que perfecto, amaba a aquel oso argentino que en todo momento estuvo a su lado, sin importar que, sin importar las circunstancias. Y es que Spreen era muy bonito, no solo en la parte física, ese sentimentalismo que nadie conocía por parte de Spreen fue lo que terminó por flecharlo, porque realmente se sentía especial al lado del oso, y además, sentía que poco a poco podía tener aquella confianza de volver a amar y ser amado.

Se separaron de aquel beso, y se miraron mutuamente. Spreen con sumo cuidado pasó su mano a la del castaño y entrelazó sus dedos a los suyos, y Juan de inmediato sintió sus mejillas calentarse, soltando una risita nerviosa por aquello.

— ¿te gustaría ser..?, ya sabes, más que amigos.

— Dilo bien y quizás lo piense, oso bobo.

Spreen soltó una pequeña risita, mientras sonreía con ternura, mirando atentamente aquellos ojos color miel. — ¿te gustaría que fueramos novios?

— Pensé que me dirías que fuera tu chavo. - dicen que cuando estás nervioso, sueltas pendejas, y bueno, Juan es pendejo así que, se multiplican aquellas pendejadas. Soltó una risita mientras daba un suave beso en la comisura del argentino. — Me encantaría, patrón.

Spreen soltó una carcajada por aquello, sintiendo su corazón latir con fuerza, después de todo, aquella situación era algo irreal hace unos días, y el hecho de que el hechicero le diera una oportunidad se sentía tan bien, y haría lo que fuera para ver así de feliz al castaño toda la vida, y aún más si pasaban juntos el resto de sus días.

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Spreen volvió a la pollería lo más feliz posible, había quedado en ver más tarde al hechicero, pero por el momento debía de dar señales de vida a sus queridos amigos, que seguían en aquella casa de carrera. Golpeó la puerta y no hubo respuesta por unos largos minutos, en el momento que iba a volver a golpear un notable destrozado Robleis abre la puerta.

— ¿Qué te pasó flaco?

— Resaca, ¿y vos dónde estabas?

— En casa de Juan. — Spreen se veía muy contento, cosa que contrastaba con Rob destrozado por tanto alcohol la noche anterior, spreen soltó una risita para luego continuar hablando. — ¿y los demás?

Rob abrió la puerta por completo en donde se podía ver la sala de estar, donde un grupo de borrachos en plena resaca estaban durmiendo, incluso Carola estaba durmiendo en el piso usando de manta la alfombra de carre, mientras mayichi y betra dormían en el sofá, y ElMariana estaba parado con una taza de café, donde se veía igual o peor de destrozado que Robleis. Spreen evitó reírse de sus amigos, y pasó su mirada a su empleado de confianza, quien también lo miró.

— Buen día patrón.

— ¿estás bien?

— Estoy crudo, patrón.

Spreen lo pensó por un momento y luego hizo una seña para que el méxicano se acercará, y el de anteojos así lo hizo, se acercó tomando un sorbo de café.

— Tenés que tomar algo para la resaca, vení, vamos a la pollería.

Spreen y Mariana se despidieron de Rob y se dirigieron a pueblo naranja, directo al pollo feliz, en donde el oso le preparó una bebida para la resaca.

— Patrón, deme 15 minutos y abro el local.

— No es necesario, hoy no voy a abrir.

— ¿eh? ¿por qué no?

— Le doy el día, para que pueda descansar.

El méxicano parpadeó un par de veces sin entender, para después ladear un poco la cabeza confundido. — ¿eh? ¿patrón? ¿se encuentra bien?

El oso soltó una risita para asentir con una sonrisa. — Estoy muy bien. — ElMariana le miró algo incrédulo, o quizás era porque tuviera envidia de que su jefe no estuviera crudo, y más que se viera tan lleno de alegría y de luz, luz que le dejaba ciego a peor a decir verdad.

— ¿te fue bien con Juan?

Spreen tosió disimulando su vergüenza ante aquello, y el solo mencionar el nombre del hechicero hizo que se le estremeciera su corazón. El oso soltó una risita mientras ocultaba su rostro en sus manos. — ese chico es.. tan bonito, y es.. mi chico ahora.

El méxicano soltó un suspiro para después sonreír ligeramente. — Vivan los novios.

┈┈ =͟͟͞♡

VOLVÍ, HOLA, amenme x este cap, xfa 😭 basta d amenazas, es hora d q me traten bonito

ok pero, podemos concordar q las cuentas d spruan cmo la de spruansitos son tan gays???? terrible

A place for you and me | -·★ spruan ★·-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora