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Enid Pov.

Respira Enid, inhala y exhala, todo estará bien, no es necesario que madre sepa que por fin pude cambiar, no... Aunque será muy difícil teniendo en cuenta el mejorado olfato que tenemos los lobos, quisiera volver a Nevermore, ahí me sentía mejor que con mi propia manada, no digo que los lobos de San Francisco se han malos, simplemente la mayoría de ellos me trataron como la peste toda mi vida.

Me gustaría que Merlina estuviera aquí, tal vez para espantar algunas personas o incluso lastimar un poco a otras pero gracias a todo el desastre que hubo, nos mandaron a casa temprano. La directora Larissa de alguna manera había sobrevivido a la dosis de aquel veneno, tal vez sea por su gen de ser una cambiaformas, no lo sé pero me alegraba que estuviera bien, la doctora Larissa siempre ha sido amable conmigo, mucho más que mi propia madre.

Larissa incluso me había dejado mi propia habitación cuando se dio cuenta que algunos lobos que asistían en la escuela me molestaban, Yoko vivió un tiempo conmigo pero luego se cambió a la habitación de Divina, cosas de novias y eso, yo lo entendí, ambas siempre se comportaban muy lindas conmigo, era como su hija adoptiva, siempre me dicen cachorrito, me molestaba cuando alguien más lo decía pero de ellas me daba felicidad.

-Hogar... Dulce hogar-. Murmuré dejando caer mi maleta a mi lado derecho.

El taxista que me trajo solo me dejó a una milla atrás por qué "no era seguro cruzar por aquí". Se que es territorio privado y especialmente por qué en esta área del bosque viven lobos, suspiré de nuevo mírando el pequeño río que estaba a mi lado derecho, algunos pinos alrededor de la casa de mis padres, nunca he podido sentirla mia, la casa era enorme y completamente de madera con ventanales gigantescos, el techo estaba terminado en forma de triángulo e incluso había una chimenea.

 Se que es territorio privado y especialmente por qué en esta área del bosque viven lobos, suspiré de nuevo mírando el pequeño río que estaba a mi lado derecho, algunos pinos alrededor de la casa de mis padres, nunca he podido sentirla mia, la cas...

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-¡Enid Sinclair! Entra ahora y deja de estar como un cachorro deprimido-. Gritó mi madre desde la entrada de la casa, suspiré tomando de nuevo mi maleta.

-Hola, madre-. Dije simplemente cuando llegue a su lado para solo sentir como olfateaba el aire.

-Hueles diferente, ¿Por fin has cambiado o sigues siendo una decepción?-. Preguntó mi madre y yo mordí mi labio inferior.

-Tia Esther, ya no hay más comida, ah... Eres tú-. Dijo esa voz chillona que tanto odiaba, era mi prima Lucille.

-Oh querida, tengo más carne en el almacén, vamos Enid, ayudame a traer la carne para está loba madura-. Me gruño mi madre y mi prima solo me lanzo una sonrisa burlona.

-Lo siento madre pero no, si Lucille tiene hambre que busque su propia carne, ¿O caso tus padres no te alimentan?-. Pregunté yo con fastidio provocando que mi prima me mirará indignada al igual que mi madre.

 Pregunté yo con fastidio provocando que mi prima me mirará indignada al igual que mi madre

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The Blood Wolf (Wenclair)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora