Él, mi peligro... Ella, mi perdición

Capítulo 40

Logan me baja al suelo con cuidado y enciende la luz de la habitación, yo me quedo boquiabierta, la habitación es enorme, creo que jamás en mi vida había visto una cama de matrimonio tan grande como la que estoy viendo, se ve súper cómoda y blandita.

Hay muchos pétalos de rosas encima de la cama y por todo el suelo, también hay unas cuantas velas encendidas por toda la habitación. Me quedo anonadada cuando veo que en la habitación hay un jacuzzi para los dos solos, pero lo mejor de la habitación no es la cama ni el jacuzzi, son las vistas que tenemos, hay unos grandes ventanales y las vistas que tenemos son espectaculares, se puede ver todo el mar, estamos en la última planta del hotel y parece que estemos dentro del propio mar.

-Dios mío... Logan, las vistas son increíbles.

-Lo mejor es que si nos metemos en el jacuzzi parece que estemos dentro del mar.

Tiene razón, el jacuzzi está pegado a la ventana, si nos metemos dentro parecerá como si estuviéramos dentro del mar.

-Pero Logan, no me he traído bañador. -digo algo preocupada, él se acerca a mí peligrosamente y yo retrocedo algo nerviosa, coge mi cintura y me pega a su cuerpo.

-No necesitas bañador princesita. -trago saliva nerviosa- Hoy es nuestra noche de bodas. -vuelvo a tragar saliva nerviosa, el corazón ya me está yendo a mil por hora- Ya eres mía para siempre. -tiene sus manos sujetando bien fuerte mi cintura, es imposible alejarme de él ahora mismo- Vamos a darnos un baño.

Le miro con los ojos bien abiertos, Logan sonríe sin mostrar sus dientes, me da la vuelta y comienza a quitarme el vestido de novia lentamente, yo estoy intentando tranquilizarme, pero me está siendo bastante imposible, igualmente no voy a parar esto.

Cuando me quita el vestido y estoy delante suya en ropa interior él se quita su ropa, pero él no tarda demasiado, se la quita más bien rápido, ahora mismo está delante de mí en ropa interior, yo recorro su cuerpo de arriba a abajo mientras me muerdo el labio por los nervios, Logan coge mi cabeza con cuidado y besa mis labios, los besa con pasión pero también con dulzura, coge mis manos y las coloca en su torso, yo las quito rápidamente y sonrío nerviosa.

-¿Estás bien? ¿Estás nerviosa? -pregunta colocando un mechón de mi cabello por detrás de mi oreja.

-Un poco -hago una pausa- un poco bastante.

-Si no quieres no va a pasar nada esta noche princesita, pero me gustaría bañarme contigo en el jacuzzi. -sonrío intentando tranquilizarme y asiento con la cabeza.

-Yo también quiero darme un baño en el jacuzzi.

-¿Te vas a meter con la ropa interior?

Dice mirándome de arriba a abajo, yo no digo nada, solo miro hacia otro lado, él se acerca al jacuzzi y escucho como empieza a caer agua, se quita sus boxers y ahí sí que aparto la mirada por completo, mis mejillas deben de estar rojas como un tomate ahora mismo.

-¿Vienes conmigo o te vas a quedar ahí princesita?

-¿Tú ya te has metido dentro? -pregunto sin mirarle.

-Sí, yo ya estoy dentro. -le miro y giro la cabeza enfadadísima.

-¡No te has metido! ¡Estás completamente desnudo!

-¿Pero me has visto desnudo?

-¡No! ¡Y menos mal!

-¿Menos mal? -dice riéndose- ¿No quieres verme desnudo o que?

-Me da mucha vergüenza, nunca he visto a un hombre desnudo y lo sabes.

-Yo no soy ningún hombre, yo soy tu marido. -escucho como se acerca a mí, pero yo no le miro, me da mucha vergüenza que esté desnudo- ¿No vas a verme nunca desnudo o que? -coge mi cintura y ya no me queda de otra que mirarle a la cara- Echa tu vista hacia abajo un poco princesita.