Después de lo acontecido en la escuela
Nevermore, Enid Sinclair regresa a San Francisco con su familia, lo que no muchos saben es que su familia es una real y más antigua que existen en todos los clanes de lobos, aunque eso no importará mucho cuando...
-¡No estaba preparado para esto!-. Gritó Eugune cuando tuvo que cubrirse detrás de un árbol de una explosión.
-No te quedes ahí Eugune, serás blanco fácil si te quedas estático, el enemigo acabara contigo fácilmente-. Aseguró Pericles quién estaba encima de una rama haciendo que Euguene alzará la vista para verlo.
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-Si, tienes razón-. Aseguró el chico abeja para luego extender su mano.
Varias abejas volaron a su alrededor con rapidez, Eugune miró con el corazón acelerado a su alrededor, explosiones, gritos, el sonido de las armas sonando al rededor, aullidos de lobos y entre otras cosas se escuchaban por todo el bosque, al igual que algunas trampas que habían puesto se activaban, Eugune tomo otro respiro y rápidamente lanzo a sus abajeas para atacar a los cazadores quiénes al ver el enjambre de abejas trataron de huir.
Mientras tanto en otro lado Yoko salto en la espalda de un cazador, este rápidamente la tomo del cabello para jalarla hacia adelante y dejarla caer con brusquedad contra la tierra, el cazador alzo su arma en alto para dispararle pero Yoko fue más rápida lanzando una patada contundente en la rodilla derecha del cazador, haciéndolo perder el equilibrio, Yoko se levantó con rapidez para taclearlo de nuevo, ambos cayeron en la tierra, la vampiro gruño con enfado paro luego enterrar sus dientes en el cuello del cazador, drenandolo mientras esté gritaba y trataba de safarse del agarre del vampiro.
-¡Yoko!-. Gritó Divina no tan lejos de ella haciendo que está alzara la vista para ver qué cuatro cazadores estaban sometiendo a su novia.
-¡Divina! ¡Malditas escorias!-. Gritó Yoko levantándose con rapidez.
Corrió a toda velocidad, esquivando algunos que peleaban cerca, corrió rápidamente saltando en el aire esquivando la mordida de un lobo, aterrizo con eficacia en la tierra para luego llegar detrás de uno de los cazadores, lo tomo con brusquedad por detrás lanzandolo por los aires haciéndolo que chocara contra una roca en la tierra, tomo del cuello a otro cazador que trato de quitársela de encima pero Yoko soltó un gruño para luego atravesar el estómago del cazador con un fuerte puñetazo haciendo que la sangre se darramara por todo su brazo.
-¡Maldito demonio!-. Gritó otro de los cazadores dejando que Divina pudiera defenderse contra los que restaban.
-¿Yo soy el demonio? No soy yo quién viene a atacar adolecentes, ¿O si?-. Preguntó Yoko dando un paso al frente haciendo que el cazador alzará su arma.
-¡Todos ustedes deben morir! ¡Su existencia no es de dios!-. Gritó este sin darse cuenta que detrás de él había un lobo negro que miro brevemente a Yoko.
-¿Dios? Bueno, parece ser que no eres importante para tu dios-. Se burlo Yoko con una sonrisa ladeada.
Al mismo tiempo que el hombre abrió mucho los ojos al escuchar un gruñido detrás de él, este giró solo para ver un enorme lobo quién derramaba sangre por el hocico, lo último que escucho Yoko fue su gritó que se ahogo cuando el lobo mordió su cabeza, arrancandola de su cuerpo, la vampiro gruño cuando una bala golpeó su hombro derecho.
