Capítulo 22 Una última unión

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/A la mañana siguiente/

Ya era el día en el que se formalizaría su tratado de paz.
La vigilancia se había reforzado, no querían arriesgarse a que algo volviera a pasar.

Eran cerca de las 11, y toda la gente ya estaba reunida al frente de la casa del patriarca. Ambos clanes tan solo estaban a la espera de que sus lideres aparecieran y comenzaran hablar.

No paso mucho tiempo para que los lideres junto a sus hijos, salieran de la puerta principal, quedando frente a toda su gente y de una mesa que permanecía en el centro, donde justamente se encontraba el tratado de paz que ambos habían escrito.

Reiko: nuevamente les doy la bienvenida a todos, pero sobre todo a nuestro clan vecino; y hablo por toda mi gente, cuando digo que serán recibidos en nuestras tierras. [Mira a todos] Desde hace tiempo atrás, y por una disputa contra nosotros, ambos perdimos a gente, y nuestra relación se vio afectada, pero eso se acabó, ahora y a partir de hoy, volvemos a ver la luz con claridad, volveremos a trabajar juntos, ¡Hoy comienza nuestra alianza!

Todos levantaron sus voces, todos alababan sus palabras.

Ichiro: de la misma forma... [Llama la atención de todos] yo agradezco las palabras y la atención a mi gente, y de les receso el favor, ya que tú gente, siempre será bienvenida en nuestras tierras.

A continuación, ambos lideres comenzaron a leer los términos y condiciones de su tratado, los comercios que habría entre ellos, además del apoyo que se darían mutuamente.
Su gente, al escuchar todo, no hubo nadie que se levantara a replicar sobre los acuerdos, ya que todo estaba muy bien definido y aclarado.

Por último, y, para terminar, ambos habían confesado sobre una posible unión de clanes. Con ello, habían hecho que la gente no soportara controlar su emoción; todos miraban a los jóvenes, sus rostros mostraban estar confundidos, aun no terminaban de comprender las palabras de sus padres. Por más que miraban a los ojos de sus padres, no lograban encontrar ningún rastro de mentira en ellos.

/Más tarde/

La ceremonia había terminado, pero la gente aun no terminaba de celebrar, las calles estaban repletas; la gente solo iba y venía.

Pero dentro de la casa del patriarca, los lideres se encontraban frente a sus hijos, ambos estaban tratando de explicarles lo que los llevo a tomar esta decisión.

Ichiro: pensamos que les gustaría. [Dijo mientras trataba de justificarse]

Pucca: pudieron, hablarlo al menos. [Sugirió]

Ichiro: lo hicimos...

Garu: ...con nosotros...

Reiko: [Suspira] No lo pensamos... la cosa es que, los vimos muy contentos ayer que pensamos que les gustaría.

Ninguno dijo nada, solo permanecieron neutres en sus asientos mientras se miraban.

Aquello había afligido a sus padres, al parecer, se habían vuelto a equivocar al tener que comprometerlos.

Ichiro: mejor, los dejamos que hablen.

Sin decir más, ambos salieron de la sala, con dirección a las calles; lo mejor seria dejarlos solos para que pensaran en lo que acaba de pasar.
Una vez no los vieron más, los chicos no pudieron evitar mirarse.

Pucca: ¿Crees que fue mucho?

Garu: no, estuvo bien. [La mira] Hay que dejarlos así, con eso aprenderán.

Pucca: esta bien. [Dijo más tranquila] ¿Y ahora?

Garu se había levantado de su asiento, y miro atreves de la ventana y al no ver a nadie cerca, regreso con ella, mientras le extendía su mano, en forma de invitación.

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