Él, mi peligro... Ella, mi perdición

Capítulo 5

Miro a mi alrededor, no hay ni un alma, no sé si eso es bueno o malo, malo porque nadie me puede ayudar a encontrar el camino para llegar a la puerta azul y volver a casa, y bueno porque aquí están todos locos, no vaya a ser que con mi mala suerte me vaya a encontrar con otro hombre que intente tocarme, o alguien que intente matarme...

Ando por la carretera, seguro tarde o temprano pasará algún coche con alguien normal conduciendo y me llevará a la puerta azul.

Cuando llevo andando unos cuantos minutos escucho el ruido de una moto acercarse a mí.

-¡Fea, vete a tu casa que te atropellan!

Me doy cuenta de que es un chico de unos 18 años, pasa de largo cuando grita a todo pulmón eso, con la mala suerte de que justo por donde pasa con la moto hay un charco con agua, me mancho entera de barro.
Mi vestido está todo mojado y con barro, también tiene sangre de cuando Logan ha matado al hombre que ha intentado tocarme, me da asco hasta mirarme, por la desesperación unas lágrimas salen de mis ojos.

Escucho otra moto acercarse a mí, me doy prisa y empiezo a andar sin mirar atrás, la moto se pone delante de mí, cuando veo de quién se trata mi rostro se vuelve serio.

-Sube. -miro a Logan con los ojos llorosos.

-¿Por qué has dado media vuelta?

-No preguntes y sube.

-¿Tienes al menos casco? -él sonríe. 

-No, aquí no usamos casco princesita.

-Entonces no voy a subir. -él resopla y me mira serio.

-No te puedes quedar aquí, mírate, estás mojada y llena de barro. -se baja de la moto y se acerca a mí peligrosamente-. No me obligues a subirte a la fuerza otra vez, porque esta vez no voy a dejar que te bajes de la moto.

-¿Por qué me ayudas Logan? -noto como se tensa un poco.

-No eres de esta zona, no quiero que te lleves una mala impresión de nosotros.

-Con todo lo que me ha pasado en menos de un día no es que tenga ahora mismo una muy buena imagen de este lugar.

-Para que veas que no todos somos tan malos.

-Tú eres el peor de todos, eres quien gobierna en este horrible sitio.

-Pero no te he dejado tirada, he vuelto a por ti, deja de hablar y sube de una maldita vez a la moto.

-Me da miedo montar en eso. -señalo la moto con el dedo.

-¿Miedo? -se ríe-. No deberías de tener miedo de montar en la moto, deberías de tener miedo de pasar la noche aquí.

Coge mi cintura y me sube a la moto en un abrir de cerrar de ojos, se sube él y coge mis dos manos para que las ponga alrededor de su cintura, quito mis manos rápidamente avergonzada.

-¿Que-que estás haciendo? -pregunto avergonzada.

-Vas a tener que agarrarte a mí si no quieres salir volando.

-No quiero tocarte... -gira su cabeza y me mira muy asombrado, se ríe y vuelve a mirar al frente.

-Debes de ser la única mujer en el mundo que no quiere tocarme -se ríe- sabes, nunca había conocido a nadie como tú, es más, nunca me río tanto con nadie, deberías de estar orgullosa, eres de las pocas personas que me hacen reír. -me quedo callada, él vuelve a mirarme-. ¿Por qué no quieres tocarme?

-Porque eres un asesino...

-Un asesino que está contigo y te quiere llevar a su casa para que no te pase nada en este bosque -yo me quedo callada- agárrate, nos vamos.