Capítulo 12

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POV_Erick

Era hora del receso de medio día. Y como era rutina, me dedique a buscar a Liam. Tenía que verlo porque estaba confundido además quería molestarlo un poco y darle más tareas mías para que las haga por mí. Usualmente se sienta en las mesas más alejadas, pero ahí no estaba. Busqué en los baños, pero tampoco tuve suerte. Qué raro.

Sé que no le gusta jugar en las canchas porque no le gustan mucho los deportes así que me dedique a buscarlo por el patio cerca del edificio B. Era una zona tranquila, como él.

Había varias personas más y entre tantas personas pude reconocer su silueta , me dirigí a él dispuesto a asustarlo e insultarlo un poco. Solo para divertirme. Y sin que él se diera cuenta, me quede un momento viéndolo, pero sorprendentemente no estaba solo. Había otro tipo con él. Liam no suele juntarse con otras personas , pero ese día , Liam estaba acompañado.

Su risa era contagiosa, se reían a carcajadas. Me quede completamente embobado con ese sonido tan feliz y juguetón. Parecía feliz y no voy a mentir, su risa me saco una sonrisa. Cuando yo no estaba, Liam era más feliz y más natural. Eso me produjo un cosquilleo en el estómago que no sabía que era, parecía rabia Me encabroné y me pues realmente furioso , un sentimiento demoledor me invadió. ¿Porque estaba con ese tipo? ¿Quién era? ¿Y por qué le hablaba? No estoy celoso , solo es que no puedo permitir que ese maricón este comportándose así delante de todos.

Me dirigí hacía ellos, estaban sentados abajo de un frondoso árbol. Ambos se veían felices, el otro tipo , era un jugador bastante bueno en el equipo de futbol. Cuando Liam notó que me dirigía hacia ellos, su sonrisa se borró inmediatamente, una expresión de preocupación se impregno en su rostro.

—Hola putito.—Realmente estaba molesto ¡¿Por qué hablaba con ese tipo?!

—De-jame en paz. —dijo Liam casi en un susurro. Bajo la cabeza.

—Yo que tú, no le hablaba a ese asqueroso gay. —Le dije al otro tipo. — Es solo un estorbo en este lugar. — Liam me miro con dolor. Su mirada solo mostraba miedo y tristeza. De alguna forma pudo revolverme el estómago.

— Tranquilo Erick , es un buen chico. — ¡EL otro tipo lo estaba defendiendo! —No te está haciendo nada , déjalo en paz.

Liam subió su mirada hacía él como diciéndole "gracias". Cosa que me encabronó más. ¡¡Acaso no se da cuenta!? ¡Es aberrante!

— Si no quieres que a ti también te golpee, deja de hablar con ese puto homosexual. —Estaba furioso.—Ahora lárgate.

El otro tipo se fue, por un momento pensé que se quedaría a ayudar a Liam , pero aquí nadie se mete conmigo y seguro prefiere estar tranquilo que tener a Erick Torres de enemigo. Así me gusta. Ahora solo quedábamos yo y él. Se veía tan asustado.

Bajo su mirada cuando se fue, apretó sus manos y empezó a temblar. Yo lo agarré suavemente de su barbilla y la alcé hacía mi mirada—Aprenderás que eso aquí no se hace, maldito maricón. — Lo jalé hacia mí y puse mi musculoso brazo en su delgado cuello. Empecé a apretar y él empezó a ponerse rojo. Temblaba como gelatina y su cuerpo parecía desvanecerse. Luego recordé que eso puede ser muy peligroso para el pequeño. Así que lo solté.

Lo acorralé contra el árbol, puse mi antebrazo en su pecho y le mostré mi puño.

— Te lo advertí putito. No aceptaremos tus conductas desviadas aquí.

No me dijo nada, tan solo se limitó a cerrar los ojos fuertemente, como esperando su destino sin poder cambiarlo , pero algo dentro de mí , me impidió golpearlo , como si alguna fuerza me estuviera controlando— Maldito debilucho.

El muy idiota trató escapar. Pero solo logró que cayéramos al pasto. Dimos varias vueltas y al final yo quede sentado sobre su delgado abdomen. Yo era un tipo grande de 1.87 metros, además mi grande peso de 90 kilos era de puro musculo. Era fácil someterlo y estaba dispuesto a golpearlo hasta dejarlo sin aire. Puse mis rodillas en sus brazos y me senté completamente en su abdomen. Noté como se quejaba, como le dolía, pero eso le pasaba por andar desobedeciendo.

— ¡Perdón Erick!— Sonaba desesperado y justo me disponía a molerle la cara a golpes cuando su mirada se encontró con la mía. Esa mirada tan tierna y asustada me dejaron inmóvil. Su pelo castaño, su piel tan tersa, me erizó la piel. ¿Qué demonios me pasaba?

Libere sus brazos de mis rodillas, pero para que no se escapara lo sujete de sus muñecas con mis manos dejando su torso descubierto. Él me veía asustado y yo no sabía qué hacer.

—¡Hazlo rápido! —Dijo sollozando.

—¿Qué? —dije estupefacto. No comprendí al principio

— ¡Vamos! Pégame. Su reacción fue cerrar los ojos esperando a que lo golpeara o le hiciera algo.

Se veía tan preocupado que me asusto. No le quería causar tanto daño..

Y yo solo me volvía más loco, a esa distancia podía percibir su suave aroma. ¡¿Qué demonios me pasa?! Se sentía tan explosivo, tan adictivo. Sus finos labios se veían tan suaves.

¡Ahg! ¡Estaba tan confundido! Y tenía que sacar ese sentimiento demoledor. Le tiré un potente golpe al pasto, justo a lado de su cara. No me atrevía a golpearlo. Él pensó que él sería el blanco y solo empezó a temblar más feo.

Me levanté de golpe, era incertidumbre o nervios las sensaciones efímeras que surcaban mi estómago. No lo soporto, le di una patada en el estómago me fui confundido y furioso. Él se quedó tirado en el suelo.

Mi amor imposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora