Capítulo 4
Broocke.
Todos merecemos aunque sea, a una persona en nuestras vidas con la que podamos ser nosotros mismos, con la que nos entendamos y complementemos.
Yo tengo en este momento frente a mi a esa persona. Termino de subir los últimos escalones para llegar a la puerta de mi apartamento y me lanzó hacia él. Me recibe con sus brazos extendidos, su abrazo es tan cálido como siempre lo son y me empapo en su olor, diablos lo extrañaba tanto.
-Hola mi niña. -siento un tierno beso en mi frente, y después me suelta. -Te he extrañado tanto estas tres semanas sin verte, fueron muy aburridos. - hace un mojín y eso me hace sonreír, porque apesar que ya tiene 48 años sigue comportándose como un niño, pero no cambiaría nada de mi padre. A pesar de que ahora vivía lejos de él por la facultad, pero siempre nos veíamos seguido, más en uno de sus gimnasios más concurridos y de vez en cuando, iba a casa a cenar algún fin de semana. Pero hacía 3 semanas que no lo había visto, ya que tuvo unos negocios que hacer relacionado a sus otros gimnasios fuera del estado.
Entramos a mi apartamento, no es demasiado grande, pero tenía una pequeña sala con tres sofás de distintos tamaños y un televisor plasma, a la derecha estaba la cocina que tenía gabinetes de color marfíl y un pequeño desayunador, frente de la cocina estaba una pequeña mesa para cuatro personas, más adelante se extendía un pasillo que llevaba a 2 habitaciones una frente a la otra y un baño.
La primera habitación del lado derecho era un pequeño estudio donde tenía unos instrumentos y la habitación de posterior era mi dormitorio.
Pasé directamente a la cocina, mientras mi padre se sentaba el sofá más grande.
-¿Ya cenaste?- le pregunté mientras abría el refrigerador para ver que podía hacer de cena con los ingredientes que tenía. -podría preparar unos espaguetis con albóndigas.
-En realidad no he comido nada desde que llegué del aeropuerto. -dijo mientras yo empezaba a cocer los espaguetis y preparaba lo demás. -Pero aunque hubiera comido jamás me resistiría a un plato de mi chef favorita. -me aduló y después me guiñó un ojo.
-Lo sé. -afirmé, y me giré hacia él y le pregunté. -¿cómo en los viejos tiempos?. -se levantó del sofá y llegó hasta donde yo estaba.
-Como en los viejos tiempos. -respondió, sacó su teléfono y empezaron a sonar las primeras letras de "Mambo number five de Luo Bega". -Ladies and gentlemen, this is Mambo Number Five. -Empezó a cantar mientras simulaba que su mano era un micrófono, después me acercó su mano para que yo siguiera cantando.
-One, two, three, four, five
Everybody in the car, so come on, let's ride
To the liquor store around the corner
The boys say they want some gin and juice
But I really don't wanna.Mientras cantábamos me sentía otra vez una niña, recuerdo cuando hacíamos hotcakes por las mañanas mientras cantábamos canciones clásicas y viejas que son unas joyitas. Nos turnamos para cantar, e intercambiamos unas sonrisas. Llegamos al último coro y lo cantamos a todo pulmón.
-A little bit of Monica in my life
A little bit of Erica by my side
A little bit of Rita is all I need
A little bit of Tina is what I see
A little bit of Sandra in the sun
A little bit of Mary all night long
A little bit of Jessica, here I am
A little bit of you makes me your man.
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Algún Día
Teen Fiction¿Qué pasa cuando dos personas distintas se enamoran?, aunque al final puede que no sean tan diferentes. ¿Qué pasa cuando dos seres humanos con vivencias dolorosas colisionan?. ¿Qué pasa cuando el amor es más fuerte que el dolor?. ¿Qué pasa cuando...