XIV

48 14 2
                                    

¿estuvo buena la follada que te dieron? – tan pronto puso un pie en su casa, escuchó la odiosa pregunta.

Isaac bufo. - ¿tú qué crees? No me dejaba ir. – sonrió.

Antonio, por primera vez sintió como le hervía la sangre por ese omega que tenia en frente. ¿celos? No, era imposible, en primer lugar, no sentía nada por el menor. Entonces, que era ese sentimiento que generaba tanto disturbio en él.

Jones empezó a esparcir fuertes feromonas por todo el departamento. Se levantó del sofá y caminó lentamente hacia el omega. Quería imponerse ante él. Pero no veía reacción.

¿Quién es el puto bastardo que te cogió por tres días? – preguntó furioso, intentando oler alguna feromona del cuerpo de Isaac. - ¿Quién se atrevió a poner sus manos en tu cuerpo sin que estuvieras en celo?

¿Acaso no puedo cogerme a un alfa si no estoy en celo? – el alfa veía como caminaba tranquilo hacia la cocina. - ¿Tú lo haces, entonces por qué yo no?

Isaac – pronunció por poco en voz de mando, pero el omega le dió una mirada reprobatoria, notó cierto destello en los ojos de Smith, se le erizo la piel. Imposible. ¿sintió miedo?

He hecho todo lo que me has pedido – decía tranquilo sirviendo dos vasos de jugo de manzana. – y no tener sexo con otros alfas sin estar en celo, no están entre las cosas que me impediste hacer.

-así que no entiendo tu enfado... ¿será que esa omega no era buena en el sexo y quedaste insatisfecho? Si es así, solo búscate a otra y no me arruines el día.

No respondiste a mis preguntas – jones tomo el vaso en sus manos, simulando calma. – quién es el bastardo.

Qué te hace pensar que es solo uno. – no sabia si ganaba algo provocándolo, pero se sentía bien tener las riendas del asunto. – por favor, Antonio, que tu no quieras follarme no significa que otros se puedan resistir a mí.

-Sin mas que decir, solo vine por más ropa. Que te vaya bien en tu viaje de negocios.

MALDITO BASTARDO DE MIERDA – escucho que le gritaba.









































































-Cariño ¿te falta mucho?

No, solo me doy una ducha y salgo. – se encontraba en la habitación cerrando una pequeña maleta que había armado con todo lo necesario para una semana. - ¿ya lo compraste?

-Sí. Compre exactamente el que me dijo tu amiga. Me tuve que pelear con un hombre que se lo quería llevar a su esposa como reconciliación. Era el ultimo que quedaba.

Oh dios – reía por lo dicho – provocaras otro divorcio.

¿otro? – escuchó, Antonio entrando a la habitación de brazos cruzados más que molesto. – estas hablando con ese bastardo de mierda.

Después hablamos – decía Isaac a Miller.

-NO... pajarito... - saco el altavoz, para que Antonio no escuchara su voz.

A dónde vas – preguntó – volverás con ese pedazo de mierda. ¿Qué tan grande es tu descaro?

Estas haciendo el ridículo. Yo no te debo nada mucho menos fidelidad. – revolvió su armario buscando algo bonito que ponerse porque a la mamá de su amiga le encantaba la moda.

No te dejare ir – esas simples palabras hicieron que Isaac sintiera rabia después de mucho tiempo. – Tú eres mi esposo, me debes mucho más que fidelidad. Así que desarma esa maleta ahora, y baja, tengo hambre.

Dile a alguna de esas putas que te coges todos los días que te hagan de comer. – estaba cabreado. – que tu vuelvas a casa después de cogerte a una omega no es mi problema.

-Isaac, por favor no me hagas enojar mas de lo que ya lo estoy, no quiero...

No quieres ¿qué? – insinuaba. Con ropa en mano. - ¿insultarme? Déjame decirte que ya lo has hecho. ¿pegarme? Ups, también lo has hecho.

- ¿Cómo que te ha pegado?

Corta esa puta llamada. – largos pasos daba hacia el omega con intención de tomar el celular.

YA PARA ANTONIO. – su voz resonó en la habitación, el alfa se congeló. Su lobo temblaba, y lo obligaba a obedecer.

-Cariño, ¿estás bien? Por favor, responde. Dime que pasa, iré hacia haya.

No. – dijo hablando por el celular. – tu te quedas ahí, no pasa nada. Estoy bien.

-Esta bien, pero no cort.

Tu celular ha estado sonando hace rato, Antonio, debe ser tu omega. – dijo por último tomando su toalla, esperando que ahora si lo dejen bañarse.

Yo no tengo omega – dijo con la voz algo temblorosa, aun sintiendo la orden que le habían dado.

Bueno, entonces debe ser alguna de esas putas que te coges. Solo contesta el maldito celular. – cerrando con un fuerte portazo entró al fin al cuarto de baño. 



















































Uff. Hasta aquí el capítulo, les agradecería que comenten y me digan que les parece todo hasta el momento.

Tomen agua.  

Fruto prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora