MI OHM
NANON
Ohm dejó nuestra situación bastante clara desde ese momento, no volvió a irse de la habitación y se dedicó a cuidar de nosotros hasta que nos dieron el alta, pero había una barrera inmensa que nos dividía impidiéndome llegar de vuelta a él. No me miraba a los ojos, no me tocaba de no ser necesario, no hablaba conmigo a menos que fuera por el guisante y sus sonrisas solo se dirigían a nuestro cachorro.
Sabía que tenía razón de sentirse herido, pero cada que rechazaba mi toque como si le quemara mi omega sollozaba un poco más alto y el hueco en mi pecho se hacía más grande, había sido la única persona en mi vida que siempre estaba para mí, me hacía sentir protegido, amado y valioso, que ahora me mantuviera tan lejos de él me estaba destruyendo, aun cuando sabía que era mi culpa.
Cada que atrapaba su mirada por error, escuchaba en mi mente las horribles palabras que le había dicho, no tenía derecho a esperar un perdón o que aun fuera capaz de amarme, le había trato como mis padres lo harían, desprecie sus te amo, le arrebate a nuestro cachorro y me dediqué presumir mi nueva relación como si nunca hubiéramos ocurrido.
Éramos dos extraños que se conocían perfectamente, sabía cuántos lunares tenía en el cuerpo y también los que se ocultaban entre sus tatuajes, conocía la sensación de sus labios sobre los míos, reconocía sus carcajadas como si las hubiera escuchado toda mi vida, tenía memorizada la curva en su ceño cuando no entendía algo y podría diferenciarla perfectamente de la que se hacía cuando estaba molesto, conocía a Ohm mejor de lo que me conocía a mí mismo y sin embargo, sentía que no le conocía en absoluto.
Nunca me habló de sus padres o su vida antes de mí, era consciente de los rumores que corrían por el pueblo, pero ahora era capaz de desmentir cada uno de ellos incluso si él no me contaba toda la historia, porque Ohm no era un rebelde sin causa, ni un caso perdido, mucho menos la clase de alfa que haría infeliz a cualquier omega. Ohm era un hogar que estuvo vacío por mucho tiempo y solo necesitaba algo de cariño para volver a brillar, tenían talento en su trabajo, había visto a cientos de personas regresar y aceptar cualquier horario con tal de que fuera él quien pusiera los tatuajes en sus cuerpos, y cualquier omega que él amara sería el ser más feliz que hubiera sobre la Tierra, porque sabrían lo que era tener a alguien que te protegería sin dudarlo, sostendría tu mano cuando los miedos fueran demasiado grandes para enfrentarlos solo, besaría tu frente como un te amo en silencio y te haría sentir amado incluso cuando ni siquiera tú mismo estabas seguro de quererte lo suficiente.
Ohm era un diamante en bruto, lo llevé colgando de mi cuello por meses y era feliz cada que su brillo me cegaba en medio de una multitud, pero un día lo perdí y no volví a buscarlo, lo remplacé con una piedra que no brillaba con la misma fuerza, ni me sacaba las mismas sonrisas, ahora la piedra falsa se había machado mostrando que no era un diamante, y mi verdadera piedra preciosa había dejado de brillar para mí, no sabía si alguien más le cargaba ahora o si se había quedado en el sitio donde le abandoné, me daba miedo preguntar, pero temía que hubiera regresado tan tarde que simplemente había olvidado el camino y ahora nunca volveríamos a cruzarnos.
La noche siguiente la doctora nos entregó las altas para irnos a casa, Ohm había recibido una maleta por parte de los chicos con ropa para mí y el que sería el primer mameluco de nuestro cachorro, una prenda diminuta de color blanco con dos fresas aún más pequeñas en su pecho. Parecía una réplica de la sudadera con que nos conocimos y tuve que morderme la lengua para no preguntar si él lo había comprado, no quería que me respondiera con monosílabos o me mirara con desagrado, prefería confiar en que había sido así para no arruinar el momento.
— Puedo vestirlo cuando terminé de cambiarme — murmuré observándole mientras acomodaba sobre la camilla el mameluco abierto para poder colocar al guisante sobre él, estaba bastante concentrado y no creía que hubiera vestido un solo bebé antes, una tímida sonrisa se instaló en mi rostro por su seriedad con el asunto, pero se limitó a negar sin llegar a mirarme y rápidamente perdí el gesto.
ESTÁS LEYENDO
Mío || OhmNanon
FanfictionNanon no debía salir después de las siete, tampoco debía hablar con personas como Ohm ni mucho menos debería estar en una tienda de tatuajes, pero ahí estaba rompiendo todas las reglas de sus padres con tal de celebrar su cumpleaños a su manera por...