Otra Historia de Amor

Capítulo 10 ¿Sospecha? 2/2

/Sanada/

La extraña y repentina salida de su madre tras haberle demostrado sus movimientos y el propio estilo al que se había adaptado, le había desequilibrado; era la primera vez que hacía eso, ni siquiera la había impresionado con mostrarle lo poco que sabia. Una vez más se sintió fatal frente a su madre.

Saya al notar el estado de su hijo, trato de acercarse; pero antes de poder decir algo, Garu simplemente se le adelanto.

Garu; ¿Por qué siempre hace eso? [Pregunto irritado] ¿Qué hice ahora? [Confeso cansado de la misma rutina]

Saya: tú no hiciste nada...

Garu: Entonces por qué se fue así.

Saya no sabia como poder hacerle entender, no quería tocar aquel tema.
A pesar de que Garu no la conociera del todo, la historia de la muerte de su padre también le causaba dolor, más que nada por la indiferencia de su madre. Pero para poder explicarle debía recurrir a eso.

Saya: ...cariño... [Hablo con tal de calmarlo] Quiero que me digas la verdad... ¿Dónde aprendiste hacer esos movimientos?

Garu: no lo sé. Solo los hice, me nació hacerlos así. [Hablo a la defensiva] ¿Eso qué tiene que ver?

Saya: porque, ese tipo de ataque, es más del estilo Tanabe.

[...]

/Tanabe/

Pucca: ¿¡Cuándo será el día que logre complacerlo con algo que yo misma hago!? [Dijo casi a gritos]

La joven estaba caminando de un lado a otro en los espacios de su habitación, mientras que desde el marco de su puerta la observaba su abuela.
Aquella mujer no decía nada, solo miraba detenidamente a su nieta, esperando el momento adecuado para poder hablar.

Pucca: por un momento creí que sería día, pero... ¡Ahg! [Grito enojada mientas lanzaba un kunai a un muro de su habitación]

Tras haber actuado, camino hasta la orilla de su cama para sentarse en ella, dándole la espalda a su abuela, mientras ocultaba su rostro entre sus manos.
No escucho más a su abuela, pero bien sabia que se encontraba a un lado suyo, tras haber sentido el movimiento de la cama.

Pucca: ¿Siempre fue así?

Pregunto a su abuela sin tener que mirarla a la cara, su voz estaba por romperse y sus piernas temblaban, de eso sin duda se dio cuenta Maiko.

Maiko: no, tu padre era otro cuando eras un bebe. [Suspiro] Cambio mucho, tras la perdida de tu madre.

Estaba harta de ese tema, estaba harta que pusieran de pretexto la muerte de la antigua matriarca; su madre; en todo.
Y aunque fuera cierto, nunca nadie se había dedicado a contarle la verdad como para que ella lo comprendiera.

Pucca: no te creo. [Susurro]

Maiko bien que pudo escuchar las palabras de su nieta, pero lo que más le impresiono fue la manera en la que se expresaba, nunca lo había hecho y menos cuando se trataba de su difunta hija. Aunque, admitiéndolo bien, le había molestado, tras la falta de respeto a su hija.

Maiko: ¿Qué dijiste?

Hablo tratando de sonar molesta, debía corregir la actitud de su nieta; solo que no conto con que Pucca explotara en ese momento.

Pucca: ¡Ya me cansé de que la metan en todo lo que pasa en esta casa y con lo que pasa con el clan! [Dijo, mientras volvía a ponerse de pie] ¡No fue mi culpa de que ella no pudiera defenderse! ¡De que ella NUNCA haya podido defenderse!

Gritaba mientras lloraba en el momento, no le importaba si su padre la escuchaba desde su despacho o de alguna persona la escuchara desde las calles de la aldea. Estaba desesperada e iba a sacarlo todo en el momento.

Pucca: ¡A mi NUNCA me preguntaron qué era lo que yo quería! [Confeso] ¡Simplemente me obligaron! ¡Y ahora que lo di todo, no valió NADA!

Maiko: no es eso...

Pucca: ¿¡Entonces qué es!? [Reprocho] No entiendo si ustedes no me explican, ninguno en esta tonta aldea quiere hacerlo...

Maiko: entiende cariño eso es...

Pucca: no puedo entender si no me lo explicas. [Volvió a insistir]

Por más que Maiko tratara de evadir el problema, bien sabia que su nieta ya no era una niña la cual puedes engañar; así que ya no había de otra.

Maiko: los movimientos que hiciste, eran precisos. Y no hay nadie mejor en esta región, que los mismos Sanada.

/Más tarde/

Era lo más tarde que habían salido, las estrellas ya estaban en su mejor resplandor y entre los árboles solo podía pasar la poca luz que daba la luna, ambos a paso lento y pesado, caminaban hasta aquel río donde siempre se encontraban.
A lo lejos ambos lograron percibir la presencia del otro por medio del sonido de las ramas y las hojas, no había porque alarmarse.

Una vez llegaron, al mirarse bien sabían que algo había pasado, al juzgarse bien, no era difícil saber que es lo que era, pero lo mejor era a que cada uno dijera que era lo que tenían que decir.
Esta vez, fue diferente a todos sus demás encuentros, ahora cada uno permaneció en sus lados y solo se sentaran en la orilla del rio, uno frente al otro.

Ninguno decía nada, solo miraban el agua pasar frente a ellos; al menos eso permaneció.

El silencio era incomodo, pero ninguno tenia el valor de decir algo. No sabían cómo iniciar una conversación, no como antes.

Pasaron al menos otra media hora así, hasta que Pucca se digno en decir las primeras palabras de la noche.

Pucca: ¿Cómo te llamas? [Dijo casi audible para ambos]

En el fondo ella rogaba porque no fuera lo que ella estaba pensando, que sus sospechas y su imaginación le hayan estado jugando sucio y que el resultado fuera completamente diferente. Pero al parecer, las cosas vendrían siendo distintas, tras haber recibido su respuesta.

Garu, por otro lado, bien sabia a los que refería, de igual forma él iba a preguntar lo mismo, solo que no sabía cómo hacerlo. Por un lado, no quería conocer la línea de sangre de la chica, pero por otro, su línea de sangre dependía de eso.

Garu: Sanada. [Respondió de la misma forma]

No hacia falta decir su nombre, ese ella ya lo conocía.

Ahora era su turno...

Garu: ¿Y el tuyo?

Pucca: ...Tanabe...

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Lamento la demora, pero al fin conseguí el tiempo y pues, he aquí otro capitulo de esta historia...

Espero que les guste...💖