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EL TATUAJE

OHM

Odiaba la hora de cerrar el local, a pesar de considerarme un ser más bien nocturno, dedicarme a acomodar todo aquello que quedaba fuera de lugar en el salón, desinfectar las sillas y poner seguro en todas las puertas, no era como me imaginaba las noches, aun así, debía hacerlo al menos una vez al mes si quería conservar mi trabajo y ya que tenía que pagar mi parte de la renta, no tenía muchas opciones.

Desde que cumplí dieciséis comencé a vivir con un grupo de chicos que ahora consideraba mis amigos, la casa funcionaba como una fraternidad, excepto porque solo uno de nosotros asistía a una buena universidad, el resto dejamos la escuela después de la preparatoria.

Bright se dedicaba a tocar en un club a unas calles de aquí, Chimon era mesero en un bar, Win y yo trabajábamos juntos en el local, él ponía perforaciones y yo me dedicaba a los tatuajes, y Perth era el único en la universidad, sus padres no eran de por aquí, no sabían que nuestro grupo era considerado de segunda clase y que cualquiera con un hijo como Perth no lo dejaría siquiera acercarse a la casa, pero su ignorancia permitía que le enviaran la renta mes a mes.

El lugar tenía cinco habitaciones exactamente, no eran muy grandes, pero funcionaban para lo poco que teníamos, después de todo cuando salimos de casa no fue precisamente con las manos llenas, nuestros padres ni siquiera nos dirigían la palabra y nos teníamos solo los unos a los otros, Bright solía decir que éramos como una complicada manada de alfas en busca de omegas.

Irónicamente de todos nosotros, él era quien menos llevaba omegas a la casa, suponía que tenía que ver con la forma en que su padre, el pastor de la iglesia, le había criado, pero no hacía muchas preguntas sobre el tema y él tampoco disfrutaba hablarnos de cómo fue echado de la élite del pueblo.

Mientras terminaba de acomodar las tintas en sus lugares, la campana de la entrada se escuchó en el local vació, era viernes por la noche, había ebrios por toda la calle, esperaba no tener que llamar a la policía para que los sacaran de nuevo, ya tenía una reputación asquerosa, lidiar con oficiales haciéndome preguntas no era algo que disfrutara, en especial cuando sabía que la noticias por la mañana serían sobre como seguramente había sido mi culpa y debería estar arrestado.

— Está cerrado, si quiere un tatuaje vuelva mañana — exclamé saliendo de la parte trasera rumbo al pasillo de la entrada, pero no era un ebrio terco, sino alguien más interesante de encontrar en un lugar como esté — Kirdpan ¿Qué haces aquí?

Con largas pestañas, hoyuelos en sus mejillas y ojos puramente inocentes, ver al chico de porcelana vestido completamente de blanco en medio de un local como este resultaba casi chocante. Conocía a Nanon por la escuela, él era un año menor, pero nos encontramos en los pasillos en más de una ocasión, era como una bolita de algodón blanco recorriendo los pasillos, no podías solo ignorarlo.

— Es mi cumpleaños — murmuró con nerviosismo, levanté una ceja, confundido y él se sonrojó intensamente, Nanon era la clase de omega que cualquier idiota como yo pensaría en llevarse a la cama, como la manzana que se mencionaba en la biblia, nadie más lo había probado y hacerlo te llevaría directo al infierno, pero joder, era tentador. Tan pequeño e inocente, podría pervertirlo en un instante.

— ¿Y has venido por un obsequio? — murmuré con una sonrisa ladina que lo sonrojó aún más, su aroma dulzón empezaba a llenar el salón y tal como lo recordaba, tenía notas parecidas a las de un algodón de azúcar.

— Sí — susurró tomándome por sorpresa, mi mirada debió advertirle lo que acababa de confirmar, porque su rostro se puso tan rojo como el carmín y negó apenado — Quiero hacerme un tatuaje — explicó completamente avergonzado, mi alfa recordó la imagen de su espalda desnuda en educación física, su piel era como la más fina de las porcelanas, tersa, suave y libre de marcas, mancharla con tinta sería como dañar una obra de arte, pero imaginar una delicada marca en su piel me erizó el cuerpo entero — Sé que cierran a las ocho, pero no quería que nadie me viera aquí.

Mío  || OhmNanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora