Capítulo 24

16 4 9
                                    

El lunes llego temprano al instituto, seguramente mamá se siente orgullosa a estas alturas.

Me debatí mentalmente sobre si contarle a Susan lo sucedido el sábado, porque a decir verdad no sabía por dónde empezar.

—¿Queeeee?— grita mi mejor amiga— ¿es en serio?

—Susi, apenas voy empezando a contarte y ya estás gritando.

—Es que ¿cuándo pensabas decírmelo Mariela?

—Talvez ahora— le digo molestandola.

—Muy graciosa— me dice a la vez que me da una mala mirada — ¿Cómo que el chico que está contigo en la clase de inglés es el mismo por el que venias a clases casi en las nubes estos años atrás?

—Pues sí, es el mis.. ¿como que casi en las nubes? tampoco era para tanto—me defiendo.

—Si tan solo te hubieras visto Mariela.

—Eres una exagera Susana.

—Eso es verdad— dice Rafa al tiempo que se sienta a nuestro lado.

—¿Qué es verdad?— pregunta Diego que también acaba de llegar.

—Que nuestra amiga aquí presente — señala a Susan— es una exagerada.

—Eso sin duda — afirma Diego.

—Y ustedes son unos metiches— se defiende la mencionada.

—¿Verdad que no?— me pregunta Diego.

—Esta vez, le daré la razón a Susan, lo siento — los molesto.

—Traicionera— me dice Rafa, riendo.

Es casi un milagro que estemos juntos los cuatro, últimamente ya no tenemos tiempo para reunirnos como antes.

Mi teléfono vibra y es un mensaje de Alexis.

—Pero mira, si hasta tienes su número — me molesta Susan.

—Deja de espiar conversaciones ajenas— le saco la lengua.

Alexis me acaba de decir que si puedo ir a su casa el sábado después de la academia, ya qué, acepté, ahora debo cumplir.

***

Estoy abriendo la puerta de la casa cuando escucho un grito de mi hermana, me preocupa, hasta que escucho lo que está diciendo.

—¡Gracias!— suena emocionada— es el mejor regalo de cumpleaños.

Ella cumple años el sábado y nuestros padres la llevaran a México.

—¡Mariel, mira esto!— ella me muestra el ticket del viaje— vamos a conocer México, sus comidas, los monumentos.

—Eso es genial— la abrazo, me hace feliz el saber que ella está feliz.

—¿Vendrás también, cierto?— me pregunta.

Papá me lo propuso, pero a decir verdad no es la ilusión de mi vida, es el sueño de mi hermana y además solo será una noche que se quedarán allá, así que preferí quedarme y ser responsable con mi clase de inglés, si, yo, que al principio fui obligadamente, ahora prefiero la clase que salir de paseo.

—No, Sofi, tengo clases de inglés, tareas, debo ser responsable.

—¿Es broma?— me mira, seria.

—Pero irás con papá y mamá, me traes dulces mexicanos, ¿sí?

—Lo siento, pero si no vas, no tienes derecho— se encoje de hombros.

Inscripción Oportuna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora