Esperaba que se tratara de una broma porque a ver ¿Alexis contándome algo? ¿Alexis dándome explicaciones? eso no era propio de él, sin embargo no se rió, aunque no era una situación para reírse siendo honestos.
—Que milagro que no estás curiosa este día— continúa — igual, siento que te debo esta explicación— toma aire y exhala— como pudiste ver mamá regresó a casa hoy, ya que ella estaba— se corta y puedo ver que es una situación difícil.
—Alexis, no tienes que contarme, no tienes porqué.
—De hecho si tengo porqué.
—No te entiendo, pero si tanto insistes, puede ser otro día también.
Ignora lo que le he dicho y continúa —Mariel, mamá ha pasado bastante tiempo en el hospital y todo por mi culpa... sí no hubiese sido por mí... esto...
Nunca había visto así a Alexis, a decir verdad nunca entendí bien cual es su personalidad ya que a veces lo he visto sonriente, a veces enojado y la mayoría del tiempo siendo neutro, serio, pero ahora se ve frágil, dolido, culpable...
—...pero volviendo a la parte que te incluye, según mamá tú y yo somos grandes amigos, prácticamente inseparables.
Casi me atraganto con mi propia saliva—¿Qué?
—Tal y cómo lo oyes.
—¿Y puedo saber en que momento nos volvimos best friends?— cuestiono— porque no lo recuerdo.
—¿Somos amigos, no?
—Si, pero no somos inseparables, si apenas y nos hablamos los fines de semana.
—Ya, gracias por recordarmelo, pero mira que este amigo al que solo le hablas los fines de semana te va a dejar a tu casa.
—Porque venimos de hacer una tarea— me defiendo— además al principio parecía que no te agradaba.
—Eso es mentira, solo recuerda cuando te encontraba de camino al instituto.
—Yo iba de camino al instituto, tu ibas de camino al colegio.
—No mezcles las cosas, nunca demostré que me desagradabas.
—¿Entonces si te desagradaba?
—Claro que no.
—¿Sabes qué?, tú no mezcles las cosas, ¿porque le dijiste a tu madre que somos buenos amigos a fin de cuentas?
—Sabía que no me iba a librar de esta conversación tan fácil.
—Pero si tu insististe en contarme, yo ni siquiera tenía interés — finjo.
—Bien, mamá tuvo ciertos inconvenientes por los cuales terminó en el hospital por bastante tiempo, en ese tiempo dejó de importarme todo, y todos, nadie más que ella, me alejé de prácticamente todos, muchos insistieron en ayudar pero al ver mi poco interés en su compañía se aburrieron, solo Miguel fue quien soportó mi ciclo de autodestrucción y me apoyó, pero mamá a pasar de su estado estaba preocupada e insistía en que debía salir con amigos, que debía relacionarme con alguien más que solo con Miguel, así que dije que en la academia de inglés había hecho nuevos amigos en los cuales tú sobresalias como mi amiga más cercana.
—¿Y porque yo?
—Porque eras la única de la cual podía dar una descripción exacta sin que sonara inventada.
—Que original eh.
—El problema fue cuando mamá comenzó a preguntar por ti cada vez que iba a visitarla.
—¿Qué?
En ese momento el auto se detiene y me doy cuenta que hemos llegado a la entrada de mi colonia.
—¿Recuerdas que una vez dijiste que los amigos están para ayudar a sus amigos?
—No— miento.
—Pues será mejor que lo recuerdes, porque voy a necesitar tu ayuda.
—Solo dime, ¿en qué lío me metiste?
—Mamá me hizo prometer que lograría convencerte para que vayas a visitarla.
—No sé porqué pero después de este extraño viaje en tu auto, nada me sorprende— le digo sincera.
—¿Eso es un si?
—Ya que—suspiro— lo que sea por mi amigo del alma— digo con falsa animosidad, al tiempo que me bajo del auto.
Cierro la puerta, pero la voz de Alexis me detiene.
—Mariel, en verdad discúlpame, se que no debí haberte metido en todo este asunto .
—Ya que, ahora no solo somos best friends, somos best friends forever.
—Te debo una— me dice.
—No, me debes muchas— le digo antes de darle la espalda y dirigirme a mi casa.
***
Al llegar a la puerta de mi casa siento aun más miedo del que senti cuando la madre de Alexis dijo que le había hablado de mí, porque me he pasado media hora de la hora que se supone debí haber regresado a casa.Agarro valor y sobretodo porque no puedo seguir dejando que se me haga más tarde aquí afuera, así que entro a mi casa y lo primero que escucho es la voz de mamá que viene desde la cocina, quien al notarme pone en la mesa lata que tenía en la mano y coloca sus brazos en jarras.
—Ajá señorita, ¿a que hora tenias que estar aquí?
—Hace quince minutos — digo esperanzada a que no esté al tanto de la hora exacta.
—Hace treinta minutos, no te hagas— me recrimina.
—Pero fue una tarea larga, nos llevó mas tiempo del que creímos.
—Y como explicas que no respondiste ninguna llamada de las que te hice— automáticamente saco el teléfono y confirmo que tengo llamadas perdidas las cuales ni siquiera escuché—lávate las manos y saca del refrigerador las espinacas— me ordena.
Hago lo que me dice y espero a que me dicte algún castigo o siga con algún regaño, sin embargo todo apunta a que mamá está de excelente humor porque rápidamente empieza a decirme en qué le ayudaré con la cena, me pregunta sobre mi día y me cuenta sobre el suyo.
Después de cenar y recoger los platos, me preparo para dormir y en la oscuridad de mi habitación repaso este día, el cual califica como uno de los más extraños.
Alexis, el chico que antes solo me lo encontraba en la calle cada uno camino a sus estudios, luego tocamos juntos en la academia de inglés, para después acompañarlo a comprar regalos, subirme en su auto, enterarme que toca saxofon, trabajar juntos en las actividades de inglés y hasta ir a su casa y por casualidad conocer a su madre.
Sí, definitivamente son muchas cosas y ninguna de ellas hubiera pasado si no me hubiera inscrito en ese curso de inglés.
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Inscripción Oportuna
Novela JuvenilMariel, sí, Mariel, no Mariela, como muchos la llaman, le teme al futuro, tanto que a veces olvida vivir el presente y disfrutar el momento. Por otro lado Alexis, tenía claro su futuro, pero algo sucedió que ahora es él mismo quien se está prohibien...