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PUNTO DE QUIEBRE. (2/2)

Juan voló hacía el resto del pueblo notando que las casas de los demás estaban igual de destruídas que su santuario.

Después de todo, el profeta no era tan malo, ¿no?

Se encontró con gente del pueblo verde quienes estaban preocupados por sus mascotas.

— JUAN. — Ari lo miró con desconcierto, y lo que el hechicero hizo fue tirarle sus rayos y así lastimarla, se notaba que estaba molesto, pero ¿cómo no estarlo? — ¿QUÉ MIERDA TE PASA, JUAN?

— Y TODAVÍA TE ATREVES A PREGUNTAR. — Unos cuantos rayos más chocaron contra el cuerpo de la rubia para después el hechicero retirarse del lugar, dirigiéndose al pueblo naranja, donde la situación de desastre era la misma.

— SEÑOR HECHICERO.

El castaño miró a la vaca desde las alturas, mientras fruncía su ceño con molestía. — tú sabías lo importante que era ese santuario para mi..

— Señor, escucheme.

— Y TE VALIÓ MIERDA. — Ahora los rayos fueron totalmente dirigidos hacia el cuerpo de la vaca, que salió un poco herido debido a aquello, y trató de tener la atención de Juan.

— TANI Y YO NO PUSIMOS NI UN SOLO BLOQUE DE TNT, POR FAVOR JUAN, ESCUCHA.

— ¿no?

— SE LO PROMETO, nosotros sus amigos, Zorman, Tani, Ari, Spreen y yo, no pusimos ni uno solo.

El castaño pensó por un momento y asintió, dándole a entender al español que le creía. Bajó hasta el suelo y miró los alrededores, e inmediatamente se dirigió a empalas tanizen, mejor dicho, lo poco que quedaba de ello, y allí se encontraba Tanizen, revisando los lugares, y se notaba triste.

— Tú y Noni sabían lo que ese santuario significaba para mi..

— Lo sé Juan, pero no hemos puesto ni una sola bomba, te lo juro por lo que más quiero que es.. o bueno, era está tienda. — El de ojos morados tenía la mirada fija en los escombros, mientras las ganas de llorar incrementaron en el hechicero supremo.

— Perdón, Tani..

— Está bien Juan.. pero esto ya había pasado en otro lugar.

Juan apretó los labios y recordó una conversación que tuvo con Tanizen al respecto del profeta, después de todo, Tani había visto que en otro universo pasó exactamente lo mismo, y terminó destruído en el momento que Juan se quedó del lado del profeta.

— Noni quería proteger a Puerco araña, pero Zorman ya lo había hecho antes.

— Me alivia saber eso..

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Pueblo central, Juan llegó allí luego de recorrer los otros pueblos y mirando las casas destruídas de sus compañeros, encontró en ese momento a su padre, el profeta, y ahí no pudo aguantar sus ganas de llorar, así que lo hizo, lloró, dejó salir aquellas amargas lágrimas que tanto había reprimido.

— Hijo.. ¿estás bien?

— No, no estoy nada bien. Las dimensiones estan en peligro.. mi glorioso propósito está en riesgo.. ¡mi hogar! ¿sabes cuánto sacrifiqué por ese lugar? — la voz de Juanito se notaba quebrada, y se quebraba aún más al pronunciar cada palabra, y es que sus pensamientos eran el mismo, « Nunca seré suficiente, nada de lo que hago será suficiente» después de todo, había intentado demasiadas cosas para que todos pudieran llevarse bien, había hecho su mejor esfuerzo en ayudar a los pueblos o incluso ser mejor persona cada vez, pero al parecer nunca resultaba, siempre salía siendo el malo, y estaba harto de que lo vieran de esa forma, estaba harto de intentar y seguir intentando.