28.- Epílogo.

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Una vez que el deseo se cumple, todo desaparece en cuanto la persona se va a dormir. Y Kat desapareció en cuanto el deseo de Luis había cumplido con su deber.

En cuanto el joven se enteró que Kat ya no se encontraba, es que pudo unir todos los puntos de una vez por todas.

La forma en cómo los deseos actúan es un enigma porque pareciera que hacen lo que quieren. Luis deseó ya no sentirse así, y la forma en la que la ciudad de la fortuna vio justo y necesario para cumplirlo era enviando a una morrita de su misma edad que le hiciese compañía, que lo aliente a seguir los consejos de la terapia, y que tuviese en alguien en quien confiar de nuevo.

Por supuesto que nadie previó que estos 2 terminaran enamorándose, por lo que la separación forzada dolía mucho más.

Luis pensó que fue su culpa por no haber deseado que esto no pasara con la cancelación de su segundo deseo, pero en este último mes junto a Kat descubrió que solo existe una oportunidad para cancelar el deseo y pedir uno nuevo. Después de eso, se puede volver a cancelar ese nuevo deseo, pero ya no se puede volver a pedir otro más.

Así que la presión de pedir el deseo correcto lo mantenía dudando. Deseaba volver a ver a Kat tras 2 días de no poder verla, pero más que nada, deseaba que ella siguiera viva. Después de escuchar todo lo que ella vivió (o mejor dicho, no vivió) durante 12 años, estaba pensando en la mejor forma para evitar que ella volviera a pasar por lo mismo durante quien sabe cuanto tiempo más hasta volver a tomar consciencia.

Pero dada a sus experiencias con su novia, es que esta vez no se encontraba sumido en la culpa, pues estaba dispuesto a traerla de nuevo con este deseo, y tan solo necesitaba las palabras adecuadas.

Lo que aún no sabía era quiénes eran sus cuidadores. ¿Quiénes eran Alex, Candy y Pistacho? Luis intentó por todos los medios encontrar parientes de Kat durante el tiempo en el que tuvo contacto con los miembros policiales, pero no hubo éxito en encontrar a una tal Angelina Torres, cuyo secuestro se haya efectuado hace 14 años.

De hecho, no había registros algunos de Kat hasta el día que apareció hace más de 2 años. Era casi como si en realidad ella no hubiese existido hasta que Luis pidió un deseo.

Para Luis, eso ya no importaba. ¿De que servía pensar que ella no es real? Después de todo, cada momento junto a ella no fue una mentira. Existen fotos, vídeos, registros, y recuerdos que comprueban que al menos ella fue real durante casi 3 años.

En fin. La tarde había caído y Luis regresaba de su labor en la policía. Se le hacía extraño no ver aquel rostro hiperactivo en casa. Su hogar no se sentía igual sin Kat alegrando el sitio con sus ocurrencias.

Mientras cenaba solo se preguntaba qué desear para traer de vuelta a Kat. Pero las dudas seguían en su mente.

Una vez terminó de cenar, se dirigió a su cama y siguió pensando. En un momento recordó su segundo deseo.

—Hacer feliz a Kat —Luis sonrió melancólicamente—. Como desearía saber si ella es feliz en estos momentos.

Por suerte para él, todavía no había cancelado su segundo deseo o si no este hubiese sido una troleada suprema para la historia.

Y con este pensamiento se fue a descansar creyendo que mañana finalmente hallaría con la respuesta que busca.

Pero al despertar, no se encontró en su cama con el sol resplandeciente. Sino que se encontraba en un extraño pasillo oscuro donde la nada habitaba. Luis sintió conocer el sitio y se dio cuenta que, efectivamente ya lo había visto en el pasado, aquella vez que pudo ver un recuerdo de Kat.

—¿Qué es este sitio exactamente? —se preguntó a sí mismo.

—Tal vez es la nada —respondió una vocecita chillona al fondo—. O quizás es la mente de Angie... La verdad es que no estoy seguro.

El deseo de estar a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora