Otra Historia de Amor

Capítulo 4 Cuando te vi

Había llegado al comedor, ahí la estaban esperando, una vez se sentó todos comenzaron a comer. Y como de esperarse, la comida era de lo más incomoda, ninguno comía a gusto, y mucho menos la joven tras recibir el reciente trato de lo chicos de su edad; su abuela ya se había fijado en ello, y aunque intento hacerse cargo del asunto, su yerno le había insistido que lo dejara como estaba, para él, era mejor que los de su aldea mantuvieran a su hija en ese aspecto, prefería que fuera temida a que la trataran como a su esposa.

En la mesa paso lo de todos los días, su padre fue el primero en terminar su comida, lo único que hizo fue levantarse, e irse directo a su despacho, mientras que dejaba a ambas mujeres en el comedor.

Maiko: déjalo en paz, debe estar cansado. [dijo con tal de aligerar el ambiente]

Pucca: si, siempre está cansado. [se puso de pie]

Sin haber terminado de comer salió del comedor, y sin que nadie se fijara, había salido de su casa por la parte trasera.
Necesitaba despejarse, tomar un aire limpio; tras haber sido tratada de esa forma en las calles y sin que su padre la defendiera, le había molestado, el dolor en su pecho no la había dejado comer, así que sin rumbo fijo comenzó a caminar entre el bosque que rodeaba la aldea.

Por otro lado, Garu caminaba de igual forma sin un rumbo fijo, lo único que quería era olvidar el incomodo momento que paso en casa.
Hasta hace un momento, cuando habían terminado de comer su madre al fin había salido de su despacho, solo que cuando los vio comiendo en la mesa, comenzó a regañar a Ohara, porque no había respondido a su llamado, además de que le había gritado a Garu por haber dejado de entrenar y por más que Saya trato de defenderlo, Reiko no hizo más que obligarlo a salir de la casa para que fuera a entrenar mientras ella continuaba en su despacho.

/flashback/

Ya habían terminado de comer, lo único que estaban haciendo era limpiar la mesa, y al fondo de uno de los pasillos, comenzó a escucharse la voz de Reiko hasta que termino por presentarse en el comedor frente a ellos, parecía estar molesta.

Reiko: Ohara, estuve llamándote desde hace rato... ve y recoge la bandeja de mi despacho. [ordeno]

Sin decir nada más la chica salió en dirección del despacho.

Reiko: ¿No deberías estar entrenando? [lo mira] ¡Te dije que quería que aprendieras los nuevos movimientos que te enseñe! [dijo casi a gritos]

Garu: lo sé, con permiso. [dijo antes de salir del comedor]

Al silencio entre ambas mujeres no duro demasiado, ya que Reiko estaba dispuesta en dirigirse nuevamente a su despacho.

Saya: no debiste tratarlo así. [dijo mientras la estaba siguiendo] Solamente estábamos comiendo, no hizo nada malo.

Reiko: no estaba entrenando...

Saya: bueno pues ya esta entrenando.

Reiko: ¡No quiero que se distraiga! ¡No quiero que descuide sus avances!

Saya: si tanto te asusta que no pueda defenderse, sábelo ahora, él ya es lo suficiente grande y fuerte para su edad, ya sabe defenderse.

Al escuchar lo que dijo, trato de enfrentarla, pero las palabras no salían de su boca, lo único que pudo hacer fue mirarla con dolor en sus ojos al recordar lo mismo que sintió al ver el cuerpo de su marido.

Reiko: entiende... no quiero perderlo también, suficiente tuve con él. [dijo con su voz entre cortada]

Saya: si sigues con esa actitud, lo vas a perder.

Sin dejarla decir algo más, Saya se alejo de ella para poder buscar a Garu y saber como estaba tras el regaño de su madre.
Camino hasta el dojo, pero el lugar estaba intacto, no había ninguna señal de que él estuviera ahí.

/fin de flashback/

En la actualidad, ahora se encontraba caminando a las afueras, se había adentrado a los interiores del bosque, caminaba sin rumbo y si preocuparse de que alguien le atacara; no era de preocuparse, no había aldeas cerca de ese lugar.

Camino y camino, hasta que se dio cuenta de que la humedad comenzaba a ser presente a su alrededor, y el sonido del agua corriendo se hacia cada vez más notorio. Continuo su mismo rumbo, hasta que había llegado a estar frente a un rio.
Recordaba haber visto la presencia de un rio en las coordenadas del mapa que se encontraba en el despacho de su madre, y de acuerdo a la ruta que tomo, debería estar en las tierras fronterizas de su clan.

Estaba tan centrado en ubicarse, que ni se fijo de la otra presencia junto a él; salió de aquella burbuja en cuanto escucho el sonido de agua zangolotearse de manera brusca, en cuanto dirigió su mirada, ahí la vio, era una chica que mantenía su cabello en una coleta, la mayor parte de este estaba mojada, al igual que su ropa lo estaba. Al parecer estaba disfrutando del agua, hasta que llego él.