La navidad se acerca, y Kat lo sabe. Por esa razón es que ya se encontraba adornando toda la casa con escarcha, adornos y poniendo el árbol con esferas y luces.
Estar contentísima se quedaba corto ante la emoción que estaba sintiendo. Ella estaba que brincaba de la emoción, arrastrando a Luis de un lado a otro.
Aunque a Luis también le gustaba la idea de pasar una navidad junto a Kat y su infinito espíritu navideño, había un problemita, o bueno, en realidad varios que podrían imposibilitar que esto se hiciera realidad. Y el más evidente era el más pequeñito de todos: que estábamos a mediados de septiembre.
—¿Pero qué haremos con el día de muertos? —andaba repitiendo todo el día Luis al saber que se andaban saltando esa festividad, y bueno también el día de la independencia de México, pero esta se la podían saltar porque ambos viven en Tlaxcala y todos saben que Tlaxcala, junto a la ciudad de la fortuna, no existen, y así está bien.
—No te preocupes, en ese momento adornaremos el arbolito con esferas del día de muerto —era lo que siempre replicaba Kat—. Además, ¿no estás escuchando como la navidad nos está llamando?
Fuertes afirmaciones que resultaban ser correctas. Pero no era que la navidad los ande llamando, sino que se escuchaban los villancicos de fondo.
En cuanto ambos terminaron de adornar, tuvieron un descanso en el cual comieron y después Luis siguió en la investigación por descubrir el origen de los deseos.
Al ser un libro extenso, le tomó algo de tiempo descubrir si existiese alguien capacitado para ayudarlos. Aunque tenía en mente a varias personas, todavía no los contactaba. También se le hizo extraño que en todo este tiempo no haya visto un solo deseo proveniente de Kat.
Kat se encontraba a su lado ayudándolo mientras tarareaba los villancicos, hasta que habló—. ¡Oigan! ¿¡Por qué me quitan mis músicas navideñas!?
La música cambió a un ambiente más detectivesco. Y allí fue cuando Luis prestó atención a la música—. Qué curioso... Pareciera que es música de fondo.
Ante tal comentario es que reaccionó. La música se intensificó en cuanto Luis hojeó el libro hasta la última hoja con deseos y se dio cuenta que una nueva entrada fue anotada. El deseo fue pedido hace no menos de 2 horas y había pedido música para ambientar su día.
—¿De dónde salen este tipo de personas? —se preguntó Luis al ver como los deseos más randoms eran los que afectaba a todas las personas de la ciudad.
Al ya no tener con qué entretenerse, Kat se recostó en su novio, empezó a acariciar su cabello, y poco a poco empezó a juguetear alrededor de él mientras se volvía cada vez más melosa.
Aunque Luis estaba ensimismado en su mundo, fue traído a la realidad gracias a su novia y empezó a seguirle el juego. El jugueteo de manos se intensificó y Kat empezó a atacar con cosquillas. Luis arremetía de la misma forma, pero al tener más cosquillas, terminó siendo arrinconado acostado en el sillón a merced de su novia. El sonido de fondo cambió a un tono más relajado, y después a un tono más candente.
Definitivamente esas no eran las intenciones de Kat, así que se sonrojó por escuchar la canción de fondo que los incitaba a pecar (lo cual es sorprendente que no haya sucedido antes, considerando que son dos jóvenes latinoamericanos con casa sola).
La risilla nerviosa de Kat se escuchó en cuanto Luis la miró confuso—. E-eso no es lo que quería hacer, deveras.
—¿Segura? —dijo Luis, mostrándole su lado más juguetón con un rostro incrédulo. Para hacerla sonrojar más, pasó su mano por los mechones de cabello de la chica y se los acomodó de manera gentil.
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El deseo de estar a tu lado
Romansa¿No crees que es molesto cuando el/la protagonista está a punto de avanzar la relación con su interés amoroso y llegan a interrumpir la escena cuando llega lo bueno? Pues Kat está harta de esto, pues el destino le ha impedido varias veces hacer sus...