Otra Historia de Amor

Capítulo 14 El compromiso 2/2

/Días después/

En una de las aldeas civiles dentro de la región del sur, más específico, en un área que limitaba a ambas aldeas; ambos lideres se estaban encontrando.

Se había acordado con anterioridad que se encontrarían en una de las posadas del lugar; la intención era que nadie, además de ellos y sus acompañantes supieran de su reunión; habría sido mucho más fácil que fuera en un área marginada de sus tierras, pero esto era parte su plan, todos sabían que nunca se reunirían en un lugar público, por ello era el mejor lugar, arriesgado pero seguro.

Era de noche, y ambos ya se encontraban dentro de la posada.
En una de las habitaciones aguardaba Ichirio, con la espera de la llegada de su compañero y la presencia de Reiko, que sería guiada hasta ahí por aquel hombre que mando a esperarla.

Era casi media noche cuando ella llego, había llegado antes, no le tomo importancia, después de todo ya no había nadie por las calles ni mucho menos por los pasillos, además, de que ella y sus hombres vestían con capuchas negras que les cubrían perfectamente sus cuerpos.

Tras tantos años ambos volvían a reencontrarse cara a cara, mirándose detenidamente a los ojos; en ellos aun podían ver rastros de su dolor y el odio que se tenían, pero ahora también mostraban el fastidio por el reciente entro entre sus hijos. De ello bien sabían que la riña de antes no venia al caso, ahora solo importaban sus hijos y la solución a la que llegarían para separarlos.

Reiko: salgan. [Ordeno a sus hombres] ¡Ahora!

Antes de que sus hombres replicaran, ella termino por reafirmar su mandato, logrando que salieran de la habitación, mientras permanecian en el pasillo pendientes a las ordenes de su matriarca, tras la desconfianza del resto de los hombres que estaban dentro de la habitación.

Ichiro: ustedes también. [Ordeno de la misma forma a sus hombres]

Al contrario del resto, ellos salieron mucho más rápido al notar que lo que hablarían se trataba de suma privacidad.

Al estar todos afuera, el silencio volvió a ser presente entre los lideres, era incomodo y verdaderamente pesado para cualquiera que estuviera ahí.

Ichiro: supongo... que sabes para lo que te cite aquí. [Dijo rompiendo el silencio]

Reiko: por supuesto, si no, no estaría aquí.

El hablar de ambos era preponderante, ninguno buscaba ceder ante ninguno.

Reiko: después de todo, esto lo tuvo que haber ocasionado tu hija.

Ichiro: ¡No te permito que hables así de mi hija! [Replico] Esto debió ser obra de TU hijo. Él debió haber sido quien buscara a mi hija.

Reiko: todo esta en como ella se le haya presentado.

Gran parte de la noche duraron de la misma forma, discutieron, insultaron y defendieron a sus hijos, por suerte no habían llegado a los golpes, al menos todo se mantuvo a raya.
Siendo las cuatro de la madrugada, Reiko fue la primera en salir, únicamente miro a sus hombres y camino a la salida, todos de forma apresurada salieron de la posada y caminaron hasta la salida de la aldea, manteniendo sus rostros ocultos por sus capuchas negras, a pesar de no haber nadie por las calles, no querían arriesgarse a que alguien los reconociera.

En todo el camino no hizo más que recordar una y otra vez el acuerdo al que ambos habían llegado.
Por un momento, debe aceptarlo, odia la idea de hacerle eso a su propio hijo, pero si de verdad quería mantenerlo alejado de esa chica, debía forzarlo a cumplir.

/Horas después/

Ya era de mañana para cuando habían llegado, el sol comenzaba a iluminar las calles y todos comenzaban a retomar sus tareas.
Reiko les había ordenado a sus hombres que descansaran, después les pagaría por su labor, así que, sin más ella camino hasta su casa encontrándose con Saya justo en frente la puerta y a su hijo al pie de las escaleras, cosa que solo Reiko se dio cuenta.