Él, mi peligro... Ella, mi perdición

Capítulo 9

-¡Que te vayas de una maldita vez de mi habitación!

-Suéltame Diana.

-No voy a dejar que mires debajo de la cama, tengo cosas mías personales ahí escondidas.

-Me da igual que tengas tu vibrador ahí, como si tienes tres, yo estoy buscando a Sofia y tengo el presentimiento de que está ahí debajo.

-Pero que estupideces dices, cómo va a estar ahí abajo la chica esa, además porque dejaría yo que estuviera aquí en mi habitación, y más debajo de la cama, no tiene ningún sentido, además, ¿por qué se tiene que esconder?

-Ya le ayudaste una vez y le diste ropa.

-¿Y qué? Eso lo hice porque estaba desnuda y no quería que la vieras tú desnuda, lo hice para fastidiarte, nada más, porque sabía que querías verla así, y por eso la dejaste sin ropa, esa lo más seguro es que esté bien lejos del castillo si está huyendo de ti, no creo que sea tan estúpida como para quedarse aquí en el castillo, y mucho menos aquí en mi habitación, ya sabes que yo no ayudo a nadie, pero... ¿por qué se está escondiendo de ti? ¿Que le has hecho imbécil?

-No se está escondiendo de mí, ha salido corriendo del baño y no sé dónde está.

-Si ha salido corriendo ha sido por algo.

-Eso a ti no te importa.

-Pues entonces vete de una maldita vez de mi habitación, aquí no se te ha perdido nada.

No escucho nada más, solo el sonido de un portazo, asomo mi cabeza un poco, para mi suerte Diana se encuentra sola, pero hace un gesto con la mano para que vuelva a esconderme.
Cuando pasan unos minutos vuelvo a asomar mi cabeza.

-Anda sal, ya se ha ido.

-¿Antes no se había ido?

-Lo más seguro es que estuviera pegado a la puerta para ver si te escuchaba, no entiendo porque tiene tanto interés en ti, nunca antes se había interesado tanto en una mujer.

-Él no está interesado en mí.

-Lo más seguro es que esté tan interesado porque tú no quieres follar con él, y el resto de las mujeres lo están deseando.

-Pues yo no me pienso acostar con él nunca, ni aunque fuera el único hombre que quedara en el mundo. -ella sonríe.

-Me gustas, se nota que no solo te fijas en el físico, aquí las mujeres están locas por mi hermano por su físico, les da igual como sea de personalidad.

-Yo me fijo antes en el carácter y la personalidad de una persona antes que en el físico, porque te puede atraer de físico, pero si luego no vale nada como persona a mí al menos me deja de gustar. -ella vuelve a sonreír.

-Ahora me gustas más, al fin alguien inteligente en esta zona, las mujeres de aquí solo se fijan en el físico de los hombres o de las mujeres, al menos lo que yo he conocido sí, creo que al final tú y yo nos vamos a llevar bien.

-¿Entonces quieres que seamos amigas?

-Hey, para el carro, no tenemos tampoco 5 años, yo nunca voy a ser tu amiga, pero eso no quita que me caigas bien.

Nos quedamos hablando durante un buen rato, Diana parece fría y seria por fuera, pero en realidad es una persona bastante agradable con la que se puede hablar de todo.
El tiempo pasa volando, ya es la hora de comer, no tardamos en escuchar a alguien tocar la puerta.

-¿Será Lucas? -pregunto.

-Seguramente, escóndete por si acaso.

Me escondo rápidamente en la cama y Diana abre la puerta.